martes, 7 de enero de 2025

El conflicto de la isla de Perejil

Las relaciones con Marruecos han pasado por diversas etapas desde 1975. Estas fases han fluctuado entre la colaboración y el enfrentamiento –Marcha Verde o este problema en la isla Perejil–. Existen abundantes intereses comunes, pero también subsisten temas aparcados que, en un momento dado, pueden provocar conflictos graves. Nos estamos refiriendo no solamente a las ciudades españolas en el norte de África y los enclaves adyacentes, sino también a las disputas existentes por la definición de fronteras en las aguas que bordean las Islas Canarias.

La isla de Perejil forma parte de las llamadas plazas de soberanía española en el norte de África. Se trataba de territorios que quedaban fuera de los límites del Protectorado español de Marruecos y que son un conjunto de islas y peñones situados frente a las costas de Marruecos (ver mapa). Las más conocidas, sobre todo por aquellos que les tocó hacer la mili obligatoria en Ceuta o Melilla, son las islas Chafarinas, las islas Alhucemas y el peñón de Vélez de la Gomera, a estos enclaves hay que añadir la isla de Perejil.

Enclaves españoles en las costas marroquíes. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Plazas_de_soberan%C3%ADa

Estos territorios, con escaso o nulo valor estratégico actualmente, tienen, por el contrario, un elevado valor simbólico tanto para España como para Marruecos. La reivindicación de la soberanía marroquí  aparece en cuanto, por la razón que sea, se disparan las tensiones entre ambos países. Y eso es lo que ocurrió cuando llegó al trono el actual rey Mohamed VI (1999).

El incidente de la isla de Perejil fue un enfrentamiento armado –aunque no se disparó ni un solo tiro– entre España y Marruecos. Aconteció entre el 11 y el 20 de julio de 2002 y el motivo del choque fue la ocupación militar de la isla de Perejil primero por unos gendarmes y después por infantes de marina marroquíes. Ha sido una de las crisis más graves de las habidas entre España y Marruecos desde la Marcha Verde de 1975.


¿Qué circunstancias encresparon las relaciones entre los dos países? Las primeras divergencias surgieron sobre el tema pesquero; en el año 2000 comenzaron las negociaciones entre la UE y Marruecos, y su fracaso fue el inicio del distanciamiento. La falta de acuerdo hizo que el gobierno español se acercase a Argelia y Túnez. No hay que olvidar que Argelia es el gran competidor de Marruecos por el dominio del Magreb.


Otro tema de confrontación fue el de la inmigración ilegal. El gobierno de Aznar endureció las leyes de inmigración y acusó a Marruecos de no esforzarse para detener el flujo migratorio que provenía desde sus costas. También la presunta financiación española del Frente Polisario y el desacuerdo por los permisos de explotación petrolera que el gobierno español había concedido a Repsol cerca de las islas Canarias, que estaban, según Marruecos, en sus aguas territoriales, se añadían al monto de desagravios.

Zonas de exploración petrolera en torno a Canarias. Fuente: http://elpais.com/elpais/2014/05/29/media/1401389539_927413.html

Para algunos analistas, el distanciamiento debía de explicarse también en clave interna de Marruecos. Las expectativas de cambio que había suscitado la subida al trono de Mohamed VI se habían visto defraudadas y los islamistas estaban retornando a la escena política. Ante estos problemas, el monarca y el gobierno marroquí podrían haber optado por buscar la cohesión interna mediante el recurso del enemigo exterior.

La escalada de la tensión diplomática culminó el 28 de octubre de 2001 con la retirada del embajador marroquí, un gesto muy inamistoso en el lenguaje diplomático. El conflicto escaló un peldaño más el 11 de julio de 2002, cuando un grupo de doce hombres de la Gendarmería Real marroquí desembarcaron en la isla de Perejil.  La ocupación se argumentó como un medio para frenar los tráficos ilícitos, en una roca que Marruecos afirma le pertenece desde la independencia. La primera reacción española fue moderada, lejos de cualquier respuesta militar, aunque se informó del hecho a la UE y a la OTAN. España pidió la retirada de los gendarmes y la vuelta al status quo anterior. La falta de respuesta de Marruecos hizo que el gobierno español comenzara a sopesar la acción militar. Antes, España había obtenido el apoyo de la UE, que emitió una dura nota de condena, y la OTAN exigió la vuelta a la situación anterior.




