domingo, 17 de abril de 2016

Las dudas sobre los BRICS



El ciclo expansivo que había registrado la economía capitalista en los inicios del siglo XXI propició la aparición de un grupo de potentes economías emergentes –Brasil, Rusia, India y China– que reclamaba un lugar preeminente en las relaciones internacionales con la intención de consolidarse como polo alternativo a la tradicional triada formada por Estados Unidos, la Unión Europea y Japón. Algunos economistas no descartaban, incluso, que pudieran dominar una economía mundial globalizada hacia mediados del siglo XXI.
Los intentos de vertebrar un grupo tan heterogéneo se produjeron entre 2006 y 2010, auspiciados tanto por la debilidad de las grandes economías desarrolladas afectadas por la crisis iniciada en 2007 como por la incorporación de Sudáfrica en 2011 (BRICS). Sus cumbres de jefes de Estado, no obstante, han insistido más en la cooperación económica que en la vertebración política.

El intento de creación de un polo alternativo –formado por los BRICS– a la tradicional preponderancia occidental en la economía y la geopolítica internacional hizo que desde posiciones ideológicas de izquierda se viese con gran esperanza la aparición de este nuevo grupo de países.

 
Pero la prolongación de la crisis económica ha hecho que también estos países se vean afectados por ella. Al mismo tiempo, en algunos casos –Brasil, Rusia,…– han surgido serios problemas internos. En consecuencia su papel económico y político parece haberse devaluado últimamente.
Brasil se encuentra inmerso en una grave crisis política, sacudido por algunos casos de corrupción en su gobierno. El problema, no obstante, trasciende la cuestión política ya que también supone una lucha social entre las clases populares y la clase media y alta. El país se encuentra muy dividido. A pesar de la reconocida disminución de la pobreza que ha tenido lugar en los últimos años,  las diferencias sociales son enormes, lo mismo que las raciales; este enfrentamiento provoca frecuentes protestas e inestabilidad social. Además Brasil está padeciendo una etapa de recesión económica que comenzó en 2015 y que todavía sigue. Las causas de esta recesión están en la caída de los precios de las materias primas, el fortalecimiento del dólar y la desaceleración china. La elevada inflación y las políticas financieras de contención de la misma han provocado una caída de la demanda interna.
Rusia, por su parte, ha  visto empeorar su situación económica como consecuencia tanto de las sanciones internacionales por su política en el conflicto independentista de de las regiones del este de Ucrania como por la caída de los precios de las materia primas en general y del petróleo y del gas en particular. De la misma manera su imagen internacional se ha deteriorado por las veleidades autoritarias de Vladimir Putin y por su escasa atención a la legalidad internacional en el caso ucraniano.
Por el momento, Rusia se halla más preocupada por mantener su influencia en lo que considera un hinterland irrenunciable –véase el caso de Crimea y del este de Ucrania, o el de su intervención en Georgia– y en aquellos países estratégicos para sus intereses –intervención en Siria– que por establecer una estrategia general común con el resto de potencias emergentes. No obstante, sí ha mostrado su capacidad militar para intervenir allí donde ha querido sin temor a las presiones o sanciones occidentales. 
 China es actualmente el principal actor de este grupo. Sigue adelante su modernización militar y está alcanzando un notable papel en el mundo financiero mediante la creación de bancos internacionales y de la admisión del yuan como moneda de reserva internacional. Pero su economía ha perdido fuelle en estos últimos meses y está lastrada, además, por bastantes problemas de tipo social y medioambiental. Aún así es la que mejor representa una capacidad de liderazgo, basada especialmente en su capacidad económica, aunque internacionalmente sigue siendo vista más con visos de amenaza que con visos de cooperación, sobre todo en occidente.

Evolución de la economía global (2008-2015). Fuente: http://www.esade.edu


India y Sudáfrica representan un papel muy pequeño en las relaciones internacionales. Son, indudablemente, potencias regionales pero sus perspectivas favorables se contraponen con la existencia de serios problemas sociales, desigualdades y conflictos religiosos o étnicos.
En suma, hablamos de potencias relevantes una a una, con notables diferencias entre ellas y que, a pesar de algunas iniciativas conjuntas no han logrado sumar políticamente ni, desde luego, configurar un polo alternativo a occidente y a Japón en la escena geopolítica internacional, situación que se confirma aún más por sus actuales problemas políticos y económicos.

BIBLIOGRAFÍA
GONZÁLEZ, A.  Los BRICS y la gobernanza económica mundial. Recuperado 17 de abril de 2016, a partir de http://www.politicaexterior.com/articulos/politica-exterior/los-brics-y-la-gobernanza-economica-mundial/
GRATIUS, S. “El mundo multipolar de los BRICS”. Foreing Police en español. 2012.
REINOSO, J. “Los emergentes buscan su cuota de poder”. EL PAÍS. 2013.
VV.AA. Brasil, Rusia, India y China (BRIC): Una realidad geopolítica singular. Madrid: Ministerio de Defensa. 2011





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