Buscar este blog

miércoles, 20 de agosto de 2025

Las elecciones celebradas durante la Segunda República

El régimen político de la Segunda República española (1931-1939) significó la ruptura con la preponderancia secular del conservadurismo social y político en la historia contemporánea de España. Las instituciones que representaban esa dominación —partidos tradicionales (conservadores o liberales), la monarquía, la Iglesia y el Ejército—, sometidas a un desprestigio creciente desde principios del siglo XX, se vieron momentáneamente desplazadas del poder que habían ostentado hasta entonces.desplazadas del poder que habían ostentado hasta entonces. Por esa misma razón, las fuerzas representativas de la izquierda y de la burguesía progresista contemplaron con alborozo el gran cambio político iniciado en 1931. Surgía un régimen político nuevo, un sistema que abría las puertas a la democracia, a la participación de todos los ciudadanos y ciudadanas en la política, a la representación popular en las instituciones a través de elecciones desprovistas ya del sufragio restringido. La Segunda República emergió, tras el agotamiento del régimen de la Restauración y la crisis de la Monarquía, como un proyecto de modernización, con sus errores, pero también con sus relevantes logros.

Proclamación de la Segunda República en la plaza de San Jaime de Barcelona el 14 de abril de 1931. Fuente: Wikipedia. Proclamación de la Segunda República

El mapa de las principales fuerzas políticas en la naciente República sufrió un cambio respecto a la etapa anterior. La crisis de la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) había provocado, desde 1926, un auge del republicanismo, corriente política muy poco representativa hasta entonces. A esta nueva presencia republicana se sumaba el socialismo, representado por el PSOE, y las resilientes fuerzas nacionalistas en Cataluña y el País Vasco. Por su parte, los partidos de la derecha tradicional, sumidos en el desprestigio, estaban muy desorganizados y mantenían poca capacidad de movilización.

Elecciones municipales de 12 de abril de 1931.

Tras la dictadura de Primo de Rivera, dos breves gobiernos nombrados por el rey y dirigidos por militares  –los del general Berenguer y del almirante Aznar–  intentaron reconstruir el sistema político de la constitución de 1876, pero su fracaso impulsó al almirante Aznar, que presidía el gobierno desde febrero de 1931, a convocar unas elecciones municipales para el 12 de abril de ese año. La victoria republicana en casi todas las capitales de provincia y en las grandes ciudades provocó la proclamación de la República el 14 de abril de 1931.

Las elecciones municipales de 1931 convertidas en plebiscito. Fuente: https://pongamosquehablodemadrid.com/2014/04/12/elecciones-municipales-del-12-de-abril-de-1931/

El contexto político hizo que estas elecciones tuviesen una transcendencia que propasaba los límites municipales, puesto que lo que estaba en juego era la misma monarquía. La conjunción de fuerzas republicanas y socialistas procuraron convertir esta jornada electoral en un referéndum entre Monarquía y República. Se eligieron unos 80.000 concejales y, aunque las candidaturas monárquicas lograron obtener una ligera mayoría, la victoria de la conjunción republicano-socialista en casi todas las capitales provinciales y en las ciudades grandes —Vigo, Santiago de Compostela, Sabadell, Hospitalet de Llobregat, Linares, Algeciras, Elche, Gijón, Sagunto, Alcira, Cartagena, etc.— indicaba el descrédito de la monarquía. Conocidos los resultados, muchos municipios proclamaron la República por su cuenta. Paralelamente, el rey Alfonso XIII se exilió a Roma, aunque no abdicó de sus poderes.

Resultados electorales de las elecciones municipales de abril de 1931

Coalición o tendencia políticaConcejalesAlcaldes de capitales de provincia
Monárquicos40.324                10
Republicanos y socialistas36.282                37
Esquerra Republicana3.219                  3
Lliga Regionalista de Catalunya1.014 
Nacionalistas Vascos267 
Comunistas67 
Independientes1.207 

Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_municipales_de_Espa%C3%B1a_de_1931

Elecciones generales a Cortes Constituyentes de 28 de junio de 1931.

Las consecuencias políticas de las elecciones municipales de abril condujeron a la formación de un gobierno provisional presidido por Alcalá Zamora, ex monárquico y conservador, pero figura puente con el republicanismo más moderado. El objetivo de este gobierno fue la convocatoria de unas elecciones a Cortes Constituyentes, no obstante ser este su principal objetivo promulgó algunos decretos relevantes sobre la reforma militar y las relaciones laborales.

El decreto de la convocatoria de elecciones modificó algunos aspectos de la Ley electoral de 1907:

  • Se creó una única cámara en vez de las dos existentes en el parlamento monárquico.
  • Se rebajó la edad mínima para votar, de 25 a 23 años.
  • Aunque se mantuvo el sufragio masculino, se posibilitó que las mujeres pudieran ser candidatas.
  • Se dispuso la circunscripción provincial, con algunas excepciones, y con listas abiertas.

Estas disposiciones favorecían a los grandes partidos o coaliciones, circunstancia que ayudaba a la creación de grandes alianzas electorales, aspecto que aprovechó mejor la izquierda.  

