La sociedad del Antiguo Régimen

Concepto y origen.
Antiguo Régimen es una expresión que comenzó a utilizarse durante la Revolución francesa para referirse a la forma de gobierno y a la organización social imperantes antes de 1789. Aunque será Alexis de Tocqueville, ya en el siglo XIX, quien acabe definiéndola en su obra El Antiguo Régimen y la Revolución. La historiografía más reciente ha ampliado el análisis de la expresión hablando de la existencia de varios ”Antiguos Regímenes”: el demográfico, el económico, el cultural, el social, etc. Explicar la totalidad del Antiguo Régimen requeriría un espacio que no tenemos por lo que vamos a detenernos solamente en uno de sus aspectos fundamentales: la organización social

Normalmente, la cronología del Antiguo Régimen se establece entre los siglos XVI y finales del XVIII o principios del XIX, ya que existen pequeñas diferencias según la evolución histórica de cada país.poñ0
Para muchos historiadores, este modelo socio-económico es una continuidad del régimen feudal. De hecho, sus fundamentos teóricos se constituyeron durante la Edad Media sobre las bases del pensamiento caballeresco, que justificaba el papel social de cada grupo, y de algunos postulados del cristianismo, es especial la concepción de que la sociedad era un todo orgánico inspirado en lo divino y en el que cada estamento tenía una relación simbiótica con los demás al realizar una función específica —rezar, combatir, trabajar— que beneficiaba al resto.
No obstante, también resulta obvio que la sociedad feudal fue evolucionando a lo largo de los siglos y que aparecieron nuevas características que la transformaron: el ascenso económico y político de la burguesía, la creciente diferenciación económica en el llamado estado llano o la injerencia del poder real en el estamento nobiliario. El campesinado —la absoluta mayoría de la población— seguía soportando la preeminencia de los derechos feudales y de la opresión fiscal, sin apenas diferencias con lo que había ocurrido en el mundo feudal.
En la sociedad del Antiguo Régimen, los individuos obtenían su posición social en función de la comunidad en la que nacían; su nacimiento determinaba también sus derechos y obligaciones jurídicas. Cada comunidad —que también puede denominarse orden, estamento, cuerpo o estado— tenía su estatus, sus deberes y sus privilegios que la identifican y la distinguen de las demás. Se trata, por tanto, de una organización que se fundamenta en la comunidad y no en el individuo, que está subordinado a su grupo de referencia, sea este la familia, el oficio, la ciudad o el pueblo, el señorío o la Iglesia.

En el mundo feudal, la sociedad aparecía definida por dos grandes contraposiciones:
- Lo seglar y lo eclesiástico
- Lo nobiliario y lo popular.
Según Domínguez Ortiz, del entrecruzamiento de estos conceptos surgió el conocido esquema tripartito:
- Un grupo conformado en función de criterios religiosos. Es el clero, poseedor de privilegios (Oratores)
- Otro grupo conformado basándose en criterios político-sociales. Es la nobleza, también poseedora de privilegios (Bellatores)
- Y otro definido por la exclusión y formado por quienes no pertenecían a ninguno de los anteriores. Este grupo ha recibido diversos nombres: tercer estado, estado general, pueblo llano (Laboratores)

