Caricatura sobre los impuestos antes de la Revolución francesa: clero y nobleza viviendo a costa del Tercer Estado. Escuela francesa, hacia 1789. Fuente: https://www.meisterdrucke.ie/fine-art-prints/French-School/966075/Cartoon-on-tax-before-the-Revolution:-Clergy-and-Noblesse-living-on-the-back-of-the-Third-State,-circa-1789.html |
Concepto y origen.
Antiguo Régimen es una expresión que comenzó a utilizarse durante la Revolución francesa para referirse a la forma de gobierno y a la organización social imperantes antes de 1789. Aunque será Alexis de Tocqueville, ya en el siglo XIX, quien acabe definiéndola en su obra El Antiguo Régimen y la Revolución. La historiografía más reciente ha ampliado el análisis de la expresión hablando de la existencia de varios “Antiguos Regímenes”: el demográfico, el económico, el cultural, el social, etc. Explicar la totalidad del Antiguo Régimen requeriría un espacio del que no disponemos, por lo que vamos a detenernos solamente en uno de sus aspectos fundamentales: la organización social Normalmente, la cronología del Antiguo Régimen se establece entre los siglos XVI y finales del XVIII o principios del XIX, ya que existen pequeñas diferencias según la evolución histórica de cada país. Para muchos historiadores, este modelo socioeconómico es una continuidad del régimen feudal. De hecho, sus fundamentos teóricos se constituyeron durante la Edad Media sobre las bases del pensamiento caballeresco, que justificaba su papel social, y de algunos postulados del cristianismo, en especial la concepción de que la sociedad era un todo orgánico inspirado en lo divino y en el que cada estamento tenía una relación simbiótica con los demás al realizar una función específica —rezar, combatir, trabajar— que beneficiaba al resto. No obstante, también resulta obvio que la sociedad feudal fue evolucionando a lo largo de los siglos y surgieron nuevos elementos que la transformaron: el ascenso económico y político de la burguesía, la creciente diferenciación económica en el llamado estado llano o el creciente control de la nobleza por parte del poder real. Sin embargo, el campesinado —la absoluta mayoría de la población— siguió soportando la preeminencia de los derechos feudales y la opresión fiscal, sin apenas diferencias con lo que había ocurrido en el mundo feudal. En la sociedad del Antiguo Régimen, los individuos obtenían su posición social en función de la comunidad en la que nacían; su nacimiento determinaba también sus derechos y obligaciones jurídicas. Cada comunidad —que también puede denominarse orden, estamento, cuerpo o estado— tenía su estatus, sus deberes y sus privilegios que la identificaban y la distinguían de los demás. Se trata, por tanto, de una organización que se fundamentaba en la comunidad y no en el individuo, que está subordinado a su grupo de referencia, sea este la familia, el oficio, la ciudad o el pueblo, el señorío o la Iglesia. Como ya hemos señalado, en el mundo feudal, etapa de origen del Antiguo Régimen, la sociedad aparecía definida por dos grandes contraposiciones:
Según Domínguez Ortiz, del entrecruzamiento de estos conceptos surgió el conocido esquema tripartito:
Cada uno de estos grupos se denominó estamento, por ello se habla de sociedad estamental. Dicha división consagraba la impermeabilidad de cada grupo y, sobre todo, la diferenciación entre privilegiado o no. Las personas nacían predestinadas a ser nobles o plebeyos y poco o nada podían hacer para variar esa situación. No obstante, en el caso de los eclesiásticos, este rasgo se rompía, ya que no se accedía por nacimiento o herencia; fue el único estamento abierto a todos, al menos en teoría. Sin embargo, el dinero podía superar obstáculos legales y promover la movilidad social, incluso el acceso a la nobleza —a sus escalones inferiores (hidalgos), eso sí—. No obstante, la jerarquización social no se basaba, al menos nominalmente, en el poder económico, sino en el reconocimiento proporcionado por el resto de la sociedad a través del honor y la dignidad, expresados mediante el privilegio. El estamento eclesiástico.El clero era uno de los estamentos privilegiados. Disponía de sus propias instituciones y tribunales. Su financiación se basaba en el impuesto del diezmo —décima parte de la cosecha que se aplicaba a algunas producciones: cereales, vino, aceite, ganado, etc.—. Pero su mayor fuente de ingresos era las rentas que les proporcionaba la propiedad de las tierras. En el caso español también fueron importantes las rentas obtenidas de inversiones financieras en deuda pública o de sus numerosas propiedades urbanas. Entre los privilegios legales que ostentaban estaban la exacción del servicio militar, así como de determinados impuestos. Sus funciones no se limitaban al ejercicio del culto y a la intermediación entre las personas y Dios, sino que también estaban encargados de celebrar las festividades religiosas y proporcionar educación tanto en escuelas de pueblo como en universidades. Además, se encargaban de la asistencia social y médica mediante la construcción y mantenimiento de orfanatos, hospitales, etc.