Diputados de las Cortes Constituyentes de 1931. Fuente: Centro Documental de la Memoria HIstórica. Ministerio de Cultura. https://www.cultura.gob.es/cultura/areas/archivos/mc/archivos/cdmh/exposiciones-y-actividades/echa-un-vistazo/constitucion-1931.html

La campaña electoral pilló a la derecha desorganizada y dividida, con algunos de sus líderes huidos al extranjero. Por esta razón, en parte, y porque socialistas y republicanos conformaron una coalición, su victoria electoral fue contundente.

Resultados electorales de las elecciones del 28 de junio de 1931
Alianzas y partidosDiputados
Conjunción Republicano-Socialista (PSOE, Partido Republicano Radical, Partido Republicano Radical Socialista, Esquerra Republicana de Catalunya, Acción Republicana, Derecha Liberal Republicana, Partido Republicano Democrático Federal, Federación Republicana Gallega, Agrupación al Servicio de la República)422 diputados
Regionalistas y Nacionalistas de Centro y de Derecha (Partido Nacionalista Vasco, Independientes Galleguistas, Lliga Regionalista de Catalunya, Partit Catalanista Republicà, etc.)21 diputados
Derechas (Agrarios, Acción Nacional)20 diputados
Derecha Monárquica (Comunión Tradicionalista, Católicos Agrarios, Unión Monárquica Partido Católico Tradicionalista, Monárquico Liberal)10 diputados

Mientras que el país era dirigido por un gobierno provisional presidido primero por Niceto Alcalá-Zamora, hasta el 14 de octubre, y después por Manuel Azaña, las Cortes se centraron en la redacción y aprobación de una nueva constitución, que fue promulgada el 9 de diciembre de 1931. Tras su aprobación, las Cortes no se disolvieron y Niceto Alcalá-Zamora volvió al cargo de presidente de la República proponiendo a Azaña para presidente del nuevo gobierno. Este presentó su nuevo gobierno el 15 de diciembre de 1931, formado por republicanos de izquierda —Acción Republicana, el partido de Azaña, el Partido Republicano Radical Socialista (PRRS), la Organización Republicana Gallega Autónoma (ORGA) y  Esquerra Republicana de Cataluña— y el PSOE.

Elecciones generales de 19 de noviembre de 1933

El 19 de noviembre de 1933 se celebró la primera vuelta de las segundas elecciones generales para Cortes. En estas elecciones las mujeres pudieron ejercer su derecho al voto por primera vez en España. Los resultados dieron la victoria a los partidos de centroderecha y de derecha, iniciándose el llamado segundo bienio entre 1933 y 1936.

Las elecciones se celebraron a doble vuelta, la primera el 19 de noviembre y la segunda el 3 de diciembre. La legislación que amparaba su realización era nueva, pues su referencia era la Ley Electoral aprobada el 27 de julio de 1933. Dicha ley introdujo algunos cambios importantes:

  • Elevación al 40 % de los sufragios requeridos para que una candidatura triunfara en la primera vuelta. Si ninguna candidatura lo hacía, en la segunda solamente podrían participar quienes hubiese alcanzado un mínimo del 8 % de los votos.
  • Se permitió cambiar la composición de las candidaturas entre la primera y la segunda vuelta.
  • Se mantuvo el sistema electoral mayoritario de listas abiertas que premiaba a las candidaturas que obtenían más votos.

Esta vez las derechas no republicanas formaron una coalición electoral con el nombre de Unión de Derechas y Agrarios —CEDA, Partido Agrario, los monárquicos de Renovación Española, los carlistas de Comunión Tradicionalista, además de otros pequeños grupos e independientes—. Su programa se basó en tres puntos: revisión de la Constitución de 1931, abolición de la Reforma Agraria de 1932 y aprobación de una amnistía para los condenados por el intento de golpe de Estado del general Sanjurjo.

El Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux se presentó como una opción de centro con el apoyo de otros pequeños partidos republicanos de centroderecha —Partido Republicano Liberal Demócrata de Melquiades Álvarez y Partido Republicano Progresista de Niceto Alcalá-Zamora—.

Por otra parte, los republicanos de izquierda y los socialistas se presentaron por separado. En el PSOE se impuso la tesis de Largo Caballero de romper las relaciones con los republicanos, en contra de la posición contraria mantenida por Indalecio Prieto y Fernando de los Ríos.

Los anarquistas de la CNT emprendieron una campaña a favor de la abstención, salpicada de llamadas a la insurrección si ganaban las derechas.

Los resultados, sobre un total de 473 escaños, fueron estos.

PartidoEscaños% escaños
Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA)11524,3
Partido Republicano Radical (PRR)10221,1
Partido Socialista Obrero Español (PSOE)5912,5
Partido Agrario Español (PAE)306,3
Lliga Catalana245,1
Comunión Tradicionalista (CT)204,2
Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)173,6
Partido Republicano Conservador (PRC)173,6
Renovación Española143,0
Independientes de derechas132,7

La representación gráfica de estos resultados es la siguiente:

Significado de la letenda: Derecha, azul oscuro; Centro-derecha, azul claro; Centro, verde; Izquierda, rojo. Fuente: https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:Spanish_general_election_map,_1933.svg

Se puede observar un claro predominio de las derechas en todo el territorio, con la única excepción notable de Cataluña y algunas islas electorales de la izquierda y del centro en zonas litorales y en Madrid.

