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martes, 19 de enero de 2016

Islamismo y yihadismo

En el mundo musulmán las tareas de gobierno y la acción política se vinculan notablemente con la religión ya que esta pretende regir todas las facetas de la vida tanto privadas como públicas. Es por ello que, en estos países, la religión tiene una importancia crucial para entender numerosos aspectos de lo que allí ocurre. Pero en el islam, lo mismo que en el cristianismo, han aparecido a lo largo de la historia diversas interpretaciones doctrinales: las más importantes son la sunnita, encabezada por Arabia Saudita, y la chiita, liderada por Irán. [Fig. 1]
Esta división surgió a finales del siglo VII a partir del conflicto creado por la sucesión de Mahoma. Y aunque ambas ramas tienen bastantes puntos en común ya que dicen fundamentarse en el Corán y en la Sunna –conjunto de dichos y hechos atribuibles al profeta y recogidos por sus compañeros y que sirven para establecer el modelo de conducta de los musulmanes–, aparecen diferencias al interpretar la Sunna  ya que en el chiísmo esta incorpora también la autoridad de los imanes, los guías de la comunidad

Fig. 1: Fuente: http://www.milenio.com/internacional/Geopolitica-islamica_MILIMA20140930_0008_1.jpg

El hecho de que  los principales grupos de lo que se ha denominado “terrorismo internacional” fundamenten su interpretación del islam y la justificación de sus acciones en una doctrina conocida como salafismo hace necesario conocer someramente las concepciones que inspiran esos comportamientos. No se trata de  realizar una historia del islam pues sobre ello hay una abundantísima bibliografía, sino de intentar comprender básicamente cómo una de las interpretaciones de esta religión ha sido utilizada para legitimar el uso de la violencia contra todos aquellos que se consideran enemigos del islam.
Es cierto que el islam, sobre todo en sus primeros tiempos, adopta y justifica la violencia contra sus enemigos. Este hecho se contextualiza a partir de la Hégira (622), en un momento histórico en el que Mahoma se enfrentaba a numerosos enemigos y la doctrina islámica comenzaba a expandirse [Fig.2]; y tampoco se puede olvidar que estos mensajes de justificación de la violencia se relacionaban con un marco social dominado por tribus nómadas en constante enfrentamiento: nos hallamos, en suma, en un contexto histórico muy violento y con valores muy distintos de los actuales.
Fig. 2: Fuente: http://www.biografiasyvidas.com/monografia/mahoma/fotos7.htm 

