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viernes, 24 de enero de 2025

Los últimos de Filipinas: el final del imperio ultramarino español.

El año 1898 ha quedado como referente de la pérdida de los últimos restos del imperio ultramarino español. La guerra hispano-cubano-estadounidense fue el conflicto que provocó dicha desaparición, pero los orígenes de este conflicto se remontan años atrás y surgen en Cuba.

El primer enfrentamiento entre cubanos y españoles se inició en 1868, fecha en la que  comenzó la denominada Guerra de los Diez Años (1868-1878). Al mismo tiempo que en la península estallaba la Revolución, en Cuba se declaraba la guerra. Este enfrentamiento ya significó un aviso de que las relaciones entre la metrópoli y la colonia estaban volviéndose difíciles; los criollos pedían más derechos políticos y económicos, la abolición de la esclavitud y la rebaja de impuestos. La Paz de Zanjón (10 de febrero de 1878) significó la rendición de las tropas rebeldes que lograron algunas mejoras –libertad de los esclavos que participaron en el conflicto y algunos derechos políticos–, pero quedaron lejos de sus grandes pretensiones: la independencia y la abolición total de la esclavitud. 

Como esta primera confrontación no sirvió para cerrar definitivamente los desacuerdos, en 1895 volvió a estallar otra revuelta contra España, desencadenándose un nuevo conflicto armado. Tanto la abolición de la esclavitud (1886) como las cesiones del gobierno español –autonomía plena, igualdad de derechos políticos, sufragio universal, etc.– llegaron tarde. Para los dirigentes de los independentistas cubanos, liderados por el Partido Revolucionario Cubano de José Martí y apoyados por los grupos imperialistas estadunidenses, estas medidas eran insuficientes.  

El elemento definitorio en el conflicto fue la intervención militar estadounidense. El "casus belli" fue el hundimiento del acorazado norteamericano Maine, de visita en La Habana, pero las causas de la intervención han de situarse en el contexto de la carrera imperialista que caracterizó el cambio de siglo y en el creciente expansionismo de Estados Unidos, muy interesado en controlar los mares limítrofes, especialmente el Caribe y el Pacífico (doctrina Mahan). En estos mares se hallaban, precisamente, los restos coloniales españoles, defendidos por una metrópoli sumida en otros problemas y con una capacidad militar muy inferior a la estadounidense. 

 Colonias españolas de ultramar en 1898.
Fuente: https://es.pinterest.com/source/images.classwell.com 

La guerra, como es bien sabido, se extendió también a Filipinas y concluyó con la derrota española, plasmada en las batallas navales de Cavite (Filipinas), el 1 de mayo, y Santiago de Cuba, el 3 de julioLa pérdida de los últimos restos del imperio representó un duro golpe para el prestigio y el papel internacional de España, pero en el interior este hecho fue acogido con indiferencia e incluso alivio. En algunos aspectos, como el económico, la pérdida colonial fue positiva al repatriarse bastantes capitales y evitarse el enorme gasto de la guerra. 

En Filipinas la presencia española era más reducida que en Cuba, limitándose a las ciudades y las zonas costeras. Los nativos y los mestizos pidieron reformas, al igual que había ocurrido en Cuba, demandas que se vehicularon a través de la creación de la Liga Filipina (1893) dirigida por José Rizal. Pero será el Katipunan liderado por Emilio Aguinaldo el que inicie, en 1896, la rebelión armada contra España. El conflicto parecía encauzado a finales de 1897, pero la intervención estadounidense, en el marco de la guerra hispano-cubano-estadounidense, reavivó la guerra. 

Batalla naval de Cavite. Anónimo, 1898. Battle of Manila Bay showing USS Olympia

La derrota española se plasmó en el Tratado de París (diciembre 1898) por el que España reconoció la independencia de Cuba y la cesión de Puerto Rico, Filipinas y Guam a Estados Unidos. La guerra había concluido, por tanto, a finales de 1898.

Durante el conflicto, un destacamento de soldados españoles se quedó aislado de sus líneas en un poblado denominado Baler, situado al noreste de la isla de Luzón. Los combatientes españoles se refugiaron en una iglesia y allí soportaron sin rendirse un asedio que duró 337 días, hasta el 2 de junio de 1899. Su aislamiento les impidió conocer la evolución de la guerra, así como la firma de la paz en diciembre de 1898. Mientras tanto, había comenzado una nueva confrontación entre filipinos y norteamericanos, en las que el destacamento español ya no intervino.

 

Localización de Baler 

 Localización de Baler

Cuando conocieron finalmente la firma de la paz, las tropas españolas se rindieron de forma honrosa a los filipinos. Estos no los consideraron prisioneros y permitieron su traslado a Manila con todos los honores. Desde allí regresaron a la península, desembarcado en Barcelona el 1 de septiembre de 1899. Ya en España recibieron un triste recibimiento sin que colectivamente se les reconociese mérito alguno. Pronto fueron olvidados. 

El destacamento de Baler a su llegada a Barcelona. Fuente: Wikipedia.

