sábado, 21 de mayo de 2011

El movimiento del 15-M: los indignados.

Hace algo más de un mes publicábamos una entrada comentando el libro Indignaos de Stéphane Hessel y recalcábamos su importancia. Ahora parece que los jóvenes españoles han leído el libro.  El final de la actual campaña electoral ha venido acompañado de la aparición de un movimiento social de protesta que ha alcanzado, en breve tiempo, un elevado nivel de éxito. Ello ha sorprendido a muchos pero lo realmente extraño es que no hubiese surgido antes. Lo que está ocurriendo ahora ya es historia y merece la pena que intentemos analizarlo y comprenderlo.

Fuente: EL PAÍS.

Es difícil aún valorar tal movimiento y más todavía pronosticar su futura evolución. Es demasiado nuevo y ni los catedráticos de sociología se atreven con ello. No obstante se pueden apuntar algunas cosas.
Las causas están en la confluencia de dos crisis: la económica y la desconfianza hacia la clase política.
Las crisis económicas graves y prolongadas tienen, inevitablemente, unas consecuencias sociales que son conocidas. La Gran Depresión de 1929 constituye un paradigma al respecto. Y la actual no le va a la zaga. En el siguiente mapa conceptual intentamos explicar las consecuencias sociales, políticas y económicas que se generan:  la principal es el cierre de empresas que  provoca el aumento del paro y la precariedad laboral. 


Pero la crisis actual aporta una característica distinta de la de 1929; en aquella ocasión se recurrió al keynesianismo (que teorizó la necesidad de la intervención estatal como remedio para la crisis), ahora el Estado hace lo contrario. Amenazado por el capital financiero, hace de la disminución del déficit el centro de su política económica y, por tanto, reduce la inversión pública (se frenan los gastos en obras públicas, se reduce el sueldo a los funcionarios, se congelan las pensiones, se alarga la edad de jubilación, etc.). Esas medidas agravan el estancamiento económico porque reducen la demanda interna y tienen como efecto secundario la elevación del paro.
Así pues a la crisis económica internacional (la Gran Recesión) se le suman los efectos de una política económica que contribuye a frenar la posibilidad de un crecimiento económico.
Las consecuencias son por todos conocidas: tasas de paro del 20 % (casi el 40% entre la juventud) y escasas perspectivas de recuperación; retribuciones salariales a la baja o estancadas con una inflación superior al 2 %; empleos precarios, etc. A ello debemos sumar los recortes propuestos en el Estado de Bienestar -un Estado de Bienestar que es mucho más reducido aquí que en el resto de los quince países más desarrollados de la UE-: sanidad, educación, prestaciones sociales… ven reducirse su presupuesto. Toda esta política, además, aparece ante la opinión pública como una forma de proteger al capital financiero a costa del empeoramiento de las condiciones de vida de numerosos sectores sociales. Ante tal perspectiva ¿por qué nos extrañamos de que los jóvenes protesten?
La segunda cusa es la crisis de confianza en la clase política. Al hablar de clase política nos estamos refiriendo al gobierno pero también al conjunto de todos aquellos que, en los distintos niveles del Estado, participan en las decisiones políticas. Esta crisis tiene su mejor expresión en el desengaño hacia los dos grandes partidos que han asumido las mayores responsabilidades políticas. El acercamiento hacia el centro político de todos ellos hace que parezcan iguales. También ha contribuido a ello el desarme ideológico de la izquierda moderada (socialdemócrata), representada por el PSOE, y la concurrencia de ambos en la plasmación de unas mismas políticas económicas. Llega un momento en que parecen representar lo mismo, con muy ligeros matices. Este hecho perjudica más a la izquierda, siempre más crítica con su voto. Además hay otros hechos que han acrecentado la desconfianza hacia la clase política:
  •       Los abundantes casos de corrupción y el evidente nepotismo de los partidos políticos mayoritarios.
  •       La crítica a un sistema electoral que privilegia el bipartidismo y la representación desproporcionada –en función de su número de votos- de los partidos nacionalistas (Canarias, País Vasco, Cataluña) en las elecciones generales. Si el voto a los partidos mayoritarios sirve para que apliquen las mismas políticas y el voto a los partidos más pequeños se vuelve inútil por el sistema electoral, ¿a quién voto?.
  •       La evidencia de un discurso político vacuo y alejado de los problemas de sectores importantes de la población.
En cualquier caso, no parece haber una crítica a la democracia, sino a determinados vicios de la misma. El discurso del movimiento, hasta cierto punto, es regeneracionista.
Se ha querido asimilar este movimiento social al que originó las revueltas en el mundo árabe y derrocó a los regímenes de Túnez y Egipto (Véase entrada Cinco causas de las revueltas árabes). No son comparables, salvo en tres aspectos:
  •       La relevante incidencia de la crisis económica como factor desencadenante.
  •       Su surgimiento de forma espontánea, sin el impulso inicial de grupos políticos o instituciones. Aunque después sí que se sumen.
  •       La utilización de las redes sociales de Internet como un instrumento de comunicación, de coordinación y de extensión del movimiento.

1 comentario:

  1. Hola, soy una estudiante universitaria y me gustaría pedir ayuda para el mayor entendimiento de este tema,se me ha asignado realizar un ensayo sobre lo siguiente: "La actual crisis económica y sus consecuencias sociales: el movimiento de los Indignados en España y sus repercusiones internacionales", es un tema que considero un poco complejo al abarcar tantos aspectos, así que si me pudiesen ayudar con algún comentario se los agradecería muchísimo, de hecho aquí he encontrado valiosa información pero considero que aún no domino lo suficientemente bien el tema, así que si me pudiesen ayudar ya sea con comentarios, opiniones u otros me seria de gran ayuda, y por supuesto si ponen sus datos aun mejor para anotarlo en el material de apoyo.... :-D

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