Estos principios justificativos, de naturaleza religiosa y política, fueron retomados en el siglo XVIII, de  una forma simplista y dogmática por Mohamed Abdel Wahhab, teólogo de origen saudí. Esta interpretación –wahhabismo–, propia de los sunnies, ha dado lugar a un islam integrista que tiene su cuna en Arabia Saudí y Qatar. Para este pensador la decadencia del islam se debe a que los creyentes han olvidado el mensaje primigenio del profeta. El wahhabismo también hunde sus raíces en el salafismo, doctrina sunnita fundamentalista más antigua que insiste en la necesidad de volver un islam puro, manifestado en los primeros tiempos de la expansión musulmana  que son identificados como una edad de oro para el islam. Aunque el salafismo se divide en varias corrientes –unas violentas y otras pacíficas–, todas ellas coinciden en los siguientes puntos:
  • La necesidad de volver a la fe original –la de los tiempos del profeta–.
  • Rechazo de las manifestaciones no basadas en la Sunna o en el Corán, por lo tanto se rechaza cualquier otra interpretación procedentes de ulemas o imanes.
  • La imitación de la vida de Mahoma en todas sus facetas –aunque muchas de ellas sean propias del siglo VII–  es el principal objetivo de la vida de los creyentes.
  • Lectura literal del Corán, interpretando al pie de la letra lo que allí se dice sin tener el cuenta el contexto histórico. 
  • Aplicación de la ley islámica (Sharía) a partir de la lectura literal de los textos sagrados. Esta ley  ese pretende extender a todas las esferas de la vida, incluida la política. 
Estas doctrinas –wahhabismo y salafismo, a los que también se les denomina simplemente con el nombre de islamismo– son, por tanto, las bases intelectuales del yihadismo violento. La yihad debe entenderse como esfuerzo o lucha por mejorar espiritualmente, pero también designa la guerra santa –imposición del islam mediante el uso de la fuerza–, siendo esta acepción la más frecuente. Por ello el yihadista es el islamista que, inspirado por el salafismo o por el wahhabismo, opta por la lucha armada para defender o imponer su fe mediante lo que considera una yihad.
El yihadismo violento surge en los años 80 del pasado siglo,  en forma de organizaciones que tuvieron su primer campo de batalla en Afganistán, donde con ayuda norteamericana y el apoyo económico de Arabia Saudí combatieron a los soviéticos en el contexto de la Guerra Fría. Finalizada la guerra, los talibanes –vinculados al wahhabismo, pero con muchas influencias locales–  instauraron un régimen político basado en estas doctrinas, lo cual, combinado con las ancestrales prácticas tribales de los afganos retrotrajo las costumbres y la vida de los afganos, especialmente de las mujeres, a la Edad Media.
En Afganistán también se formó otro grupo yihadista, aliado de los talibanes, que se denominó Al Qaeda. Estaba formado por combatientes de diversos estados árabes e incluso europeos, todos ellos de estricta ortodoxia salafista o wahhabista, dirigidos por el saudí Osama Bin Laden. Este grupo, una vez vencidos los soviéticos, desvió sus objetivos hacia occidente y más concretamente hacia Estados Unidos. A partir de los años noventa, Al Qaeda realizó diversos atentados contra intereses o instalaciones estadounidenses en lugares muy diversos, siendo la destrucción de las Torres Gemelas su atentado terrorista más publicitado. Además de Estados Unidos, Europa –atentados de Londres (2005) y Madrid (2004)–, África y también Asia padecieron atentados llevados a cabo por esta organización. En 2011 Estados Unidos mató a Bin Laden en una acción militar realizada en Pakistán, donde se ocultaba. Ello no significó la desaparición de la organización, que continúa activa, pero sumado a la persecución y muerte de otros líderes, le restó protagonismo [Fig. 3].

Fig. 3: Atentados de Al Qaeda. Fuente: The Telegraph.

El papel de Al Qaeda como grupo insignia del yihadismo fue pronto asumido por el ISIS o Daesh, surgido de la red de grupos terroristas que conformaban aquella organización. La principal diferencia con su antecesora es que el ISIS aspira a crear un Estado islámico basado en un territorio concreto; desea resucitar el Califato no como idea abstracta sino como un Estado asociado a un territorio. Otra diferencia es que el ISIS ha conseguido atraer a Siria e Irak, sus principales bases, [Fig. 4] a gran número de jóvenes musulmanes europeos, extendiendo el terrorismo por toda Europa y Estados Unidos. Este éxito es especialmente preocupante por las fracturas que puede crear entre Occidente y el mundo islámico.

Fig. 4: Territorios controlados por el ISIS. Fuente: infobae.com.

Bibliografía
  • Aboud Hagar, Soha: "Herederos de Mahoma: chiíes contra sunníes, un conflicto milenario". La Aventura de la Historia, nº 180. Actualizado 7-01-2016. http://www.elmundo.es/la-aventura-de-la-historia/2014/06/23/53a7fab9ca4741cc308b4581.html
  • Ben Jelloum, Tahar: "¿Cuál es el islam que da miedo?". EL PAIS, 09-04-2015.
  • Ben Jelloum, Tahar: El islam que da miedo. Alianza Ed. Madrid, 2015.
  • Ben Ami, Shlomo: "Cegados por el Estado Islámico". EL PAÍS, 05-01-2016.
  • Denis, J.P. y Frachon, A. (eds.): El Atlas de las religiones. Le Monde Diplomatique-UNED, Valencia, 2010.
  • Mosterín, Jesús: El islam. Alianza Ed. Madrid, 2012.

miércoles, 6 de enero de 2016

El acaparamiento de tierras a nivel mundial

La compra de tierras cultivables es un fenómeno que ha ido creciendo en los últimos años, afectando ya a más de 80 millones de hectáreas en el planeta. Los principales promotores son grupos empresariales occidentales, árabes o asiáticos y también algunos Estados que pretenden asegurarse la producción de alimentos o de biocombustibles; estas compras suelen significar igualmente un proceso de privatización de este recurso. El proceso es particularmente intenso en África (Fig.1), donde la mayor parte de la tierra está sin escriturar y muchos gobiernos favorecen la venta de tierras, pero también es importante en América Latina, Asia e incluso en algunos países del este de Europa como Rumanía, Rusia o Ucrania.