La gesta, que oscila entre la heroicidad y lo absurdo, ha pasado a la historia militar española como un gran hito. El valor de estos soldados, desperdiciado en una epopeya que no podía salir bien, se ha convertido en una muestra de valentía, incluso cuando el sacrificio era por una causa imposible. Como en tantas otras ocasiones, estos hombres fueron ninguneados después y su gesta apenas recordada y valorada.

En el mismo año en que los últimos de Filipinas regresaban a España, el gobierno de Francisco Silvela vendía a Alemania las Carolinas, las Marianas –menos Guam– y las Palaos. Sin bases militares y navales en Filipinas era imposible ejercer cualquier tipo de soberanía sobre ellas. El imperio español en el Pacífico desaparecía definitivamente.

Últimos restos del imperio español en el Pacífico. Fuente: Wikipedia

Bibliografía.



domingo, 3 de noviembre de 2024

Negreros españoles

Historia ContemporáneaHistoria de EspañaHistoria Moderna

Negreros españoles

Los conceptos

El concepto de negrero se refiere a todos los que intervinieron en las actividades de transporte y comercio de esclavos, especialmente de los procedentes de África. En España se han utilizado expresiones como “barco de negros” o “tratante de negros” desde el siglo XVI, lo que muestra la prontitud del fenómeno. La Real Academia de la Lengua, por su parte, define negrero como la persona dedicada a la trata de negros y lo hace sinónimo de esclavista.

Joseph Swain: A bordo de un barco esclavista. (1835). Fuente: National Geographichttps://historia.nationalgeographic.com.es/a/viaje-esclavos-africanos-hasta-america_19892

Está extendida la creencia de que la esclavitud tuvo escasa importancia en los territorios españoles, tanto durante el Antiguo Régimen como en el siglo XIX. Esto es así porque, desde el mundo historiográfico y cultural español, se ha prestado escaso interés a dicho fenómeno. Pero basta comprobar el número de descendientes de esclavos africanos existente en los territorios coloniales españoles de América para darse cuenta de que dicha aseveración no es cierta. De la misma manera, en la península también fueron frecuentes los casos de esclavismo.

Contexto histórico.

El tráfico de esclavos fue una actividad económica de gran relevancia durante la Edad Moderna. En esta etapa, más de 12 millones de personas fueron trasladadas forzosamente desde África a América para esclavizarlas. En este sentido, los datos aportados por la organización Hutchins Center for African & African American Research (Universidad de Harvard) –citados por Moreno Rico– confirman que, entre 1501 y 1875, se trasladaron 12.521.335 esclavos. Un tráfico pracaticado por la mayoría de países europeos; la distribución de las principales banderas de los barcos negreros fue la siguiente:

PaísCantidad de esclavos trasladados
Portugal5.848.266
Gran Bretaña3.259.441
Francia1.381.404
España1.061.524
Países Bajos554.336
Estados Unidos305.055

La larga pervivencia del fenómeno y los grandes beneficios que procuraba están relacionados con los inicios del capitalismo moderno —en esta relación fue fundamental la denominada ruta triangular— . Ver al respecto la entrada de este blog: https://miradahistorica.net/2021/01/21/la-ruta-comercial-triangular-los-inicios-de-una-economia-mundial/#:~:text=La%20ruta%20comercial%20triangular%20fue,continente%20africano%20al%20tr%C3%A1fico%20colonial.

Ruta triangular transanlántica. Fuente: Olivier Lalonde (2021) Transatlantic Triangular Trade Map. En: World History Encyclopedia, https://www.worldhistory.org/image/13739/transatlantic-triangular-trade-map/

Mediante esta ruta se promovió un tráfico comercial que, a costa de los esclavos, dinamizó las economías de Europa y de sus colonias americanas, generando una gran acumulación de capital que sirvió después para impulsar el desarrollo económico capitalista de algunos territorios europeos y americanos. Este comercio se realizó con la connivencia de los poderes políticos del momento, primero de las monarquías absolutas y, posteriormente, del Estado liberal. Ambos tipos de regímenes políticos promulgaron legislaciones que legalizaban el trabajo esclavo, así como los códigos disciplinarios que se les aplicaba.

No obstante, ya a finales del siglo XVIII y más intensamente en el siglo XIX, fueron surgiendo movimientos abolicionistas. Los primeros en demandar la supresión del tráfico de esclavos fueron los cuáqueros de Pensilvania en 1673. Después, la Ilustración contribuyó a fomentar un pensamiento humanitario que condenaba al esclavismo. Luego, algunas iglesias y la expansión del liberalismo y de las primeras teorías socialistas, consolidaron el abolicionismo. La fuerza de estas ideas se mostró en las sucesivas prohibiciones del tráfico de esclavos y, más tarde, con la supresión de la esclavitud. En fecha más tardía, ya en 1839, el papa Gregorio XVI condenó el comercio de negros. La plasmación cronológica de este proceso se inició en 1807, cuando Gran Bretaña prohibió el tráfico comercial de esclavos. España declaró ilegal la trata, por primera vez, mediante un convenio internacional, en 1817, pero el tráfico no desapareció; más tarde, España reafirmó su postura con otro convenio firmado con Gran Bretaña en 1835. Entre 1823 y 1869 se abolió la esclavitud en Hispanoamérica, en 1865 en Estados Unidos, en 1873 en Puerto Rico y en 1886 en España y en Cuba.