Estos datos mostraron un cambio relevante con respecto a los de las elecciones de 1931. Si bien ninguna fuerza política logró una mayoría suficiente para gobernar en solitario, el resultado de la CEDA, una derecha católica que no había declarado su lealtad a la República, y de otros partidos de derecha o de centroderecha abrió las posibilidades de que estos grupos pudiesen formar gobierno.

Por otra parte, la derrota de la izquierda republicana y de los socialistas, alejaba la posibilidad de un gobierno progresista. Varios historiadores inciden en que la principal causa de la derrota de las fuerzas progresistas fue que estas se presentaron desunidas, al contrario que las fuerzas de la derecha, que lograron la victoria.

En este contexto, Alcalá Zamora pidió a Alejandro Lerroux, líder del Partido Republicano Radical, la segunda fuerza más votada, que formara un gobierno puramente republicano, sin republicanos de izquierda ni la CEDA. Pero Lerroux tenía en mente una alianza parlamentaria con la CEDA que sostuviese un gobierno de su partido.

Elecciones generales de 16 de febrero de 1936.

La sucesión de escándalos del Partido Republicano Radical acabó desgastando profundamente a su gobierno. Los intentos de Gil Robles (CEDA) por acceder al gobierno fueron bloqueados por Alcalá Zamora; ante la imposibilidad de que ningún partido pudiese gobernar sin el apoyo de ninguno de los dos partidos más votados, Alcalá Zamora firmó la disolución de las Cortes y la celebración de unas nuevas elecciones.

Esta vez las dinámicas preelectorales fueron conformándose de manera distinta a 1933. Manuel Azaña e Indalecio Prieto propusieron la conveniencia de formar una coalición electoral similar a la que había gobernado el primer bienio. Finalmente, la propuesta contó con el beneplácito de ala radical del PSOE (Largo Caballero) y con el del PCE. Al pacto se unieron otras fuerzas como el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) o el Partido Sindicalista. Se formará, así, la coalición del Frente Popular.

La derecha no se presentó tan unida. La CEDA formó pactos electorales con diversas fuerzas de menor entidad, según la provincia: monárquicos, radicales, republicanos conservadores, fascistas. El partido Radical, desacreditado, se presentó solo a las elecciones.

La normativa electoral se regía por un sistema mayoritario que obligaba a celebrar una segunda vuelta si ningún candidato alcanzaba el 40 % de los votos. En esta segunda vuelta solamente participaban los candidatos que más votos habían obtenido y bastaba la mayoría simple para ganar. La norma electoral fijaba también la provincia como circunscripción electoral, aunque las ciudades con más de 150.000 habitantes (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza, Bilbao, Málaga y Murcia) constituían su propia circunscripción. Las ciudades de Ceuta y Melilla obtenían un escaño cada una. Estas reglas creaban un congreso de 473 escaños.

Portada del periódico La Voz. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/La_Voz_(1920-1936)

El sistema electoral de listas abiertas en vigor durante la Segunda República permitía a cada elector repartir sus votos entre candidatos de todas las tendencias políticas. Por ello, si bien se conocen con exactitud los votos obtenidos por cada candidato individualmente, es difícil cuantificar el apoyo popular recibido por cada partido o coalición. No obstante, se han realizado cálculos que tratan de estimar cuántos electorales votaron “a las izquierdas”, “a las derechas” o “al centro”.

Las elecciones tuvieron lugar el 16 de febrero de 1936, siendo presidente de gobierno Portela Valladares

Posición ideológicaPartidoDiputados% Escaños
                    Frente Popular (izquierda)PSOE9920,9
Izquierda Republicana8718,4
Unión Republicana377,8
Esquerra Republicana Cataluña214,4
Partido Comunista España173,6
Acció Catalana Republicana51,1
Unió Socialista de Catalunya40,8
Partido Galeguista30,6
P. Republicano Democrático Federal20,4
Unió de Rabassaires20,4
P. Nacionalista Republicà d’Esquerra20,4
Partido Sindicalista10,2
Partido Obrero de Unificación Marxista10,2
Partit Català Proletari10,2
Esquerra Valenciana10,2
Republicanos independientes20,4
Posición ideológica  PartidoDiputados finales% Escaños
  Grupo PNVPartido Nacionalista Vasco81,7
Socialcristiano vasco10,2
        Republicanos de centroP. de Centro Nacional Republicano173,6
Partido Republicano Radical51,1
Partido Republicano Progresista61,3
Partido Republicano Conservador30,6
Partido Republicano Liberal Demócrata20,4
Republicano independiente40,8
Posición ideológicaPartidoDiputados finales% Escaños
        DerechaConfederación Española Derechas Autónomas8818,6
Bloque Nacional (Renovación Española)122,5
Lliga Catalana122,5
Partido Agrario Español102,1
Comunión Tradicionalista91,9
Monárquicos independientes20,4
Partido Nacionalista Español10,2
Partido Regionalista Mallorca10,2
Católico10,2
Independientes de derecha40,8

Fuente de los datos: https://www.historiaelectoral.com/e1936.html

La participación fue del 76% del censo –o del 72,9 % según otros historiadores–. En cualquier caso, fueron las elecciones que registraron la participación más alta de las tres que tuvieron lugar durante la Segunda República, lo que se atribuyó al fracaso del abstencionismo propugnado por los anarquistas y a la polarización política. Podemos observar la distribución geográfica de los resultados en el siguiente mapa.

