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viernes, 10 de enero de 2025

La revuelta catalana de 1934: l'Estat Catalá

Es bien conocida la frase de Marx, Carlos, que dice que la historia se repite siempre dos veces, primero como tragedia y, luego, como farsa. Y comienzan a aparecer visos de que esto mismo está ocurriendo con el problema creado por la convocatoria, por el gobierno catalán, de un referéndum de autodeterminación para el 1 de octubre. Bien es cierto que las causas concretas de ambos acontecimientos son diferentes, así como el contexto histórico, especialmente el internacional. Pero llama la atención el hecho de que en los dos únicos períodos democráticos disfrutados por España en la etapa contemporánea haya aflorado la cuestión catalana –por llamarla de alguna manera–; y ello siempre a partir de un crecimiento de la tensión entre el gobierno central y el autonómico. Algo muy parecido ocurrió en 1934.

El programa político que las fuerzas de la oposición consensuaron en San Sebastián preveía atender las reivindicaciones nacionalistas catalanas. Pero, el mismo día en que proclamó la IIª República, el 14 de abril de 1931, Francesc Macià proclamó en Barcelona, por su cuenta, la República Catalana. Para reconducir la situación, el gobierno central, aún provisional, envió a tres ministros con el fin de llegar a un acuerdo. A cambio de no romper la estructura del Estado y de retirar la proclamación, el gobierno se comprometía a restablecer la Generalitat de Cataluña, cuya presidencia ostentaría el mismo Macià, y a aprobar un estatuto de autonomía en las futuras Cortes Constituyentes.

 Proclamación de la IIª República en Barcelona.
Fuente: Wikipedia 

La constitución de 1931 permitió el reconocimiento del derecho a la autonomía de las regiones. Cataluña fue la primera en comenzar el proceso a iniciativa de Esquerra Republicana, que desde las elecciones de 1931 había desplazado al nacionalismo moderado de la Lliga Regionalista como partido hegemónico en Cataluña. Como consecuencia del acuerdo obtenido por Macià, se creó una Diputación Provisional de la Generalitat, formada por representantes de los municipios. Esta Diputación creó, a su vez, una comisión de seis miembros que redactó un anteproyecto de Estatuto de Autonomía, que luego, el 6 de agosto de 1931, fue refrendado por el 99 % de los votos, aunque las mujeres no pudieron votar. El 18 de agosto el proyecto entró en las Cortes.

El proyecto de Estatuto adoptaba una filosofía federal en la concepción territorial del Estado y proponía una serie de competencias que contradecían lo estipulado en la Constitución de 1931: creación de una ciudadanía catalana, el catalán como única lengua oficial, posibilidad de incorporar otros territorios, etc. Estas propuestas chocaban con lo que se decía en la constitución pues, aunque la constitución reconocía las autonomías, el texto se fundamentaba en una concepción unitaria del Estado.


Aunque el proyecto fue reformado para adecuarlo a la constitución –se conservaron las competencias exclusivas en derecho civil y régimen administrativo, en la red secundaria de transportes y en sanidad y servicios sociales; y compartidas en educación, orden público y hacienda–, suscitó bastante oposición en prácticamente todos los grupos parlamentarios. Para su aprobación fue fundamental la actitud de Azaña, claramente favorable, y la situación política creada tras el intento del golpe de Estado del general Sanjurjo, en agosto de 1932. A partir de ese momento, se aceleró la discusión del mismo y el 9 de septiembre fue aprobado por la mayoría de las Cortes. Las elecciones convocadas en Cataluña poco después dieron la victoria otra vez a Esquerra Republicana. Al morir Macià, en diciembre de 1933, fue sustituido en la presidencia de la Generalitat por Lluís Companys, que formó un gobierno de concentración con partidos de izquierda. 

La victoria electoral de los republicanos radicales y de la CEDA –noviembre de 1933– y su llegada al gobierno en diciembre de 1933 explican la aparición de los primeros conflictos de competencias. El primero surgió con la aprobación en el parlamento catalán de la Ley de Contratos de Cultivo, que aseguraba un período mínimo de explotación de las tierras a los arrendatarios (rabassaires) del sector vitivinícola, así como la posibilidad de acceder a la propiedad de las mismas. La derecha catalana –la Lliga–, con el apoyo del gobierno central presentó un recurso de inconstitucionalidad que fue ganado ante el Tribunal de Garantías Constitucionales. Este hecho fue considerado por Esquerra Republicana como un ataque a la autonomía catalana.