Las decisiones citadas no supusieron la desaparición drástica del tráfico de esclavos. La cantidad de esclavos trasportada desde África no disminuyó durante la primera mitad del siglo XIX. La demanda se mantenía porque el sistema económico de plantación –de frutas, azúcar o algodón– seguía requiriendo este tipo de mano de obra al no haber introducido ninguna medida para cambiar la organización del trabajo, que proporcionaba una buena rentabilidad si se empleaban esclavos. Solo a partir de 1850 comienzan a introducirse elementos innovadores: maquinaria agrícola movida a vapor, ferrocarriles, etc., elementos que contribuyeron a disminuir la demanda de esclavos.

Plantación de azúcar en la colonia británica de Antigua. Dominio público.

El tráfico de esclavos en España en la etapa contemporánea.

A partir de 1789 se aplicó la libertad de trata de esclavos en todo el imperio español y tal comercio registró un gran impulso en el Caribe español; según José A. Piqueras, entre 1789 y 1821, 342.000 esclavos fueron llevados a Cuba. El mismo autor cita el ejemplo de Sebastián de Lasa, el primer comerciante que preparó una expedición a África en busca de esclavos. Era este originario del País Vasco, establecido en La Habana desde 1785 y muy relacionado con otros comerciantes y hacendados vascos residentes en la isla. Las iniciativas de esta índole abundan en el periodo indicado. Otro dato que se señala es el del peso de la participación de las embarcaciones catalanas en el comercio con Cuba, que alcanzó el 24,7 % de las españolas y que aportaron el 21,7 %  de los esclavos africanos durante los años citados.

El siglo XIX se inició con el negocio de la trata de esclavos en apogeo. A causa de las prohibiciones, el tráfico clandestino sustituyó al legal. En el Caribe español, especialmente en Cuba, su demanda crecía de mano de la expansión azucarera, que proporcionaba ingentes beneficios y que motivaba la subida del precio de los esclavos. El flujo de esclavos con destino a las islas caribeñas procedía principalmente de las posesiones españolas en el golfo de Guinea  —islas de Fernando Póo,  Annobon, Corisco y Elobey, además de la parte continental de la región del Muni­—.

Localización de los dominios españoles en el golfo de Guinea.

A causa de las prohibiciones del tráfico realizadas por Gran Bretaña (1807) y Estados Unidos (1808), el negocio quedó formalmente en manos de españoles, pero en la práctica se trataba de un negocio internacional.

El perfil del comerciante de esclavos español se explica bien a partir de casos como el de Salvador Samá Martí —citado por Piqueras, a quien seguimos—, quien además de dedicarse a este comercio era poseedor de ingenios azucareros e inversor en empresas financieras y de transporte. En 1860 fue ennoblecido por la reina por Isabel II con el título de marqués de Marianao. Uno de sus hermanos, Jaime Samá regresó a Barcelona hacia 1847 e invirtió en la industria textil algodonera.

El autor cita en su libro muchos otros ejemplos de comerciantes, marinos y funcionarios españoles dedicados a la trata de esclavos: los hermanos Cuesta Manzanal (León), Pedro Blanco y Fernández de Trava (Málaga), Eduardo Fesser (Cádiz), Bernabé Martínez (La Rioja), Juan Tomás Jáuregui (Navarra), Juan Madrazo (Cantabria), Antonio Frías (Canarias), los hermanos Vidal-Quadras (Cataluña), Juan Francisco Barrié (francés, afincado en La Coruña), Mariano Carbó (Cataluña), Domingo Marcos de Aldama (País Vasco), Joaquín Gómez Hano de la Vega (Cantabria), Jaime Tintó Miralles (Cataluña), Claudio Martínez de Pinillos (Cuba), etc. La lista se alarga mucho —se puede consultar el libro antes citado, donde aparecen mencionados bastantes personas dedicadas y enriquecidas, de una u otra forma, con la trata—. No es un tema baladí el hecho de que prácticamente todos ellos pertenecieran o se integraran en las élites de poder político, tanto de la colonia como del gobierno de Madrid, y también del poder financiero y comercial que tenía como centro Barcelona. Lograron tal consideración social que, como hemos visto, algunos de ellos fueron ennoblecidos.

Conclusión.