Fig. 1. Adquisiciones de tierras a gran escala en 2013. Fuente: http://www.landmatrix.org 



El fenómeno se inició como consecuencia de la crisis alimentaria que estalló en 2007-2008, coyuntura en la que los precios de productos como el arroz, el maíz o el trigo se elevaron considerablemente (Fig.2).

Fig.1. Evolución del precio de los alimentos (FAO). Fuente Wikipedia.

Los precios de los productos agrarios no aumentaron por una caída de las producciones sino porque las bajas rentabilidades de las inversiones en las bolsas, a partir de los inicios de la crisis económica de 2007,  impulsaron a los fondos de inversión a buscar valores más “seguros”, como los productos alimentarios y las tierras cultivables. Se trata, por tanto, de un fenómeno que es resultado de un doble proceso: la mundialización o globalización y la crisis iniciada en 2007. Este alza de los precios agrícolas fomentó el deseo de adquirir tierras cultivables.
Es fácil recurrir a la dicotomía entre acaparadores malos y campesinos expropiados buenos, ya que, aunque la afirmación tiene una buena dosis de verdad, el fenómeno es más complejo: un aumento de la población mundial  que se enfrenta a unos recursos limitados, la  pervivencia de agriculturas de subsistencia o con muy bajas rentabilidades que son susceptibles de cambiar, etc. No estamos, por tanto, ante una nueva versión del neocolonialismo económico, al menos de forma exclusiva, sino ante un fenómeno en el que influyen más factores. 
Los procesos de compra suelen ocurrir de la siguiente manera: las empresas firman acuerdos con los respectivos gobiernos, casi siempre a espaldas de las comunidades campesinas que allí viven y trabajan. Al poco tiempo van apareciendo los abusos: promesas de mejoras incumplidas, acaparamiento de más tierras de las previstas, destrucción de los cultivos tradicionales, introducción sin control de pesticidas, etc.
Este fenómeno es favorable para las empresas o gobiernos que invierten en estas tierras ya que además de obtener buenas rentabilidades  afianzan su acceso a recursos estratégicos y a su seguridad alimentaria. Pero, poco a poco, la venta masiva de tierras ha ido encontrando más resistencias: comunidades campesinas, algunos Estados -como Argentina o Brasil-, la FAO, algunas ONG, etc. 
Hemos afirmado antes que estamos ante un fenómeno global, pero ¿cómo se distribuye este hecho? ¿Cuáles son los países donde se han vendido más tierras cultivables? 

País vendedorPorcentaje vendido de sus tierras cultivables
Brasil 11 %
Sudán 10 %
Madagascar  8 %
Filipinas  8 %
Etiopía  8 %
Mozambique  7 %
Indonesia  6 % 

Y ¿cuáles son los principales países compradores?

País compradorPorcentaje del total de las compras mundiales
Estados Unidos 12 %
China 12 %
Emiratos Árabes Unidos (UAE) 12 %
India  8 %
Egipto  6 %
Gran Bretaña  6 %
Corea del Sur  5 %
Sudáfrica  4 %
Arabia Saudí  4 %
Singapur  4 % 

Bibliografía y fuentes:

viernes, 27 de noviembre de 2015

Atentados, terrorismo y conflicto sirio.