La respuesta de la Generalitat dirigida por Companys hay que inscribirla en el marco de la revolución de octubre de 1934. Como es bien conocido, el sector más radical de la UGT, liderado por Largo Caballero, adoptó un programa claramente revolucionario que después fue adoptado por el PSOE, pero no por la CNT. La entrada de ministros de la CEDA en el gobierno fue el desencadenante por el que los socialistas iniciaron la insurrección, que se justificó como un medio para impedir que Gil Robles destruyera la República.

Para comprender correctamente estos acontecimientos hay que situar el marco histórico europeo. En la Europa de 1934 estaba consolidándose el avance del fascismo. A los casos de Alemania e Italia, había que añadir Austria, donde el canciller Dollfuss declaraba partido único a su Frente Patriótico y reformaba la constitución en un sentido corporativista. Ese ejemplo alarmaba a la izquierda española –al PSOE, puesto que la CNT se desentendió–, que dio por amortizada la república burguesa y optó por la revolución socialista.

 Tipología regímenes políticos en Europa en los años treinta.
Fuente: http://social-es-sinclases.blogspot.com.es/2013/04/los-totalitarismos-fascismo-y-nazismo.html 


También hay que tener en cuenta lo extendida que estaba la idea –entre la izquierda y el centro-izquierda republicano– de que la República solo podía ser gobernada por los partidos con estas ideologías. En la campaña electoral de las elecciones de 1933, los líderes socialistas se habían pronunciado a favor de una revolución socialista. Por ello, el nuevo gobierno de centro-derecha vio cuestionada su legitimidad desde un principio, basándose en la supuesta intención de que quería destruir la República. Macià, entonces, presentó a Cataluña como el último baluarte de la República.

Como ya es sabido, la insurrección revolucionaria impulsada por los socialistas fracasó a nivel nacional –aunque la huelga general fue importante en algunas capitales: Madrid, Sevilla, Valencia, Córdoba, Barcelona...– entre otras razones porque ni la policía ni el ejército quisieron implicarse. La intentona revolucionaria solamente tuvo reflejo en dos fenómenos muy diferentes: el levantamiento obrero en Asturias, y en menor medida en el País Vasco, y la revuelta nacionalista en Cataluña. Lo que unía a estas manifestaciones era su intento de impedir por la fuerza la derechización de la República.

En Barcelona, la huelga general del 5 de octubre no contó con el apoyo de la CNT. Al día siguiente, Companys anunciaba la ruptura de relaciones con el gobierno central y la proclamación del "Estado Catalán dentro de la República Federal Española" como una medida contra el acceso de la CEDA al poder. No se trataba de una proclama independentista, sino de la creación de un Estado catalán dentro de un Estado, republicano, español; una fórmula compleja. Al mismo tiempo, invitaba a los líderes de la revuelta a acudir a Barcelona para formar un gobierno provisional.

La iniciativa comportaba también una rebelión militar cuyos preparativos habían estado a cargo del conseller de Gobernación, Josep Dencás, curioso personaje cercano al ideario fascista y duro represor de los anarquistas en su etapa como conseller. El apoyo popular armado que este esperaba no se manifestó en las calles. Además, Companys fracasó en su intento de atraerse al general Domingo Batet, jefe militar de Cataluña, que no obedeció sus órdenes y ocupó la ciudad. El día 7, Batet dispuso una batería de artillería frente al edificio de la Generalitat y tras una pequeña resistencia y un breve cañoneo tanto de la Generalitat como del Ayuntamiento, el gobierno catalán se rindió. La fracasada rebelión costó la vida a cuarenta y seis personas, ocho soldados y treinta y seis civiles.