El tráfico de esclavos no fue un fenómeno ajeno al desarrollo colonial español. Por razones obvias, su principal centro se halló en Cuba y estuvo vinculado principalmente a las plantaciones azucareras, aunque no sólo a ellas. Los traficantes alcanzaron un enorme poder de presión sobre gobernadores, ministros y la misma Corona. Y ello a pesar de que hubo una corriente de opinión claramente en su contra —políticos como Agustín Argüelles o escritores como Blanco White—. Ese poder, de base económica, los llevó a pretender vincular sus intereses con los de la nación, presentando sus actividades como legales —que lo eran respecto las leyes españolas— y plenas de honorabilidad. El argumento principal era que la trata mantenía la plantación y, con ello, los ingresos fiscales del Estado.

Ingenio azucarero en Cuba. Fuente: Cuba Museo, http://cubamuseo.net/superior-collection/22

Algunos historiadores han llegado a hablar de la conformación de un “partido negrero” que surgiría a partir de 1870 y tendría como objetivos mantener la situación existente y evitar la prohibición del tráfico y la abolición de la esclavitud. Tal partido no existió como tal, pero sí existió un lobby de poder esclavista en que participaron relevantes figuras políticas tanto progresistas —Francisco Serrano, Juan B. Topete, Francisco Romero Robledo y otros—, como moderadas —marqués de Cáceres, marqués de Manzanedo, Antonio Cánovas del Castillo, etc.—

A lo largo del siglo XIX y, especialmente, tras la independencia cubana, muchos capitales obtenidos de las plantaciones cubanas y del comercio de esclavos llegaron a España, procurando un gran poder financiero a algunas familias de la élite política o económica.

Bibliografía

Aybar, S. (2023, 21 octubre). Rutas históricas de la esclavitud en África. África Mundihttps://africamundi.substack.com/p/rutas-historicas-de-la-esclavitud

El Orden Mundial (2018, 8 mayo). El comercio de esclavos durante la Edad Moderna. El Orden Mundialhttps://elordenmundial.com/mapas-y-graficos/comercio-de-esclavos/

Lobo Cabrera, Manuel (1990) La esclavitud en España en la Edad Moderna: su investigación en los últimos años. Hispania, L/3(176). https://accedacris.ulpgc.es/bitstream/10553/1484/1/1653.pdf

Millet, Eva (2019) El camino al fin de la esclavitud. La VanguardiaHistoria y Vida,  30/06/2019. En https://www.lavanguardia.com/historiayvida/edad-moderna/20190627/47312254839/el-camino-al-fin-de-la-esclavitud.html

Moreno Rico, Javier (2017) Hombres y barcos del comercio negrero en España (1789-1870)». Drassana: revista del Museu Marítim, 2017, Núm. 25, p. 66-89, https://raco.cat/index.php/Drassana/article/view/337832

Pérez, E. C. (2023). Familias esclavas en Sevilla, siglos XVI-XVII. Estudio de caso y perspectivas comparadas. Hispania, 83(275) https://doi.org/10.3989/hispania.2023.063

Piqueras, José A. (2021) Negreros. Españoles en el tráfico y en los capitales esclavistas. Madrid: Los Libros de la Catarata.

Rodrigo, M. y Chaviano, L. (eds.) (2017). Negreros y esclavos. Barcelona y la esclavitud atlántica (siglos XVI-XIX). Barcelona: Icaria.

jueves, 10 de octubre de 2024

La ruta comercial triangular: los inicios de una economía mundial

Introducción: el comercio colonial.

Hacia principios del siglo XVI el comercio internacional europeo se parecía mucho al de los siglos anteriores; el norte de Italia y Flandes constituían los polos principales de la actividad económica en Europa. Las dos áreas producían textiles y tenían industrias metalúrgicas y de construcción naval. El comercio entre Italia y Flandes era marítimo y terrestre y desde ese eje se extendían rutas hacia el sudoeste –Francia y España– y hacia el norte –Alemania y el Báltico. 

Aparte de los productos textiles se comerciaba con especias, madera, cereales, pieles, vino, sal, armas, etc. También relevante era el comercio de esclavos porque la esclavitud doméstica no había desaparecido de la Europa meridional ni del Mediterráneo, donde eran muy utilizados como galeotes en los navíos de guerra. 

Este sistema comercial comenzó a cambiar como consecuencia de los descubrimientos geográficos iniciados durante el siglo XV. Los portugueses circunnavegaron las costas africanas y los españoles llegaron a América. Paulatinamente fue creándose un mercado americano que demandaba manufacturas europeas pagadas con oro y plata primero y después con productos agrarios coloniales.

Vista de la ciudad de Sevilla. Finales del siglo XVI. Atribuido a Sánchez Coello. Fuente: Museo Nacional del Prado.

La colonización americana demandaba constantes suministros para los colonizadores –armas, caballos, ropas, alimentos…–  y pronto también demandó fuerza de trabajo que fue satisfecha mediante la llegada de esclavos negros. El comercio atlántico entre Europa, principalmente España, y América se mantuvo constante durante todo el siglo XVI y una media de 200 barcos anuales efectuaban ese trayecto. En el siglo siguiente este comercio se ampliaría a otros países. 