Resultados electorales de las elecciones generales de febrero de 1936. Fuente: Real Academia de la Historia. https://historia-hispanica.rah.es/hechos/1369739-1936-16-ii

En los años 70 del siglo pasado el historiador Javier Tusell realizó un estudio sobre los resultados de estas elecciones de 1936 y mostró que se produjo un reparto muy equilibrado de votos con una leve ventaja de las izquierdas (4,65 millones, 47,1%) sobre las derechas (4,50 millones, 45.6%), mientras que el centro político quedó muy reducido (0,5 millones, 5,3%).

A pesar de la politización del debate sobre la limpieza de las elecciones y del cuestionamiento del gobierno surgido de ellas, existe un amplio consenso entre los historiadores sobre la validez del resultado de las mismas, a pesar de que la campaña electoral se desarrolló entre una fuerte tensión social y política, con mucha agresividad verbal y algunos casos de violencia política tanto por parte de la izquierda como de la derecha. No obstante, algún estudio reciente ha incidido, desde una óptica revisionista de los consensos señalados, en el cuestionamiento de los resultados. Sin embargo, la mayor parte de las respuestas dadas a esta interpretación inciden en que las corruptelas que pudieron producirse no tuvieron entidad para cuestionar la totalidad del proceso, y se debieron más al clientelismo y al caciquismo imperantes en algunos ámbitos que a una política planificada de fraude electoral.

Bibliografía.

Álvarez M. y Villa, R. (2017). 1936. Fraude y violencia en las elecciones del Frente Popular. Madrid, Espasa.

Casanova, J. (2007). República y guerra civil. Barcelona, Crítica/Marcial Pons.

Elecciones generales de España de 1936. (28 de julio de 2025). En Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Espa%C3%B1a_de_1936

Elecciones municipales de España de 1931. (18 de agosto de 2025). En Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_municipales_de_Espa%C3%B1a_de_1931

González, E.; Sánchez, F. (2018). Revisando el revisionismo. A propósito del libro 1936. Fraude y violencia en las elecciones del Frente Popular. Historia Contemporánea, 58.

Moradiellos, E. (2017). Las elecciones generales de febrero de 1936: una reconsideración historiográfica. Revista de Libros.

Sánchez Pérez, Francisco (2023). El Germinal español. Las elecciones que trajeron la Segunda República. Madrid, Akal.

Tusell, J. (1971). Las elecciones del Frente Popular. Madrid, Edicusa.

Villa, Roberto (2011). La República en las urnas. Madrid, Marcial Pons.

domingo, 27 de julio de 2025

La Nueve: soldados republicanos españoles en la IIª Guerra Mundial.

Soldados republicanos españoles en el desfile de la liberación de París. Fuente: https://www.rtve.es/play/videos/telediario-1/td2espanolesparis220819/5370025/

La Nueve fue el nombre de la primera compañía aliada que entró en París cuando aún estaba bajo la ocupación nazi. Dicha compañía estaba formada, en su mayor parte, por soldados republicanos españoles que se habían exiliado tras su derrota en la Guerra Civil española.

El 24 de agosto de 1944 dicha compañía, que formaba parte de la 2ª División Blindada comandada por el general Leclerc, entró en París para liberar la ciudad de la ocupación alemana. Estos soldados fueron tomando diversos puntos clave de la ciudad para preparar la entrada del resto de fuerzas aliadas. Además, detuvieron al comandante alemán de la plaza, Dietrich von Choltitz. Sus vehículos llevaban los nombres de diversas ciudades españolas: Brunete, Santander, Madrid, Teruel, Guernica, etc.

La novena compañía, la Nueve, con uniforme de gala, fotografiada en Gran Bretaña a mediados de junio de 1944. Fuente: https://patrimonioculturaldearagon.es/noticias/una-web-rescata-la-historia-de-los-republicanos-espanoles-de-la-nueve/

La coyuntura histórica.

A mediados de 1944 parecía que la guerra comenzaba a tomar un giro favorable a los aliados en todos los frentes. Desde 1943, las tropas alemanas retrocedían en el frente del este, tras sufrir graves derrotas en Kursk y en Stalingrado. A principios de junio de 1944 se había producido el desembarco de Normandía y los alemanes comenzaron a retroceder también en el frente occidental.