El castigo a los responsables de la rebelión, impulsado por la CEDA y un sector del Partido Radical, se centró en los socialistas, en la figura de Azaña y en el Estatuto de Cataluña y sus representantes. Azaña fue detenido y permaneció unos meses en prisión por el simple hecho de que la rebelión coincidió con su presencia en Barcelona; mientras tanto se intentó liquidar el Estatuto, así el 14 de diciembre se suspendía indefinidamente la autonomía y se procesaba a los dirigentes del gobierno autonómico. Companys y sus consellers fueron condenados a treinta años de cárcel por rebelión militar. Los militares que estaban a cargo de los mossos d'esquadra y del somatén fueron condenados a muerte, aunque luego se conmutaron sus penas.

LLuis Companys, con otros miembros de su gobierno, en prisión. Fuente: http://www.lasprovincias.es/sociedad/201703/02/modelo-barcelona-echa-cerrojo-20170302115723.html

La rebelión fracasó y la autonomía estuvo suspendida hasta 1936, cuando el gobierno del Frente Popular la restauró.

Entrada publicada originalmente el 19 de septiembre de 2017.

Bibliografía.

Casanova, J. y Gil, C (2009). Historia de España en el siglo XX. Barcelona: Ariel.

Fernández, J.M., González, J., León, V., Ramírez, G. (2016). Historia de España. Madrid: Santillana.

Fontana, J. (2016). La formació d’una identidat. Barcelona: Eumo.

Martín, J. (2017). El primer Estado catalán duró 11 horas y acabó con el Govern entre rejas. Noticias de Cultura. Recuperado 19 de septiembre de 2017, a partir de https://www.elconfidencial.com/cultura/2017-09-06/estado-catalan-1934-proces-cataluna-independencia_1438898/

Nieto, A. (2014). La rebelión militar de la Generalidad de Cataluña contra la República. Madrid: Marcial Pons.

Pericay, X. (2015). El día que Cataluña se separó de España. Recuperado  a partir de http://www.elmundo.es/la-aventura-de-la-historia/2015/09/21/55fff4caca4741491d8b458f.html

Proclamación del Estado Catalán en octubre de 1934. (s.f.). En Wikipedia, la enciclopedia libre. Recuperado a partir de https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Proclamaci%C3%B3n_del_Estado_Catal%C3%A1n_en_octubre_de_1934&oldid=101751253

domingo, 19 de febrero de 2017

El conflicto de Kosovo

La entrada se ha publicado anteriormente en mi nuevo blog De Historia:  https://sobrehistoria.es/2017/02/18/texto/

  1. Orígenes.

El conflicto de Kosovo hace referencia a la guerra surgida durante 1998 en la región serbia de Kosovo y que perduraría hasta 1999. En ella se mezclaría un conflicto civil entre los kosovares de origen albanés y los de origen serbio, ayudados estos últimos por la policía y el ejército yugoslavos (que equivale a decir serbios) con una intervención internacional protagonizada por la OTAN. El resultado final fue la derrota serbia y la proclamación de la independencia de la citada región.
Aunque Kosovo es considerada la cuna histórica y religiosa de los serbios, desde el siglo XV había pertenecido al Imperio Otomano pasando de nuevo a Serbia tras la Primera Guerra Balcánica, en 1913. En ese largo período gran parte de la población kosovar se islamizó bien como resultado de la convivencia -y del interés por pagar menos impuestos- o bien como consecuencia de las inmigraciones impulsadas por los turcos desde la actual Albania.
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Situación de los Balcanes al finalizar la primera Guerra Balcánica. Fuente: Wikipedia
A partir de 1913 el número de serbios fue aumentado paulatinamente aunque, durante la IIª Guerra Mundial, la región quedó bajo el dominio italiano y sus aliados albaneses, produciéndose expulsiones masivas de serbio-kosovares. La idea de los fascistas italianos era crear una Gran Albania uniendo territorios kosovares con Albania. Pero Italia firmó el armisticio con los aliados en 1943, siendo sustituida en la zona por Alemania que permaneció en Kosovo hasta 1944.
Durante el mandato del mariscal Tito (1945-1980), Kosovo alcanzó un grado notable de autogobierno mediante diversos estatus políticos -provincia autónoma, región autónoma- pero siempre dependiendo de Serbia. En 1974 la nueva Constitución yugoslava le reconoció el carácter de provincia autónoma dentro de Serbia aunque con un mayor grado de autogobierno.
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Organización territorial de Yugoslavia. Fuente: Historia con mapas.
La muerte de Tito en 1980 y el agravamiento de la crisis económica -escasa capacidad inversa propia, agricultura de subsistencia, aumento del paro, etc.- impulsaron el nacionalismo albano-kosovar que se manifestó mediante manifestaciones y protestas contra los habitantes de origen serbio, especialmente virulentas en 1981. La respuesta del gobierno central fue decretar el estado de emergencia y emprender una dura política represiva contra los albano-kosovares.
Paralelamente, en Serbia, fue surgiendo un nacionalismo agresivo que promovía la idea de la Gran Serbia -unión de los territorios poblados por serbios en Bosnia, Vojvodina y Kosovo con Serbia-. La figura más preeminente de este movimiento fue Slobodan Milosevic, que gracias al auge de este nacionalismo llegaría a la presidencia de Serbia en 1990.