A principios del siglo XVII España y Portugal eran aún los países más activos en el comercio ultramarino y los únicos que tenían posesiones territoriales de importancia. Pero poco a poco, otros actores europeos fueron añadiéndose a ese comercio: holandeses y franceses primero, ingleses después. A pesar de que, para la economía europea, el comercio marítimo era menos importante en volumen que el comercio continental, resultó determinante para la orientación de la economía. Además, la navegación se vio favorecida por los progresos técnicos habidos durante los siglos XVII y XVIII, impulsados  por el interés en mejorar las marinas de guerra.

Rutas comerciales marítimas españolas y portuguesas. Fuente: ttps://historiaeweb.com/wp-content/uploads/2016/05/principales-rutas-comerciales-espac3b1olas-con-las-indias.jpg

La ruta triangular. 

La ruta comercial triangular fue una ruta marítima que atravesaba el Atlántico y que unía puertos de Europa, África y América. Se mantuvo activa entre los siglos XV y XVIII, decayendo durante el siglo XIX. La novedad fue la incorporación, forzosa, del continente africano al tráfico colonial. La interconexión económica de los tres continentes presupuso un avance de la mundialización económica que llegaría siglos después.  

El nombre de ruta triangular proviene de que los itinerarios que seguían los buques trazaban un triángulo con tres lados –Europa, África y América–.   El origen de la ruta se inscribe en la expansión colonial que los países europeos iniciaron a partir del siglo XVI. Los productos que se intercambiaban en esta ruta seguían el siguiente proceso: desde Europa salían los buques cargados con manufacturas baratas –baratijas, textiles baratos, espejos, armas ligeras…– que trasladaban a los puertos del Golfo de Guinea donde esos productos eran cambiados por esclavos que después se trasladaban a América. Allí se vendían los esclavos y los productos europeos restantes y se compraban productos coloniales (cacao, azúcar, tabaco…).

El comercio triangular. Fuente: https://elordenmundial.com/mapas/comercio-de-esclavos/

La ruta fue posible técnicamente por la mejora en las técnicas de navegación y en el conocimiento de las corrientes marinas que dominan ese espacio, especialmente los vientos alisios y la corriente del Golfo. 

La ruta marítima la inició Portugal cuando controló el espacio comprendido entre el río Senegal y el río Congo, territorio conocido genéricamente como Guinea. Desde allí comenzó a trasladar esclavos hacia Brasil para que trabajasen en las plantaciones de caña de azúcar. A Portugal pronto se le sumaron otras potencias europeas: Francia, Inglaterra, cuyas primeras expediciones esclavistas se iniciaron en torno a 1560, llegando a crear la Real Compañía Africana, que mantuvo el monopolio de tráfico de esclavos en territorios británicos hasta 1698, y Holanda. Incluso España se sumó a este tráfico, a pesar de que las Leyes de Burgos de 1512 habían prohibido el comercio de esclavos, medida que perduró hasta el siglo XVIII cuando la liberalización comercial con América decretada por Carlos III volvió a permitir este comercio. 

Colonias y factorías portuguesas en África. Fuente: https://brainly.lat/tarea/12907320

Caso aparte es el del tráfico de esclavos, un fenómeno que, aparte de sus connotaciones éticas, desangró bastantes zonas africanas, desarticuló sus economías y sus estructuras políticas tradicionales, sumiendo al continente en una dependencia que se acentuaría a partir del siglo XIX con la extensión del imperialismo. En estas centurias cientos de miles de personas fueron esclavizadas en África y trasladas a América para trabajar en las plantaciones de café, tabaco, algodón y caña de azúcar, dada la escasez de población indígena –afectada por grandes mortalidades provocadas por las epidemias importadas de Europa y por la inadaptación a las condiciones laborales impuestas por los conquistadores.

Columna de esclavos africanos hacia los puertos de embarque. Fuente: ttps://www.alamy.es/foto-la-conduccion-de-esclavos-en-africa-en-el-siglo-xix-36026992.html

Otra ruta de comercio triangular, menos importante, era la que partía de Nueva Inglaterra, con los buques cargados de ron y otras producciones de estas colonias, y tenía como destino también África, donde cambiaban sus mercancías por esclavos africanos que luego eran transportados a las Indias Occidentales e intercambiados por melaza y azúcar que finalmente eran vendidos a los productores de ron de  Nueva Inglaterra. 

En las bodegas de los barcos se apiñaba una enorme cantidad de esclavos. A bordo recibían malos tratos, palizas y azotes, y sucumbían fácilmente a las enfermedades propagadas por el hacinamiento. Se calcula que un 20 % de los esclavos transportados morían durante el viaje.

Maqueta de un barco negrero. Fuente: ttps://www.infobae.com/america/eeuu/2019/08/22/cautiverio-abusos-brutalidad-hace-400-anos-comenzo-la-esclavitud-en-eeuu/

Consecuencias. 