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Cada uno de estos grupos se denominó estamento, por ello se habla de sociedad estamental. Dicha división consagraba la impermeabilidad de cada grupo y, sobre todo, la diferenciación entre privilegiado o no.
Las personas nacían predestinadas a ser nobles o plebeyos y poco o nada podían hacer para variar esa situación. No obstante, en el caso de los eclesiásticos, este rasgo se rompía, pues no se accedía por nacimiento o herencia; fue el único estamento abierto a todos, al menos en teoría. Sin embargo, el dinero podía superar obstáculos legales y promover la movilidad social, incluso el acceso a la nobleza —a algunos de sus escalones al menos—. No obstante, la jerarquización social no se basaba, al menos nominalmente, en el poder económico, sino en el reconocimiento proporcionado por el resto de la sociedad a través del honor y la dignidad, expresados mediante el privilegio.
El estamento eclesiástico.
El clero era uno de los estamentos privilegiados. Disponía de sus propias instituciones y tribunales. Su financiación se basaba en el impuesto del diezmo —décima parte de la cosecha que se aplicaba a algunas producciones: cereales, vino, aceite, ganado, etc.—. Pero su mayor fuente de ingresos era las rentas que les proporcionaba la propiedad de las tierras. En el caso español también fueron importantes las rentas obtenidas de inversiones financieras en deuda pública o de sus numerosas propiedades urbanas.
Entre los privilegios legales que ostentaban estaban la exacción del servicio militar, así como de determinados impuestos.
Sus funciones no se limitaban al ejercicio del culto y, por tanto, a la intermediación entre las personas y Dios, sino que también estaban encargados de celebrar las festividades religiosas y proporcionar educación tanto en escuelas de pueblo como en universidades. Además, se encargaban de la asistencia social y sanitaria mediante la construcción y mantenimiento de orfanatos, hospitales, etc.

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El clero se podía dividir en dos grupos:
- El clero regular, formado por monjes y monjas y otros miembros de las órdenes religiosas que vivían en comunidad de acuerdo con una regla y hacían votos de castidad, pobreza y obediencia.
- El clero secular, que incluía al resto de los miembros de la Iglesia (sacerdotes, vicarios, obispos, etc.) y no estaban sujetos a ninguna regla.
Pero el clero también se jerarquizaba en función de su poder político y, sobre todo, económico. A partir de esta diferenciación se puede establecer otra división:
- Alto clero (obispos, abades, cardenales, arzobispos, etc.) que controlaban enormes riquezas y, en ocasiones, ocupaban altos cargos políticos. Eran también señores que disponían de grandes feudos.
- Bajo clero. Formado por la mayoría de los sacerdotes, frailes, monjes y monjas. Vivían de forma modesta, incluso en la pobreza, y eran el grupo eclesiástico más cercano al pueblo llano.
La nobleza y la aristocracia.
Este estamento había ido perdiendo poder político conforme la monarquía absoluta abarcaba todos los poderes y cedía la administración del Estado a profesionales (abogados, diplomáticos, escribanos, …). Conservaba, no obstante, la dirección de los ejércitos y los cargos militares. Al igual que el clero, disponía de numerosos privilegios —tribunales propios, exacción de impuestos, …—, aunque existían numerosas diferencias internas, pues el grado de riqueza determinaba la posición social, aunque nunca perdían sus privilegios.
La aristocracia era el grupo nobiliario que poseía más poder. Estaba conformada por las grandes familias nobiliarias, ricas y poderosas a las que se les reservaban los altos cargos de la Administración y del ejército. Pero dentro de la nobleza existían también hidalgos sin tierras o caballeros que actuaban prácticamente como mercenarios. Los nombres de los distintos niveles nobiliarios varían según el país, pero es posible establecer la siguiente jerarquía: duque, marqués, conde, vizconde, barón e hidalgo (equivalente a infanzón o caballero).

A partir de mediados del siglo XVIII, buena parte de la nobleza comienza a perder parte de sus prerrogativas políticas y administrativas, que son asumidas directamente por la monarquía, pero también su preeminencia económica ante el enriquecimiento de la burguesía comercial. Por otra parte, los reyes aumentaron el número de nobles a través de su política de venta de títulos nobiliarios, hecho que devaluó su prestigio social.