2. La desintegración de Yugoslavia: el contexto del conflicto kosovar.

Poco después, en 1991, se iniciaba la Guerra de los Balcanes. Un cruel conflicto que desembocó en la independencia de las diversas repúblicas que habían formado hasta entonces el Estado de Yugoslavia. Croacia y Eslovenia fueron reconocidas como nuevos Estados en 1992, Bosnia-Herzegovina lo haría en 1995, al acabar la guerra. Por su parte, Serbia y Montenegro formaron la República Federal de Yugoslavia. La adopción de un discurso nacionalista agresivo por parte de los líderes serbios, como estrategia defensiva de sus privilegios y el deseo de las elites de Eslovenia y Croacia de abandonar un Estado que veían como un obstáculo para sus intereses económicos explican el choque de trenes que inició la guerra.
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Refugiados croatas en Vukovar, en 1991. Fuente: Inavukic.com
Mientras se desarrollaba la guerra de los Balcanes, el distanciamiento entre las dos comunidades kosovares fue creciendo. Además, la situación demográfica favorecía las pretensiones de mayor autogobierno de la población albanesa. A principios de la década de los noventa Kosovo estaba poblada por un 82 % de albaneses y 10 % de serbios. La situación de estos últimos distaba de ser cómoda por lo que las autoridades serbias comenzaron a diseñar una respuesta enérgica a lo que se interpretaba como una pérdida de poder de su comunidad. Situación que se achacaba a la aplicación de la Constitución de 1974.

3. El choque de nacionalismos.

El nacionalismo serbio, de cariz agresiva, acabó enfrentándose al nacionalismo albanés, que había surgido como una ideología de resistencia. En cualquier caso el nacionalismo fue el instrumento de las elites dirigentes para intentar preservar su posición de privilegio.
El enfrentamiento se inició a finales de los años ochenta. Desde entonces, las autoridades serbias comenzaron a limitar los derechos de los albano-kosovares y a promover el repoblamiento serbio de la región. Las tensiones entre albaneses y serbios culminaron con la supresión de la autonomía de Kosovo (1989).
Los albano-kosovares se organizaron políticamente creando, en 1989, la Liga Democrática de Kosovo (LDK) cuyo líder, Ibrahim Rugova, impulsó una política de control paralelo de las instituciones y de los servicios públicos e impulsó una resistencia no violenta. Buscó también el respaldo internacional para sus políticas. Sus recursos provenían especialmente de la emigración albano-kosovar y de las redes de economía sumergida, importantes siempre en la región.
El estancamiento de la situación impacientó al movimiento estudiantil albanés que comenzó a organizas protestas y manifestaciones. Apareció también, en 1996, un grupo terrorista albanés, el Ejército de Liberación de Kosovo -UCK en albanés- que también enarbolaba la bandera nacionalismo; sus acciones militares se dirigieron contra instalaciones de la policía serbia, acrecentando sus atentados con el paso del tiempo.
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El líder de UÇK Hashim Thaci en Pristina, 1999. Fuente: kosovo.net
Las elecciones serbias de 1997 fueron ganadas por el Partido Socialista aunque se formó un gobierno de coalición que acrecentó la presión sobre los albaneses de Kosovo. La crisis producida en Albania durante 1997, con el consiguiente descontrol y caos político, permitió al UCK armarse con materiales procedentes del ejército albanés así como crear una “retaguardia” segura en el noroeste de este país. Este hecho, junto a la reacción popular ante la matanza de Drenica, acrecentó el poder del UÇK y su opción militar, al tiempo que debilitaba la opción de la lucha pacífica encabezada por Rugova, que contaba, sin embargo, con el apoyo de los EE.UU. y de buena parte de los estados europeos.