El mantenimiento de esta ruta comercial tuvo un papel destacado en el surgimiento de un desarrollo económico diferenciado de los territorios implicados. El modelo económico aplicable es el del comercio colonial, en el que las metrópolis siempre resultan beneficiadas por el mayor valor añadido de sus producciones, mientras que la colonia produce materias primas de menor valor en el mercado sujetas, además y casi siempre, a regímenes monopolísticos. Esta situación produce un intercambio desigual que desfavorece a la colonia y limita su posible desarrollo económico. 

El comercio triangular fue clave en la creación de una primera e incipiente mundialización económica dominada por los europeos. Permitió un crecimiento espectacular de la riqueza de los países que dominaban el tráfico. Así, en Gran Bretaña, el valor del comercio exterior pasó de 10 millones de libras, a principios del siglo XVIII, a 40 millones a finales del siglo. De esta manera se generaron enormes beneficios –en Inglaterra, Holanda, Francia,…–, fundamentales para la acumulación de capital que más tarde contribuirá al inicio de la Primera Revolución Industrial. 

Por su parte, las consecuencias del tráfico de esclavos pueden observarse aún en el continente americano, por ejemplo a través de la mezcla racial, del racismo aún subyacente en numerosos lugares o por la perduración de estructuras económicas basadas predominantemente en el cultivo de plantación que padecen una dependencia comercial de los mercados exteriores muy parecida a la que existía en los siglos tratados. 

Plantación de algodón en Mississippi (siglo XIX). Fuente: http://www.karenfurst.com/

Los grandes beneficiados del tráfico de esclavos y de la ruta triangular fueron los dueños de las plantaciones en América, los fabricantes ingleses y los mercaderes que trataban con esclavos y otras mercancías. Los operadores de puertos, los líderes de África occidental que vendían esclavos, los banqueros que concedían préstamos para las expediciones e incluso los trabajadores de las fábricas inglesas, cuyo trabajo dependía de las materias primas importadas del extranjero, se beneficiaron también.  La ruta triangular facilitó el auge del capitalismo occidental en el siglo XVIII. Incluso las fábricas situadas a cierta distancia de los puertos comerciales ingleses se vieron implicadas. Un ejemplo fue el negocio de las armas en las Midlands inglesas, en poblaciones como Birmingham.  Unas 150.000 armas, la mayoría procedentes de estas fábricas, se exportaban cada año a África; casi todas se intercambiaban por esclavos. También se comerciaba con cubertería fabricada en Birmingham y Sheffield.  

Bibliografía.

Anónimo (2017). Triangular trade and the Middle Passage. Recuperado el 19/01/2021 de https://springfield.instructure.com/courses/169/assignments/2149   

Bihr, Lain (2018). Marx y la primera mundialización. Recuperado el 19/01/2021 de  https://rebelion.org/marx-y-la-primera-mundializacion-2/   

Canales, C. y Del Rey, M. (2015). Esclavos, la ruta triangular de la vergüenza. Recuperado el 18/01/2021 de https://cadenaser.com/programa/2015/06/11/ser_historia/1434022437_712838.html  [Podcast Ser Historia]  

Martínez, Enrique (2018). Historia Moderna: el apogeo de Europa. Síntesis: Madrid  

Morillas, J. (1985). Comercio y esclavitud. Cuadernos Historia 16, 123.  

Pennington, D. H. (1973). Europa en el siglo XVII. Madrid: Aguilar. 

miércoles, 9 de octubre de 2024

Revolución e independencia en Haití (1791-1804)


La isla de La Española estaba dividida, desde finales del siglo XVII, en dos entidades coloniales: la parte occidental, conocida por los franceses como Saint-Domingue (actual Haití) y la parte oriental, perteneciente a España, llamada Santo Domingo Español (actual República Dominicana).

Mapa político actual de la región del Caribe. Fuente: https://en.wikipedia.org/wiki/History_of_the_Caribbean#/media/File:Map_of_the_Caribbean.png

Actualmente, cuando Haití aparece en los medios de comunicación suele hacerlo como protagonista de desastres naturales o conmociones políticas y siempre se recuerda su triste situación socioeconómica. Pero pocos saben que el país protagonizó una revolución y un proceso de independencia colonial que se anticiparon a su tiempo. La revolución en Haití (1791-1804) fue un doble proceso simultáneo que condujo tanto a la abolición de la esclavitud como a la independencia de Francia. De esta forma, Haití se convirtió en el segundo Estado independiente de América, tras Estados Unidos, y en lo que puede considerarse como la primera república negra de la historia.

El contexto social y económico.

Desde el siglo XVII las Antillas eran unas importantes productoras de caña de azúcar, cacao y café, cuyas explotaciones generaban un destacable comercio con las respectivas metrópolis europeas. La región estaba controlada por tres potencias: España, Gran Bretaña y Francia. El sistema económico se basaba en las plantaciones, organizadas en grandes haciendas trabajadas por cientos de trabajadores. La necesidad de mano de obra hizo que se recurriera al tráfico de esclavos africanos cuyo número fue aumentando con el tiempo. Porcentualmente respecto a la población total, Haití  era la colonia antillana que más esclavos tenía, aunque el fenómeno de la esclavitud se daba en todas las Antillas.