Los recientes atentados de París han actualizado el interés por el conflicto sirio ya que ambos se relacionan directamente.  Surgen, paralelamente, cuestiones como el origen de los terroristas -musulmanes pero nacidos en Europa-, los instrumentos para combatir el terrorismo o el oportunista cuestionamiento del islam y de la población musulmana residente en Europa por parte de la extrema derecha.
Actualmente el meollo de este problema se halla en Siria donde confluyen un sinfín de intereses: los actores locales -facciones rebeldes moderadas sirias, gobierno y yihadistas-; actores regionales -Arabia Saudí, Irán, Turquía, kurdos e ISIS- y actores internacionales -Estados Unidos, Rusia, Francia e Israel-. En suma, un conflicto muy complejo.
Para intentar explicar el conflicto, muchos tertulianos y "expertos" habituales en radios y televisiones, que hablan de todo y saben de poco, divagan sobre el tema o nos obsequian con análisis cargados de ideología y poco rigor. Para todos ellos, y para nosotros, es muy interesante escuchar esta entrevista que el programa televisivo El Intermedio hizo al politólogo francés Sami Naïr el pasado 25 de noviembre; en unos cinco minutos Naïr fue capaz de exponer perfectamente el problema y apuntar algunas posibles acciones sobre el mismo. Todo un ejemplo de síntesis, claridad y efectividad.


Fuente: El intermedio, 25/11/2015

Mapa de la situación en Siria: verano 2015. Fuente: BBC.

Mapa de la situación en Siria: invierno 2015. Fuente: ELPAIS




domingo, 23 de agosto de 2015

El fascismo italiano




 Fuente: Wikipedia it.
 

Rescato en esta entrada un viejo documento que lleva circulando tiempo por la red aunque la web originaria en la que lo publiqué ya no existe. Pienso que se trata aún de un documento que tiene interés por ello le he hecho una pequeña revisión y he incorporado una bibliografía sumaria. Espero que siga siendo una aportación útil.

Enlace de descarga y lectura: https://app.box.com/s/l2r12scufyfm8jgobsuuk7wu5819klkd

sábado, 22 de agosto de 2015

Migraciones: el fortín europeo


 Fuente: BBC Mundo
 
Europa, o mejor la Unión Europea, se asemeja cada vez más a un fortín asediado por multitudes  que pretenden entrar en él. Valga el símil para referirse a los inmigrantes que pretenden arribar a los países del sur  de la Unión; un flujo incesante de personas de toda condición -incluidos niños, mujeres y ancianos- que hacen de su llegada a nuestro continente el objetivo fundamental de su vida. Hasta el punto de perderla, a veces, en el intento.
Empleando una referencia histórica, que no tiene más valor que la imagen que produce, podríamos comparar el fenómeno con el proceso de inclusión primero y de invasión después que llevaron a cabo los pueblos bárbaros en el Imperio romano. Los muros, como el de Adriano en Gran Bretaña, las fronteras fortificadas, como la del Rin,  y la presencia de las legiones, como en el Danubio, se mostraron instrumentos ineficaces ante la enorme fuerza con la que los pueblos bárbaros -sajones, francos, vándalos, visigodos, etc.- presionaban al Imperio. Presionados ellos, a su vez, por los hunos.
Esta comparación nos puede hacer considerar que los impedimentos físicos o militares no logran detener los flujos masivos de población. Es una lección histórica con más ejemplos disponibles. Pueden reducirlos durante un tiempo o desviarlos hacia otras rutas, pero no impedirlos. Muchas personas esperan a las puertas de Europa para entrar en ella, solamente queda por definir la ruta que seguirán.
Europa tiene un grave problema: es un área de desarrollo económico, social y político rodeada de zonas económicamente subdesarrolladas -África negra-, de zonas muy inestables políticamente hablando -todo el norte de África en una secuela inesperada de las “primaveras árabes”-, y de zonas envueltas en el conflicto sin fin que supone el Oriente Próximo. En suma, el Mar Negro y el Mediterráneo, se convierten en  las fronteras entre una vida decente y digna, y la miseria, la violencia, la indignidad e incluso la muerte. No hay que buscar más razones para comprender dos cosas: las causas de estos flujos inmigratorios y que estos no van a cesar, al menos próximamente.
Tres son las rutas a través de las cuales estos refugiados pretenden acercarse a Europa. La del oeste, en estos momentos la menos utilizada, es la del estrecho de Gibraltar; la del sur, la más importante cuantitativamente hablando en la actualidad, que parte de Libia; y la del este que parte de Turquía, Siria y Líbano.