4. La guerra

En 1998 las incursiones desde Albania del UÇK aumentaron al contar con ayuda de mercenarios musulmanes procedentes de estados árabes y de Bosnia, de algunos países occidentales y de sectores del crimen organizado. Su objetivo era “liberar” partes del territorio kosovar. La policía y el ejercito serbio respondieron a estas acciones con una gran ofensiva militar, entre julio y octubre de ese año, que les permitió recuperar todo el territorio perdido. El conflicto de Kosovo se dirigía claramente hacia la guerra.
El caos político existente entre los albano-kosovares, el grave problema de los refugiados y desplazados por la guerra -unos 300.000- y el peligro de que el conflicto extendiera a Albania y Macedonia hicieron que la OTAN amenazara a Yugoslavia con una intervención que acabaría produciéndose en marzo de 1999.
El fracaso de las conversaciones de Rambouillet (Francia) y la continuación de los enfrentamientos armados llevó a la OTAN a iniciar los bombardeos aéreos de diversos objetivos en Yugoslavia argumentando motivos humanitarios. Los bombardeos cesaron en junio con la capitulación serbia. Se discutió si la intervención estuvo o no amparada por la ONU -Resolución 1199 del Consejo de Seguridad de la ONU- pero el resultado final de la intervención se plasmó en la Resolución 1244 del Consejo de Seguridad que estableció:
  1. Solucionar la grave crisis humanitaria y posibilitar el retorno de todos los refugiados.
  2. Reconocimiento del principio de soberanía e integridad territorial de Yugoslavia y del resto de estados.
  3. El cese de los ataques de la OTAN y de los enfrentamientos armados en Kosovo.
  4. Despliegue de una fuerza internacional de seguridad (KFOR) en Kosovo.
  5. Establecimiento de una misión internacional para reconstruir Kosovo y preparar el territorio para la celebración de elecciones (UNMIK)
De esta manera, desde 1999 Kosovo ha estado bajo el control de un protectorado internacional que toma su legitimidad de la Resolución citada antes. La presencia de unos 40.000 soldados de la KFOR, entre ellos unos 900 españoles, aseguraba el funcionamiento de la gestión política y administrativa. Con el territorio pacificado, la demanda de autodeterminación se extendió a todas las fuerzas políticas albano-kosovares.
Mesto: Kosovska Mitrovica Datum: 28.09.2011 Dogadjaj: DRUŠTVO/VOJSKA/POLITIKA - nemaèki pripadnici KFOR obezbeðuju most u Kosovskoj Mitrovici Licnosti:
Soldados alemanes de la KFOR en Mitrovica. Fuente: http://www.balkaninsight.com/