Plantación de caña de azúcar. Fuente: https://www.yorokobu.es/la-revolucion-del-azucar/

Durante el siglo XVIII Saint-Domingue era el principal productor francés de azúcar, cacao y café. Unos costes de producción más bajos que sus competidores ingleses y la Independencia norteamericana habían promovido un notable desarrollo de su economía.

Su población se organizaba en castas cuyo escalón más alto lo ocupaban los europeos y los criollos, el intermedio los mulatos y los libertos y el más bajo los esclavos negros, pero las diferencias sociales provenían más de la raza que de la posición económica. Evidentemente el grupo más numeroso lo constituían los esclavos negros. La siguiente tabla muestra la distribución:

CASTAPOBLACIÓN ESTIMADA
Colonos blancos30.000-40.000
Libertos y mulatos25.000-50.000
Esclavos negros465.000-510.000
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_haitiana

La formación de una sociedad esclavista no fue un proceso sencillo; los esclavos recurrieron a diversas formas de resistencia como la huida y la creación de grupos rebeldes en las montañas y selvas más recónditas –cimarrones–, la expansión de las prácticas de vudú como medio para combatir a los enemigos –a pesar del proceso, muy superficial, de cristianización- e incluso el suicidio. Esta resistencia era consecuencia del durísimo trato que se dispensaba a los esclavos negros en el territorio francés.

El gobierno de la colonia residía en un gobernador general, que dirigía la fuerza militar y el orden público interno, y un intendente encargado de la gestión pública, la hacienda y la justicia. Ambos cargos eran nombrados directamente por el monarca. La administración colonial no gozaba de gran aprecio por la mayoría de los blancos y de los libertos pues era vista como un elemento expoliador de su riqueza.

La liberación de los esclavos.

El estallido de la Revolución Francesa de 1789 llegó también a la colonia. Cada clase social la interpretó de una manera y todas la vieron como una buena ocasión para lograr sus objetivos, que eran diferentes. Los grandes propietarios blancos fueron los primeros que rompieron el status quo pretendiendo obtener más independencia de la administración real  y lograr la libertad de comercio. Las ideas revolucionarias de igualdad calaron entre los libertos y mulatos, quienes reclamaban la igualdad legal. Los esclavos pretendieron la abolición de la esclavitud. De todos ellos solamente los colonos blancos lograron sus propósitos de forma temprana. Las revueltas de mulatos y libertos fueron reprimidas y el dirigente de la primera de ellas,  Jacques-Vicent Ogé, que reclamaba el derecho al voto (1790), fue ajusticiado, convirtiéndose en un símbolo de las injusticias llevadas a cabo por los blancos. A principios de 1791 se produjo otra revuelta de soldados negros y se organizó una guerrilla de mulatos, pero ambas acciones tuvieron escasas repercusiones. La minoría blanca era reacia a realizar cualquier concesión a los mulatos y libertos ya que ello abriría la puerta a la demanda de abolición de la esclavitud, lo que significaría la ruina de la colonia.

Pero la reacción principal ante lo que ocurría en Francia vino de los esclavos negros que, en agosto,  se sublevaron en el norte arrasando plantaciones y asesinando a los blancos. François Dominique Toussaint (también conocido como Toussaint L’Ouverture), de origen esclavo, se convirtió en el líder de los rebeldes abolicionistas (entre 1793 y 1802). Su ejército era numeroso pero estaba mal armado y poco disciplinado.  No obstante, cuando Toussaint conoció la muerte de Luis XVI se pasó  a la vecina colonia española de Santo Domingo donde recibió instrucción militar. España veía ahora la oportunidad de recuperar los territorios perdidos. Hay que recordar que entonces España se hallaba en guerra –guerra de la Convención– con Francia, situación que se mantuvo hasta 1795. Sin embargo, Francia se ganó a los mulatos mediante  la decisión de la Asamblea Nacional francesa (marzo de 1792) de conceder la igualdad política a los libertos.

Alexandre-François-Louis, conde de Girardin (1804). Retrato de Toussaint. Fuente: https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:Toussaint_Louverture_-_Girardin.jpg

Por su parte, los colonos blancos pidieron la ayuda de Gran Bretaña para enfrentarse a los mulatos y desobedecer a las autoridades centrales francesas. Los británicos enviaron tropas desde Jamaica, pero un elevado porcentaje  de sus soldados perecieron, más a causa de la fiebre amarilla que de los combates, y finalmente se retiraron de la isla. Iniciado como una revuelta de esclavos el conflicto se había convertido en una guerra civil –de mulatos contra blancos y de colonos blancos contra Francia– y en un conflicto internacional en el participaron España, Francia y Gran Bretaña.