La población parisina, animada por estas circunstancias, se rebeló contra los ocupantes nazis de la ciudad. Ante esta situación, y aunque no era uno de sus objetivos principales, las tropas aliadas decidieron entrar en la capital francesa. La operación se dejó en manos del general Leclerc al frente de su división blindada; en ella estaban alistados unos 3.500 soldados republicanos españoles. La vanguardia de su avance estuvo protagonizada por la novena compañía, la Nueve, dirigida por el capitán francés Raymond Dronne pero conformada por soldados españoles en su gran mayoría. En su avance, una sección montada sobre vehículos semiorugas estadounidenses, con nombres de lugares relevantes en la Guerra Civil española: Guernica, Guadalajara, Teruel, Brunete, etc., y dirigida por el teniente castellonense Amado Granell, ocupó diversos puntos estratégicos de la ciudad y consiguió llegar al Ayuntamiento en la noche del 24 de junio. Simbólicamente habían liberado París. Al día siguiente, entró el grueso de las fuerzas aliadas y los alemanes se rindieron. París había sido liberado de la ocupación nazi.

Fuerzas de la resistencia francesa junto a un vehículo de la Nueve avanzando por las calles de París. Fotografía de Robert Capa. Fuente: https://www.elmercuriodigital.net/2022/05/de-normandia-berchtesgadenlos.html#gsc.tab=0

Su participación en la IIª Guerra Mundial no se limitó a este hecho, sino que también participó en el avance aliado hacia el norte de Francia y Alemania, incluso intervino en la toma del famoso Nido del Águila. No obstante, su composición había variado pues, en las batallas de Vacqueville y Badonviller, la compañía padeció numerosas bajas que fueron reemplazadas por reclutas franceses. Adoptó, así, un carácter franco-español, aunque siempre mantuvo su afán de lucha por la libertad.

La trayectoria de estos combatientes.

La Guerra Civil española provocó, desde sus inicios, un flujo de refugiados que buscaban su salvación en Francia. La ocupación de Barcelona por las tropas franquistas a finales de enero de 1939 produjo una enorme avalancha de refugiados —se calcula que unas 470.000 personas— que desbordó totalmente a las autoridades francesas, dirigidas por un gobierno conservador que, además, veía a los refugiados con temor y no era favorable a su acogimiento. Por ello trató la cuestión como un problema de seguridad, adoptando numerosas medidas policiales y creando un sistema de campos de internamiento (o de concentración) —véase al respecto la entrada https://miradahistorica.net/2019/02/04/los-refugiados-republicanos-espanoles-en-el-sur-de-francia/

Gringoire. Ilustración xenófoba de Roger Roy. 10 de septiembre de 1937. Fuente: Página web del Museo de la Historia de la Inmigración. París.http://www.histoire-inmigration.fr/musee.  Citado por Chaussec Damien en Españoles durante la Segunda Guerra Mundial en Francia.

Entre los refugiados se encontraban numerosos militares republicanos que podían aportar tanto trabajo como experiencia militar. Para ellos se abrieron tres posibilidades:

  • Alistarse en la Legión Extranjera.
  • Alistarse en los Regimientos de Marcha de Voluntarios Extranjeros (RMVE).
  • Incorporarse a las Compañías de Trabajadores Extranjeros (CTE).

Muchos soldados republicanos españoles acabaron aceptando alguna de estas opciones, bien por obligación bien porque veían así la posibilidad de continuar la lucha contra el fascismo internacional. No obstante, el Ejército francés siempre se negó a crear unidades exclusivamente españolas.

De esta manera, una parte de los componentes españoles de la Nueve provenía de la Legión Extranjera que permanecía en el norte de África tras el armisticio francés con los nazis. Otra parte procedía de los que había sido obligados a incorporarse a los Grupos de Trabajadores Extranjeros (GTE) al servicio del gobierno colaboracionista francés. Y otra parte relevante procedía de los denominados Cuerpos Francos de África (CFA), creados con el objetivo de incorporar a hombres en edad militar y dispuestos a combatir a Alemania, pero que no deseaban ingresar en las estructuras del ejército francés situado en África. Estas fuerzas crecieron con rapidez y participaron en la campaña de Túnez, integrados en la 9ª División de Infantería de Estados Unidos.

Acabada la campaña de Túnez, los CFA fueron disueltos (1943) y muchos de los voluntarios españoles se alistaron individualmente en las Fuerzas de la Francia Libre (FFL) lideradas por De Gaulle. El periplo de estos soldados republicanos españoles les condujo a acabar incorporados en la 2ª División Blindada francesa dirigida por el general Leclerc. En su seno se formó un batallón, comandado por el capitán francés Joseph Putz, que había sido brigadista internacional en la Guerra Civil de España, en el que abundaban los combatientes españoles, especialmente en la Novena compañía (la Nueve), creada en agosto de 1943.

Durante los meses restantes de 1943, los componentes de este batallón se instruyeron en Argelia y Marruecos. Desde aquí la unidad fue transportada a Gran Bretaña y equipada con material norteamericano —camiones, vehículos semioruga, tanques, etc.—. Iniciado el desembarco de Normandía, toda la 2ª División, y con ella la Nueve, fue desembarcada en Francia, participando en el avance aliado sobre las regiones de Normandía y Bretaña.  

Avance de la 2ª División Blindada entre 1944 y 1945. Fuente: La Voie de la 2e DB Leclerc. En: https://www.voiedela2edb.fr/

La trayectoria de la Nueve se prolongó hasta mayo de 1945 y en ella sirvieron 360 hombres de diversas nacionalidades, de los cuales la mitad fueron españoles. La composición de la compañía tenía cierto parecido con las de las Brigadas Internacionales que habían combatido en la Guerra Civil española: franceses huidos de la Francia de Vichy, refugiados del norte de África, alemanes antinazis, antifascistas belgas, portugueses, italianos, rumanos, etc.