El clero se podía dividir en dos grupos:
Pero el clero también se jerarquizaba en función de su poder político y, sobre todo, económico. A partir de esta división se puede establecer otra división:
La nobleza y aristocracia.Este estamento había ido perdiendo poder político conforme la monarquía absoluta ampliaba sus poderes y cedía la administración del Estado a profesionales (abogados, diplomáticos, escribanos, …). Conservaba, no obstante, la dirección de los ejércitos y los cargos militares. Al igual que el clero, disponía de numerosos privilegios —tribunales propios, exacción de impuestos, …—, aunque existían numerosas diferencias internas, pues el grado de riqueza, determinaba su posición social. Pero, incluso empobrecidos, nunca perdían sus privilegios. La aristocracia era el grupo nobiliario que poseía más poder. Estaba conformada por las grandes familias nobiliarias, ricas y poderosas y se les reservaba los altos cargos de la Administración y del ejército. Los nombres de los distintos niveles nobiliarios varían según el país, pero es posible establecer la siguiente jerarquía: duque, marqués, conde, vizconde, barón e hidalgo o infanzón.
El tercer estado o pueblo llano.El tercer estado o pueblo llano agrupa a todas aquellas personas que no se incluyen en el estamento eclesiástico o en el nobiliario. En prácticamente todas las sociedades europeas representaba más del 90 % de la población y sus rasgos socioeconómicos eran muy diversos, aunque todos tenían en común la carencia de privilegios jurídicos y económicos. Vamos a desglosar a los principales grupos sociales que lo componían. La burguesía.La burguesía era un grupo muy amplio y heterogéneo, pues incluía a propietarios de talleres artesanales, comerciantes, funcionarios y profesionales (médicos, abogados, artistas, …). Su papel político era muy reducido —solamente podía acceder a ciertos cargos municipales en las ciudades—, excepto en algunos países como las Provincias Unidas, Suiza y parcialmente en Inglaterra, donde alcanzó niveles de poder elevados. Su papel económico era fundamental y proporcionaba al Estado abundantes rentas a través de los impuestos. Por ello, a partir del siglo XVIII, comenzó a demandar una mayor participación tanto en cargos políticos como eclesiásticos. La burguesía también utilizó la vía de los matrimonios con una nobleza empobrecida como medio de ascenso social.
Otros grupos urbanos.En las ciudades vivía un amplio número de personas que tenían una posición socioeconómica inferior a la burguesía. Nos referimos a los aprendices y oficiales de los gremios, criados, empleados de las tiendas, etc. El grupo social más bajo lo formaban los pobres que no tenían trabajo y vivían de la caridad, así como los marginados sociales, dedicados a la mendicidad, la delincuencia o la prostitución. El campesinado.Este sector social constituía la mayor parte de la población. También se puede dividir al menos en dos subcategorías, pues su posición social podía variar notablemente. Así, algunos campesinos trabajaban las tierras de la nobleza como arrendatarios, mientras que otros eran siervos, es decir estaban sujetos a su señor y no podían abandonar la tierra libremente. Junto a ellos, existía un pequeño grupo de campesinos propietarios. El nivel de vida de la mayoría siempre rozaba la mera subsistencia y sus posibilidades de mejora social eran nulas. Por esta razón no fueron infrecuentes las revueltas campesinas en toda Europa, especialmente en Francia.
La crisis de la sociedad estamental.La sociedad de órdenes se desestabiliza por los cambios sociales y económicos que se desarrollan a lo largo del siglo XVIII. En esta centuria aparecen con solidez algunos elementos que trastocan el modelo:
Bibliografía.Domínguez Ortiz, A. (1973). Las clases privilegiadas en el Antiguo Régimen. Istmo: Madrid Fernández de Pinedo, E., Gil Novales, A. y Dérozier, A. (1980) Centralismo, Ilustración y agonía del Antiguo Régimen. Labor: Barcelona. Larousse Encyclopédie (s. f.) Ancien Régime. Recuperado de : https://www.larousse.fr/encyclopedie/divers/Ancien_R%C3%A9gime/105343 Lycée Ruffié. Tensions, mutations et crispations de la société d’ordres (XVIIe- XVIII siècles). Recuperado de: https://histgeorufppinquie.weebly.com/tensionsmutations-et-crispations-de-la-socieacuteteacute-dordres-xviie--xviiie.html Wikipédia. L’encyclopédie libre. Société d’Ancien Régime. Recuperado de : https://fr.wikipedia.org/wiki/Soci%C3%A9t%C3%A9_d%27Ancien_R%C3%A9gime |