Mapa 1. Fuente: Real Instituto Elcano

La del oeste se localiza en el estrecho de Gibraltar y su final se halla en las costas del sur de la península Ibérica, situándose los puntos de acceso en las costas de Marruecos y Argelia básicamente, con los pivotes de Ceuta y Melilla -que son territorios europeos en el norte de África- como núcleos de interés para estos flujos. Esta ruta recoge principalmente inmigrantes y refugiados de lo que eufemísticamente se llama “África subsahariana”, gentes procedentes en su gran mayoría del África del oeste: Mauritania, Senegal, Mali, Niger, Nigeria, Guinea, etc.  Tradicionalmente también se había utilizado la ruta de las islas Canarias, aunque en la actualidad casi no se usa por el mayor control marítimo y los acuerdos con los países emisores, en especial Senegal.
¿Por qué estos países expulsan población? El mapa nº 2 nos permite comprender la geopolítica del Sahara: conflictos internos que se transforman en guerras civiles -Malí, Niger-, presencia de grupos islamistas fanatizados -Argelia, Nigeria,…-, a lo que hay que sumar la persistente falta de oportunidades económicas para una población en crecimiento, a pesar de que muchos de estos países son ricos en energía y minerales.

Mapa 2. Fuente: Le Monde Diplomatique. Sahara-Sahel:movimientos y rutas.

La ruta del sur tiene su final en las islas del sur de Italia. Esta ruta recoge los movimientos migratorios procedentes en primer lugar de Libia y Túnez, países con graves problemas de inestabilidad política y frecuentes brotes de violencia. En el caso de Libia se puede hablar perfectamente de un estado fallido, asolado por los enfrentamientos entre diversos grupos políticos armados. Esta situación explica  que sea desde su litoral desde donde surge el flujo de embarcaciones que pretenden llegar a las costas italianas. Trayecto que tantas víctimas deja en el mar Mediterráneo.
Los emigrantes que utilizan esta ruta, además de los ya citados, proceden de la región del Sahel, de Sudán, de Etiopía, de Eritrea y de Somalia. Las razones que impulsan estos movimientos son las mismas que hemos citado en la primera ruta: huida de la violencia y de la pobreza casi absoluta.

Mapa 3. Fuente ABC.

 La  ruta del este surge desde las costas de Siria, Líbano y Turquía y tiene en las costas griegas su destino principal. Es la ruta que utilizan los inmigrantes procedentes de Siria, Irak, Afganistán, etc. Sin duda, los flujos que utilizan esta ruta han aumentado vertiginosamente en los últimos años y las razones tampoco son difíciles de explicar: la guerra civil siria, el inacabable conflicto en Irak, la inestabilidad afgana,… son situaciones violentas que inciden principalmente en la población civil, que hace de la huida su única posibilidad de supervivencia. La ola de refugiados provocada por el conflicto sirio alimenta el principal flujo migratorio en este sector (ver mapa 4).

Mapa 4. Fuente: Cruz Roja.

El objetivo primordial de la mayor parte de estos inmigrantes es acceder a la Unión Europea, pero  especialmente a los países del norte: Alemania, países nórdicos, Gran Bretaña, Francia, etc. . Para poder acceder a los países del norte, estas rutas se enfrentan a otros filtros  pues no olvidemos que se trata de inmigrantes indocumentados o en situación ilegal con lo que , a pesar de encontrarse en el espacio Schengen, no pueden atravesar legalmente ninguna frontera. Surgen así “cuellos de botella” como los del paso de Calais (Francia), el muro que ha levantado Hungría para impedir el paso del flujo inmigratorio procedente de los países balcánicos o los problemas actuales en la frontera entre Macedonia y Grecia.
¿Y cómo reacciona Europa ante esta avalancha migratoria? La verdad es que no ofrece una respuesta unívoca y su política, a veces, es incoherente. La primera respuesta en cerrar el fortín: controles, muros, mayor vigilancia. La segunda es aumentar el presupuesto para mejorar la vigilancia. Pero no ha sido capaz de ir más allá; continúan los problemas para la distribución de los inmigrantes y refugiados y tampoco se ha establecido ninguna actuación política o económica para controlar las causas de estos movimientos en los países de origen, ni siquiera para atacar a las mafias que trafican con el dolor humano fomentando el traslado ilegal al territorio europeo.
Ignorar el problema es la peor de las soluciones. Mientras los desequilibrios entre la UE y sus vecinos sean tan abismales y mientras la principal zona de conflictos del planeta esté tan próxima a nuestras fronteras los flujos no se detendrán, por muchos obstáculos que pongamos.