Ataque del ejército de esclavos a colonos blancos. Fuente: https://sooluciona.com/que-paso-en-la-revolucion-haitiana/

Los franceses habrían sido derrotados si el enviado por la Asamblea francesa, el jacobino Sonthonax, no hubiese tomado la decisión, sin tener poderes para ello,  de abolir la esclavitud en Saint-Domingue en abril de 1793. A continuación realizó un llamamiento a los negros rebeldes para que se incorporasen al ejército francés, enfrentado a las tropas británicas que apoyaban a los colonos esclavistas. Hay que recordar que la esclavitud no fue abolida legalmente en las colonias francesas hasta que la Convención  lo hizo en febrero de 1794, aunque Napoleón la derogó en 1802.

Los mulatos se dividieron entre los dos bandos. Finalmente las tropas francesas, con el importante apoyo de Toussaint,  lograron imponerse tanto a británicos como a españoles. A continuación, Toussaint entró triunfante en la capital, Puerto Principe y gobernó la colonia en nombre de Francia. Durante su gobierno la isla vivió un breve periodo de tranquilidad.

Ya gobernador Toussaint implantó algunas medidas de carácter social avanzadas para la época. La mano de obra esclava pasó a ser asalariada y la producción se distribuyó entre propietarios, trabajadores e impuestos. Los propietarios, tanto blancos como mulatos, reaccionaron  creando un frente político contra él. Sus quejas fueron recogidas por Napoleón Bonaparte que pretendió devolver la isla a su anterior situación social y política.  Contaba para ello con el apoyo de la burguesía que le había aupado al poder y que pretendía acceder a la riqueza de la isla.

La independencia de Francia

En el tratado de Basilea (1795) España cedió a Francia su parte de La Española a cambio de la devolución de los territorios que había perdido en Europa como consecuencia de las guerras de la Convención. El gobierno francés estableció entonces que Santo Domingo solo podía ser entregada a un ejército francés formado por soldados blancos. Para ello Napoleón preparó el envío de un ejército que serviría también para desalojar del poder a Toussaint. Sin embargo este se adelantó e invadió la parte española de la isla, unificando las dos partes.

Conflicto contra Francia. Fuente: https://www.lhistoire.fr/carte/la-r%C3%A9volte-de-ha%C3%AFti-1791-1804

Napoleón se negó a aceptar estas acciones y envió una flota para restaurar el orden metropolitano en la isla. La guerra  concluyó con la derrota de Toussaint, traicionado por sus generales. Este fue enviado a Francia y encarcelado, muriendo poco después.

A pesar de ello, en Saint-Domingue, se reanudó la guerra. Negros y mulatos se unieron, dirigidos ahora por otro líder,  Jean-Jacques Dessalines, antiguo esclavo también. Tras vencer a las tropas francesas en la batalla de Vertières, el 1 de enero de 1804, Dessalines proclamó la independencia de Haití (nombre amerindio de La Española) , autoproclamándose emperador y gobernando como un autócrata. Tras ser asesinado en una revuelta de mulatos, el país se convirtió en una república que se dividió en dos territorios debido a las luchas entre negros y mulatos: uno al norte, de predominio negro, gobernado por Henri Christophe y otro al sur gobernado por un mulato llamado Pieton. Las ansias de grandeza de Christophe le llevaron a proclamarse rey. Trató de imitar las cortes europeas del momento y construyó palacios y fortalezas imponentes como la famosa Citadelle.

Citadelle de Henri Cristophe (cerca de Cabo Haitiano). Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Ciudadela_de_Laferri%C3%A8re

Consecuencias

La tan temida invasión francesa nunca de produjo. Napoleón renunció para siempre a Haití, aquel lejano territorio donde los negros defendían con uñas y dientes su libertad y la de su país. De hecho, Francia abandono la intención de ampliar su dominio colonial en el Caribe y Norteamérica. Así, en 1803, un año antes que los haitianos proclamasen la independencia de su país, Napoleón vendió la Luisiana al gobierno de Estados Unidos. Además con la independencia de Haití, Francia perdió una de sus principales fuentes de riqueza colonial, aunque el nuevo país se tuvo que comprometer a pagar a Francia una enorme deuda por el coste de los esclavos que el país galo había perdido.

La Revolución Francesa y su progresiva radicalización política cambió las premisas legales en las que se fundamentaba la economía de plantación. La proclamación de la libertad de los esclavos y el reconocimiento de la igualdad legal (febrero 1794) sentó un hito de gran transcendencia histórica. La emancipación negra de Saint-Domingue se convirtió en el ejemplo de emancipación para los esclavos de toda América.

Los criollos podía observar ahora los resultados de la puesta en cuestión de las autoridades coloniales así como de la pérdida de del control por parte de la clase dirigente colonial. La revolución haitiana no solamente representaba la independencia sino también un cambio radical de la sociedad y de la economía, no solamente se logró la libertad sino también la igualdad. No obstante, en los sucesivos procesos de independencia, los criollos latinoamericanos no tomaron como ejemplo a seguir lo sucedido en Haití sino que, al contrario, fue lo que trataron de evitar.

Bibliografía

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Revolución haitiana. (2021). En Wikipedia, la enciclopedia librehttps://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Revoluci%C3%B3n_haitiana&oldid=138646128

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