Reconocimiento y memoria histórica.

Hasta fechas relativamente recientes, los franceses, imbuidos en un halo de patriotismo poco generoso, habían ignorado la actuación de los republicanos españoles en el conflicto bélico. Aunque no se puede olvidar el hecho aislado de que ya el 26 de agosto de 1944, en la celebración de la victoria de la liberación de París, el puesto de honor del desfile conmemorativo lo ocupaban los transportes semioruga de la división de Leclerc y, en el primer vehículo, iban Amado Granell y Rafael Gómez. En España, prácticamente, permanecieron borrados de la memoria colectiva dominante.

A finales del siglo pasado este olvido comienza a subsanarse. Así, el presidente francés François Mitterrand y el presidente de gobierno español, Felipe González, realizaron en 1994 un homenaje a la resistencia española que contribuyó a liberar Francia, aunque no se mencionó a la Nueve.

En España, finalizando el franquismo, comenzaron a publicarse algunos estudios sobre la participación española en la Segunda Guerra Mundial, apoyados en testimonios de los participantes y en el contexto del creciente interés por el exilio español. Ya entrado el siglo actual, la publicación en 2008 de la fundamental obra de Evelyn Mesquida —La Nueve, los españoles que liberaron París— contribuyó a la aparición de una nueva valoración del papel desempeñado por estos hombres. A partir de 2015, fueron surgiendo homenajes y reconocimientos a su actuación en la guerra. En 2019, en el marco del 75 aniversario de la liberación de París, se rindieron diversos homenajes a la Nueve. Quizás el hecho de que la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, sea nieta de exiliados españoles haya tenido algo que ver en este cambio.

Mural inaugurado en un edificio de París el 24 de agosto de 2019 en homenaje a los soldados de la Nueve. Obra de los pintores Juan Chica-Ventura, Anne Aubert et Claire Lartiguet Pino: https://www.radiofrance.fr/franceculture/liberation-de-paris-la-nueve-et-ses-republicains-espagnols-enfin-pleinement-reconnus-9924544

Su hazaña estuvo animaba por un profundo sentimiento antifascista, afianzado durante la Guerra Civil española, y el deseo de que la derrota de los nazis y de los fascistas italianos se culminaría con la invasión de España y la caída de Franco.

Bibliografía

Ayuso, Silvia (2019) Los españoles que liberaron París. EL PAÍS 24/10/2024. Recuperado de: https://elpais.com/internacional/2019/08/23/actualidad/1566580228_347155.html

Gobierno de Aragón (s. f.) Los de la Nueve. Sus hombres, su historia. Recuperado de https://losdelanueve.es/

La Nueve (24/08/2024). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 23/10/2024. https://es.wikipedia.org/wiki/La_Nueve

Mesquida, Evelyn (2008) La Nueve, los españoles que liberaron París. Barcelona: Ediciones B.

Radio France. Libération de Paris (2019): la Nueve et ses républicains espagnols enfin pleinement reconnus. Recuperado de: https://www.radiofrance.fr/franceculture/liberation-de-paris-la-nueve-et-ses-republicains-espagnols-enfin-pleinement-reconnus-9924544

Roca, P. (et. al.) (2023). La Nueve. Republicanos españoles en la Segunda Guerra Mundial. Madrid: Desperta Ferro Ediciones.

sábado, 26 de julio de 2025

Las ideologías del movimiento obrero en el siglo XIX (II). Marxismo y anarquismo.

En la segunda mitad del siglo XIX surgieron, y se difundieron, las dos ideologías que dominaron el movimiento obrero durante más de un siglo. Paralelamente, las organizaciones obreras, sin abandonar algunas de las fórmulas surgidas en la etapa anterior —como los sindicatos o el cooperativismo—, adoptaron nuevas formas organizativas que buscaban configurar un ámbito de actuación mundial para lograr sus objetivos, nos referimos a las sucesivas internacionales obreras.

El marxismo.

El marxismo es la teoría política y socioeconómica que surge a partir de la obra Karl Marx (1818-1883)  y de Friedrich Engels (1820-1895). Ambos autores recibieron tres tipos de influencias:

  1. De los socialistas utópicos, especialmente de Proudhon, Saint Simon y Blanqui.
  2. De la filosofía clásica alemana, particularmente de los filósofos hegelianos de izquierda.
  3. De la economía política británica, sobre todo de Adam Smith y de Davis Ricardo.

Además de las fuentes citadas anteriormente, las teorías marxistas también se vieron influidas por las experiencias derivadas de las luchas de los obreros europeos —revuelta de Silesia en 1840, revolución de 1848, etc.—. De esta manera, sus teorías se elaboraron con la finalidad de comprender la realidad social y política de su tiempo y también para ofrecer pautas de actuación que permitiesen lograr su objetivo final: la superación del capitalismo.

