La inestabilidad de la zona y los graves problemas y el grado de violencia que están aconteciendo en Libia, importante país productor, ya han provocado una elevación de los precios del petróleo que va a afectar notablemente a nuestras economías, agravando la ya difícil situación (ver gráfico adjunto).
En un mundo tan interconectado no nos podemos considerar a salvo de los cambios que ocurren en otros continentes porque directa o indirectamente nos acaban afectando. Por ello no podemos permanecer indiferentes, por solidaridad con los que luchan por la democracia y por nuestros propios intereses.
Fuente: EL PAÍS
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