Según algunas fuentes, la decisión de enviar gendarmes a la isla había partido del mismo rey, sin consultar a su gobierno ni a sus aliados más estrechos –Francia y Estados Unidos–. Marruecos se había metido en una situación complicada de la que era difícil salir airoso, aunque hubo algunos intentos de iniciar negociaciones.

El 16 de julio Marruecos sustituye el destacamento de gendarmes por otro de la infantería de marina, lo que implica una militarización del conflicto. En esa misma fecha, España refuerza sus guarniciones de Ceuta y Melilla y moviliza varias unidades de la Armada; ese mismo día llama a consultas al embajador español en Rabat. A pesar de ello, el gobierno negaba tener intenciones belicosas. No obstante, se dio a Marruecos un ultiman que concluía en la madrugada del miércoles 17 de julio. Poco antes fueron trasladadas a Sevilla algunas unidades de operaciones especiales (boinas verdes); estas unidades –un total de 28 hombres– se trasladaron  en siete helicópteros a la isla y llevaron a cabo un rápido asalto –la operación duró 10 minutos–. Los soldados marroquíes se rindieron sin resistencia y al día siguiente fueron devueltos a Marruecos. Mientras tanto, la Armada había bloqueado los puertos marroquíes más cercanos y dos patrulleros bloqueaban al patrullero marroquí que prestaba apoyo a sus infantes de marina. Por su parte, el Ejército del Aire proporcionaba cobertura a todas las fuerzas con cazas F-18 y Mirage F-1. La operación militar implicó un importante ejercicio de coordinación entre los tres ejércitos.


Desarrollo de la operación militar. Fuente: http://www.galeon.com/navegahispania/batallas/perejil.htm

Al concluir la operación militar, el gobierno de Aznar se puso en contacto con el de Marruecos para iniciar una negociación e informó a la UE y a la OTAN, así como al Comité de Seguridad de la ONU. Los soldados españoles, tropas de la Legión, permanecieron algunos días en la isla, hasta que ambos países llegaron, con la mediación de Estados Unidos, a un acuerdo que consistía en mantener despoblada la isla y no disponer de ninguna guarnición militar en ella.


La acción española fue interpretada por nuestro vecino del sur como una humillación, y su rey Mohamed VI no procuró evitar mostrar su poca querencia por el presidente Aznar. Las malas relaciones continuaron hasta principios de 2003, cuando los embajadores volvieron a sus puestos y se afianzaron definitivamente en marzo de 2004 con la visita de Zapatero, ya como presidente del nuevo gobierno.

Esta entrada se publicó por primera vez el 29 de junio de 2017.

Bibliografía.

Casqueiro, J. (2015). Los perdedores de Perejil cuentan su guerra. Retrieved from http://politica.elpais.com/politica/2015/02/08/actualidad/1423421786_399102.html

Cembrero, I. (2006a). Los secretos de la toma de Perejil. Retrieved from http://elpais.com/diario/2006/03/19/domingo/1142743960_850215.html

Cembrero, I. (2006b). Vecinoa alejados: los secretos de la crisis entre España y Marruecos. Barcelona: Galaxia-Gutenberg.

EFE. (2010). Perejil abrió quince meses de hostilidades. Retrieved from http://www.elmundo.es/elmundo/2010/08/18/espana/1282125284.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Incidente_de_la_isla_de_Perejil (Sin fecha). En Wikipedia. Recuperado el de https://es.wikipedia.org/wiki/Incidente_de_la_isla_de_Perejil

Molina García, M. J. (2003). España-Marruecos (1996-2002): un modelo de política exterior para el Magreb. Universidad Complutense de Madrid, Madrid.