Barricada ante el ayuntamiento de Colonia en marzo de 1848. Fuente: https://elpais.com/babelia/2024-05-29/primavera-revolucionaria-de-christopher-clark-una-llamarada-europea.html

Todos sus planteamientos teóricos tienen, pues, un sentido eminentemente práctico que pretende la transformación revolucionaria de la realidad. El marxismo es una herramienta para ser usada en la acción revolucionaria del movimiento obrero.

Elementos fundamentales.

Los elementos fundamentales de la teoría marxista pueden reducirse a cuatro:

  1. El materialismo histórico. Tanto Marx como Engels fueron influidos por el positivismo imperante entonces. Ello les condujo a aplicar a su obra dichos postulados, pretendiendo elaborar un sistema de análisis de la realidad social basado en el método científico. La tesis fundamental de este método es que la evolución histórica está impulsada por la lucha de clases, a su vez determinada por el desarrollo de las fuerzas productivas —trabajo y medios materiales destinados a producir o distribuir bienes o servicios— y por las relaciones sociales de producción —relaciones que establecen las personas en el proceso de producción de bienes—.
  2. El materialismo dialéctico. Es el componente filosófico del marxismo. Parte de la filosofía de Hegel —de quien toma el uso de la dialéctica para explicar los cambios históricos— pero de la dualidad Idea o Materia, escoge como principal a la segunda. Las ideas, según Marx, son derivados de las realidades materiales, que siempre son las determinantes. No niega, sin embargo, el papel de las ideas en la transformación histórica.
  3. Economía política. La mayor parte de su producción teórica sobre este tema se encuentra en su obra El Capital, donde analiza el funcionamiento de la economía capitalista, así como su formación histórica. De este análisis extrae el concepto de “plusvalía” —valor del trabajo del obrero que el capitalista no paga—, que explica la “explotación” de la clase obrera.
  4. Teoría de la revolución. Su teoría de la revolución se fundamenta en la experiencia de la Comuna de París (1871) —ver al respecto la entrada de este blog https://miradahistorica.net/2023/01/12/la-comuna-de-paris/ —. Establece la necesidad de crear un Estado revolucionario originado por la toma del poder de la clase obrera; esta fase es necesaria para asegurar el proceso revolucionario —mediante una dictadura del proletariado—. El objetivo último de tal Estado es gestar una sociedad comunista —donde no existiría la propiedad ni el Estado—.

Obras.

Marx y Engels escribieron, conjuntamente o por separado, un gran número de obras que contribuyeron a conformar el pensamiento marxista. Sin ánimo de ser exhaustivos, podemos citar algunas de ellas.

Conjuntas: La ideología alemana (1845), La sagrada familia (1845) y el Manifiesto del partido comunista (1848).

Karl Marx: Tesis sobre Feuerbach (1845), La lucha de clases en Francia de 1848 a1850 (1850), El 18 de brumario de Luis Bonaparte (1852), La España revolucionaria (1854), Teorías sobre la plusvalía (1862), El capital (1867-1894).

Friedrich Engels: La condición de la clase obrera en Inglaterra (1845), Las guerras campesinas en Alemania (1850), De la autoridad (1872), El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado (1884)

Fotomontaje de retratos de Karl Marx y Friedrich Engels (entre 1875 y 1888). Fuente: https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:Marx_%26_Engels_%284%29.jpg

El marxismo fue ganado influencia durante la segunda mitad del siglo XIX hasta convertirse en la ideología dominante en el movimiento obrero, condición que perduraría hasta finales del siglo XX. No obstante, con el tiempo, fueron surgiendo interpretaciones diferenciadas que darían lugar a varias divisiones políticas e ideológicas —socialdemocracia, marxismo-leninismo, trotskismo, maoísmo, etc.—. La diversidad de interpretaciones ha convertido al marxismo en una teoría abierta. Si bien su papel como teoría revolucionaria ha perdido su prestigio, su aportación al análisis histórico y económico sigue perviviendo.

El anarquismo.

Casi paralelamente al marxismo surgió la otra gran ideología del movimiento obrero en la segunda mitad del siglo XIX: el anarquismo. Sus orígenes se encuentran en algunos pensadores del socialismo utópico como Proudhon o Godwin, que anticiparon algunas de sus principales propuestas

Aunque su aportación teórica no ha tenido la envergadura de la del marxismo, su papel ideológico y político ha sido crucial en algunas coyunturas históricas —la Primera Internacional (1864-1876), la Comuna de París (1871), la Revolución Rusa (1917), la Segunda República española y la Guerra Civil (1931-1939), etc.—.

Al igual que el marxismo, el anarquismo surge en el contexto de la primera Revolución Industrial como respuesta a la situación de explotación y desigualdad que padecían los trabajadores.

Principales principios del anarquismo.