5. La creación del nuevo Estado.

Acabada la guerra, unos 800.000 albaneses regresaron a Kosovo. También fueron apareciendo, poco a poco, vestigios de asesinatos masivos cometidos por ambas partes así como denuncias de destrucción del patrimonio artístico y cultural. Otro fenómeno vinculado a la postguerra fue la expulsión de serbios y gitanos; las fuerzas de la KFOR tuvieron que dedicarse a su protección, al igual que la de otras minorías en medio de un creciente proceso de etnificación.
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Mapa de Kosovo. Distribución étnica del territorio. Fuente: http://www.globalsecurity.org/
En 2001 la UNMIK entregó a los albano-kosovares algunas instituciones de autogobierno. Las elecciones de 2007 dieron la victoria a Hashim Thaçi, antiguo líder del UÇK y claramente independentista, posición que también mantenía la segunda fuerza política -la Liga Democrática de Kosovo-. Con esta composición, en 2008, el parlamento de Kosovo declaró unilateralmente la independencia de Serbia y la creación de la República de Kosovo.
La comunidad internacional se dividió ante el reconocimiento del nuevo Estado. Estados Unidos y buena parte de la UE lo reconocieron pero Rusia y sus aliados, Serbia, España, India, Grecia, Rumanía y China, así como muchos países latinoamericanos no lo hicieron.
Los odios y recelos acumulados entre ambas comunidades -serbios y albaneses- hacen prácticamente imposible, al menos durante bastante tiempo, la convivencia entre ambos pueblos. Cualquier posibilidad de sociedad multicultural o interétnica saltó por los aires con la guerra.
El nuevo Estado surgió además con numerosos y graves problemas. Su posición internacional no es el mas importante. La situación económica es desastrosa, con un 35 % de paro y una renta per capita de 3.000 euros; la corrupción es un problema muy extendido. El mismo Thaçi ha sido acusado de relaciones con la mafia albanesa y de traficar con órganos humanos. La misión de la UE para apoyar al sistema judicial y a la policía (Eulex) permanecerá en el país al menos hasta 2018. A todas luces Kosovo es actualmente un Estado fallido, sostenido principalmente con el apoyo norteamericano, que tiene allí una de sus bases militares más grandes fuera de EE.UU. –Camp Bondsteel–, y en menor medida, de la UE.

6. Los intereses internacionales.

La destrucción de Yugoslavia se debió a la eclosión nacionalista que surgió en sus repúblicas pero también a su confluencia con intereses internacionales que deseaban su desaparición.
Alemania estaba interesada desde los años setenta en atraer a Croacia y Eslovenia a su hinterland económico separándolas de Yugoslavia. Ya en 1987 se consideró que ambas repúblicas podrían incluso entrar en la entonces CEE, hecho que alentó los respectivos nacionalismos. De la misma manera, también Alemania apoyó las demandas de independencia de la población albano-kosvar.
Por su parte Estados Unidos pretendió la reorganización del espacio geopolítico y militar de los Balcanes con la disminución del poder de Serbia, aliado tradicional de Rusia, y la creación de la base militar antes citada, destinada a vigilar todo el espacio balcánico, el Mar Negro y Turquía. Una zona de importancia estratégica ya que por ella transitan flujos petroleros procedentes del Mar Caspio y del Oriente Próximo y es la zona de contacto entre la Europa atlántica –occidente– y Asia.
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Base de Camp Bonsteel. Fuente: http://tecnologamilitar.blogspot.com.es/
Bibliografía.
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Dérens, J.-A. (2011). La “guerra sucia” del UCK en Kosovo. Le Monde Diplomatique en español, 186, 1-4.
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Hillard, P. (2008). Kosovo y la geopolítica de los Balcanes. Retrieved from http://www.voltairenet.org/article156009.html
Remiro Brotóns, A. (2008). Kosovo, realismo y legitimidad. Política Exterior, 122.
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Samary, C. (2003). Protectorados: un callejón sin salida. Le Monde Diplomatique en español, 91.
Taibo, C. (2001). Guerra en Kosova. Madrid: Los Libros de la Catarata.
Vecino, M. A. (2007). Kosovo: razones de una independencia. Política Exterior, 119.

sábado, 22 de enero de 2011

Alemania: de la unificación a la hegemonía europea (1871-1890)

El nacionalismo alemán se basó en una concepción cultural y étnica (lengua, cultura, tradiciones), fundamentada en una interpretación histórica, para conformar la idea de la existencia de un pueblo alemán. Su pretensión fue construir un estado  que uniese los distintos reinos en que se dividía Alemania (39 en 1815). Este objetivo se cumplió en 1871 bajo la dirección del estado más fuerte: Prusia. Nacía así el II Reich o Imperio, dirigido por Guillermo I.
Esta unificación se produjo mediante la victoria militar de Prusia en dos guerras: contra Austria en 1866 (batalla de Sadowa) y contra Francia en 1870 (anexión de Alsacia y Lorena). La Alemania unida se convirtió en la potencia hegemónica en Europa hasta 1914 y, gracias a la habilidad política de Bismarck, en el árbitro de las relaciones internacionales hasta 1890.


Fuente del mapa: Kalipedia.

Las elecciones celebradas durante la Segunda República

El régimen político de la Segunda República española (1931-1939) significó la ruptura con la preponderancia secular del conservadurismo soci...