martes, 23 de junio de 2015

¿Hacia una nueva guerra fría en el este de Europa?

El secretario de Defensa norteamericano, Asthon Carter, visita Tallin. Fuente. EL PAÍS

Noticias recientes confirman que EE.UU. va a desplegar en algunos países de Europa del este (ver mapa) unos 250 tanques y más de un millar de vehículos blindados de infantería. La razón para este desplazamiento es la amenaza que algunos de estos estados dicen sentir tras la independencia y la posterior anexión de Crimea por parte de Rusia, así como también por el intervencionismo del gigante ruso en el conflicto del este de Ucrania.

Elaboración propia a partir de Google Earth

Es cierto que la intervención rusa, directa e indirecta, se ha producido en las anteriormente citadas regiones de Ucrania. Pero esta reacción fue una respuesta a los acontecimientos ocurridos en Ucrania y que pueden repasarse en el siguiente eje cronológico:


Pero ahora nos ocupa la trascendencia de este despliegue de tropas. La actuación rusa en Ucrania puede considerarse una respuesta a los cambios de gobierno en Kiev -y es curioso como la UE y EE UU, tan poco proclives a reconocer experiencias revolucionarias en otros lugares, se apresuraron a legitimar lo que había sido un derrocamiento ilegal en toda regla-. Lo que Rusia estaba haciendo era marcar su hinterland irrenunciable: el Cáucaso, Ucrania y Bielorrusia. Zonas todas ellas con abundante población de origen ruso.
Ya estuvo clara esta política durante el conflicto de Georgia, cuyo gobierno también pretendió entrar en la UE y en la OTAN con el beneplácito americano, provocando un conflicto civil, en el que intervino Rusia, y durante el cual se escindieron algunas regiones georgianas.
La UE no ha mantenido una posición clara con Rusia y no tiene una política muy definida sobre este país, importante suministrador de energía a Europa, oscilando entre los intentos de acercamiento y el alejamiento crítico. Un planteamiento competitivo por la hegemonía de esos territorios no puede sino desembocar en un conflicto. Su principal objetivo debería ser estabilizar las fronteras orientales de la UE y para ello es fundamental el actor ruso.
La política de escalada bélica, ante una amenaza que no existe y cuya invocación responde más a criterios de política interior de estos países, no puede ser la solución a los problemas de esta región. La intervención norteamericana, aunque sea bajo el paraguas de la OTAN, se debe interpretar como una advertencia a Rusia; cosa que no parece necesaria en estos momentos.
La respuesta a la pregunta que da el título a la entrada es claramente que no. La Guerra Fría fue un conflicto delimitado temporalmente y cuyas causas ya han desparecido. Se trata de un conflicto de otro tipo, aunque tenga  los mismo protagonistas: dos actores (Rusia y EEUU) y un escenario (Europa).

miércoles, 20 de agosto de 2014

El contexto del largo plazo histórico en los inicios de la Primera Guerra Mundial

El siguiente mapa conceptual pretende situar los principales elementos que explican el contexto histórico mundial en los años inmediatamente anteriores a 1914, fecha del desencadenamiento del conflicto. No se trata de establecer las causas de la guerra sino comprender cuáles eran las fuerzas y tendencias que impulsaban las acciones de los actores históricos.



Las elecciones celebradas durante la Segunda República

El régimen político de la Segunda República española (1931-1939) significó la ruptura con la preponderancia secular del conservadurismo soci...