La diversidad de autores considerados anarquistas no impide establecer algunos principios básicos de este pensamiento:

  • La valoración de la autogestión como forma de organización social, aplicada mediante asambleas o formas de actuación colectivas. De esta manera, se quita poder a las instituciones y se democratiza la acción política, social y económica.
  • Enlazado con el aspecto anterior está el rechazo de la autoridad de cualquier poder centralizado e impuesto, ya sea el Estado, el patrón, las iglesias o los partidos políticos.
  • Libertad individual. Las personas deben ser autónomas y actuar sin estar sometidas a estructuras de poder que puedan coaccionarlas.
  • La anarquía no busca una sociedad caótica, sino un mundo de concordia en el que no exista ningún poder político y en el que los ciudadanos compartan su riqueza.
  • Confianza en la educación popular. Se pensaba que la educación propiciaría la transformación pacífica de las sociedades

Encuadrados bajo este epígrafe podemos encontrar a autores como Mijaíl Bakunin (1814-76) —partidario de la eliminación del Estado, de la desaparición de los ejércitos y de la revolución espontánea del campesinado—, Piotr Kropotkin —propone la idea de la ayuda mutua y de la cooperación—, Max Stirner, Errico Malatesta,  León Tolstoi (que intentó unir el ideario anarquista con las enseñanzas de Jesucristo, tarea en la que fue acompañado por otros filósofos como Soren Kierkegaard o Ivan Illich) ,  Eliseo Reclús o Emma Goldman.

Gaspar-Félix Tournachon. Fotografía de Mijail Bakunin en 1862. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Mija%C3%ADl_Bakunin

Tendencias en el pensamiento anarquista.

Por otro lado, el anarquismo se ha dividido en diversas tendencias a lo largo de la historia, incluyendo el anarquismo individualista, el anarcosindicalismo o el anarcocomunismo. Cada una de estas corrientes tiene sus propias interpretaciones y enfoques sobre la manera de alcanzar una sociedad sin Estado y sin jerarquías.

  • El anarquismo individualista. Se basa en una tradición filosófica que valora fundamentalmente la libertad y la autonomía individual. La interacción social de las personas debe efectuarse a través de asociaciones voluntarias que buscan el interés propio.
  • El anarcosindicalismo. Resalta el papel de la organización sindical como principal instrumento tanto para la lucha obrera como para la transformación social.
  • El anarcocomunismo. Tendencia que propugna la abolición del Estado y de la propiedad privada. Propone la propiedad común de los medios de producción y la gestión horizontal de la sociedad mediante la democracia directa.
Casa de la CNT-FAI, situada en la actual Via Layetana (Barcelona), en 1938. Fuente: https://elpais.com/ccaa/2019/12/03/catalunya/1575400319_871702.html

Además de las ya citadas, surgieron otras corrientes anarquistas que alcanzaron menor difusión: el anarquismo mutualista basado en Proudhon, el anarquismo colectivista de Bakunin y, más recientemente, el anarcocapitalismo que combina el rechazo al Estado y la aceptación sin trabas de los principios del libre mercado como rectores del funcionamiento de la economía.

Otras características.

El anarquismo encontró sus apoyos más importantes en los países del sur de Europa —España, Italia y, en menor medida, Francia— así como en Rusia, zonas con un mayor peso relativo del campesinado.

Una de las cuestiones en las que aparecen las diferencias ideológicas entre las distintas interpretaciones es la metodología para llevar a cabo la transformación revolucionaria de la sociedad. Las propuestas a este respecto oscilaron desde la vía pacífica, que preveía una evolución social a partir de la educación y la acción sindical, aunque no descartaba el uso de la huelga general, hasta la utilización de la violencia revolucionaria.

Anónimo. Ilustración de un atentado con bomba durante la Procesión del Corpus en Barcelona (1896). Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Atentado_de_la_Procesi%C3%B3n_del_Corpus

El anarquismo desapareció como fuerza relevante del movimiento obrero tras la Iª Guerra Mundial, con la excepción de España donde siguió desempeñando un destacado papel hasta después de la Guerra Civil (1936-39).

La principal diferencia entre el marxismo y el anarquismo es que el primero pretende conquistar las instituciones (el Estado) para, desde ellas —dictadura del proletariado—, construir la nueva sociedad socialista. Una vez consolidada esta, el Estado desaparecería y se instauraría el comunismo. Por su parte, los anarquistas pretenden, desde un primer momento, destruir las instituciones (el Estado) y toda forma de autoridad, hecho que permitiría erigir la nueva sociedad comunista y libertaria.

Bibliografía.

Abendroth, Wolfgang (1970). Historia social del movimiento obrero. Barcelona: Estela.

Cañas, J. A. (2017). La utopía socialista que no pudo ser. EL PAÍS. Recuperado de https://elpais.com/cultura/2017/04/12/actualidad/1491987377_210061.html    

Fernández, J. M.; González, J.; Ramírez, G. (2022) Historia del mundo contemporáneo. Madrid: Santillana.

Paniagua, Javier. (2010). Breve historia socialismo y comunismo. Madrid: Nowtilus.

Paniagua, Javier. (2012). Breve historia del anarquismo. Madrid: Nowtilus.

Piqueras, J. A. (1997) El movimiento obrero. Madrid: Anaya.

Valera Muñoz, L. E.; Fernández Ros, J. M. (1991). Historia del mundo contemporáneo. Valencia: Llebeig.

Las elecciones celebradas durante la Segunda República

El régimen político de la Segunda República española (1931-1939) significó la ruptura con la preponderancia secular del conservadurismo soci...