El tercer estado o el pueblo llano.
El tercer estado o estado llano agrupa a todas aquellas personas que no se incluyen en el estamento eclesiástico o en el nobiliario. En prácticamente todas las sociedades europeas representaba más del 90 % de la población y sus rasgos socioeconómicos eran muy diversos, aunque todos tenían en común la carencia de privilegios jurídicos y económicos. Vamos a desglosar a los principales grupos sociales que lo componían.
La burguesía.
La burguesía era un grupo muy amplio y heterogéneo, pues incluía a propietarios de talleres artesanales, comerciantes, banqueros, funcionarios y profesionales (médicos, abogados, artistas, …). Su papel político era muy reducido —solamente podía acceder a ciertos cargos municipales en las ciudades—, excepto en algunos países como las Provincias Unidas, Suiza y parcialmente en Inglaterra, donde alcanzó niveles de poder elevados. Un caso singular es el de la Francia absolutista ya que la monarquía se apoyó en la burguesía para desarrollar la administración estatal en detrimento de la nobleza. Sus rasgos diferenciadores eran la riqueza y el hecho de no estar sometidos a ninguna servidumbre personal.

Su papel económico era fundamental y proporcionaba al Estado abundantes rentas a través de los impuestos. Por ello, a partir del siglo XVIII, comenzó a demandar una mayor participación tanto en cargos políticos como eclesiásticos. Otra vía que siguió la burguesía como medio de ascenso social fue el de los matrimonios con una nobleza empobrecida.
Otros grupos urbanos.
En las ciudades vivía un amplio número de personas que tenían una posición socioeconómica inferior a la burguesía. Nos referimos a los aprendices y oficiales de los gremios, criados, empleados de las tiendas, etc. El grupo social más bajo lo formaban los pobres que no tenían trabajo y vivían de la caridad, así como los marginados sociales, dedicados a la mendicidad, la delincuencia o la prostitución.

https://es.wikipedia.org/wiki/Joven_mendigo
El campesinado.
Constituía la mayor parte de la población. También se puede dividir en al menos en dos subcategorías, pues su posición social podía variar notablemente. Así, algunos campesinos trabajaban las tierras de la nobleza como arrendatarios, mientras que otros eran siervos, es decir estaban sujetos a su señor y no podían abandonar la tierra libremente. Finalmente, existía un pequeño grupo de campesinos propietarios.
El nivel de vida de la mayoría siempre rozaba la mera subsistencia y sus posibilidades de mejora social eran nulas. Vivían del autoconsumo, lo que les quedaba después de pagar al señor y los diversos impuestos a la Iglesia y al Rey. Por esta razón no fueron infrecuentes las revueltas campesinas en toda Europa, especialmente en Francia.

La crisis de la sociedad estamental.
La sociedad de órdenes se desestabilizó por los cambios sociales y económicos que se desarrollaron a lo largo del siglo XVIII. La paulatina implantación del capitalismo y de sus nuevas relaciones sociales hicieron aparecer elementos que trastocaron el modelo feudal:
- La desvaloración del papel social y político de la nobleza tradicional a causa del aumento de la autoridad real por un lado y del crecimiento del poder económico de la burguesía por otro.
- El desprestigio de la justificación religiosa del modelo social, sacudida por la Reforma y la Contrarreforma.
- La disminución del paper de la tierra como fuente de riqueza y poder, sustituida por las relaciones comerciales y por las nuevas manufacturas.
Bibliografía.
Domínguez Ortiz, A. (1973). Las clases privilegiadas en el Antiguo Régimen. Istmo: Madrid
Fernández de Pinedo, E., Gil Novales, A. y Dérozier, A. (1980) Centralismo, Ilustración y agonía del Antiguo Régimen. Labor: Barcelona.
Larousse Encyclopédie (s. f.) Ancien Régime. Recuperado de : https://www.larousse.fr/encyclopedie/divers/Ancien_R%C3%A9gime/105343
Lycée Ruffié. Tensions, mutations et crispations de la société d’ordres (XVIIe- XVIII siècles). Recuperado de: https://histgeorufppinquie.weebly.com/tensionsmutations-et-crispations-de-la-socieacuteteacute-dordres-xviie–xviiie.html
Wikipédia. L’encyclopédie libre. Société d’Ancien Régime. Recuperado de : https://fr.wikipedia.org/wiki/Soci%C3%A9t%C3%A9_d%27Ancien_R%C3%A9gime