lunes, 6 de enero de 2025

La invasión del valle de Arán

El hecho que vamos a analizar, aunque forma parte de la Historia de España, está muy vinculado tanto con el devenir de la IIª Guerra Mundial como con el modo en que acabó la misma. Este conflicto comenzó a cambiar su sino –en el frente occidental, en el oriental lo había hecho antesa partir del desembarco de Normandía (6 de junio de 1944). Antes, no obstante, ya se habían producido elementos que anunciaban la decadencia del poderío militar de las potencias del Eje en los frentes occidentales: su rendición en el norte de África (mayo de 1943) y la invasión de Italia (10 de julio de 1943, iniciada con el desembarco en Sicilia). Roma había sido liberada el 4 de junio de 1944. La derrota alemana se comenzaba a vislumbrar una vez que los soviéticos mantenían su contraataque en el frente oriental –batallas de Stalingrado (1942), Kursk (1943), etc.–. A aquellas alturas de la guerra, el enorme desgaste de Alemania –en hombres y en recursos–  hacía imposible sostener durante mucho tiempo dos frentes de combate simultáneamente, especialmente tras la entrada de Estados Unidos en el conflicto.

Desembarco de tropas norteamericanas en Sicilia. Fuente: http:/www./mundosgm.com

El desplazamiento de los frentes de lucha hacia territorio alemán permitió que bastantes guerrilleros españoles, que habían estado combatiendo a las tropas alemanas en el maquis francés, abandonasen esa tarea. La mayor parte de estos guerrilleros habían pasado por los campos de internamiento tras su huida a Francia al finalizar la guerra civil española. Allí el gobierno colaboracionista francés organizó compañías de trabajo para preparar o mantener infraestructuras de interés militar.

Con el paso del tiempo, algunas de esas compañías pasaron a combatir directamente al ejército alemán, siempre inscritas en la resistencia francesa, sobre todo a partir de julio de 1941, cuando Alemania invadió la URSS. Este cambio se puede explicar porque en su mayor parte los miembros de estas compañías eran comunistas y el PCE, con la colaboración del PCF, mantenía una gran influencia sobre ellas. La invasión alemana de la URSS implicó un cambio en la actitud de los partidos comunistas europeos y, por ende, del PCE, que no dudó en incorporarse al movimiento de resistencia contra el nazismo y colaborar con otras fuerzas políticas antifascistas.

Soldados republicanos españoles entrando en París. Fuente: www.abc.es

Los guerrilleros españoles crearon el XIV Cuerpo Guerrillero, que quedó al mando de Jesús Ríos García, antiguo oficial del Ejército Popular de la República. A partir de ese Cuerpo, en mayo de 1944 se conformó una fuerza guerrillera que se denominó la Agrupación de Guerrilleros Españoles (AGE), integrada por unos diez mil hombres. Estos se convirtieron en un ejército en la reserva que estaba disponible para cualquier eventualidad política o militar –siempre bajo los designios del PCE–.

Con el panorama militar clarificado en Francia, los dirigentes del PCE en España y Francia promovieron una apertura política hacia otras fuerzas antifranquistas dispuestas a compartir el objetivo de desalojar a Franco del poder y restaurar la República. Ejemplo de esta postura fue la promoción de la Unión Nacional Española (UNE), que había sido creada en 1941 por Jesús Monzón, en ese momento hombre fuerte del PCE en Francia. La idea subyacente era que, una vez se hubiese liberado el territorio francés, se extendería la acción militar a España. El objetivo de la organización era crear un gobierno de Unidad Nacional, con fuerzas de la izquierda y de la derecha, que restablecería la democracia convocando elecciones. Esta alternativa, que debía imponerse militarmente, implicaba, claro, la invasión de España por parte de los aliados para ser viable.

La idea básica del plan de acción era sostener la lucha armada en el interior de España mediante el maquis, a fin de alentar una rebelión popular contra el régimen y proporcionar motivos para una posterior intervención de los aliados en España. El objetivo último era derrocar el régimen de Franco. En este contexto político, se produjo la invasión del Valle de Arán, que estaba destinada a cumplir esos objetivos. Todo ello cuando comenzaba a pensarse que el final de la IIª Guerra Mundial en Europa ya estaba cerca y los aliados podrían abrir un nuevo frente en España.

Compañía de la 35 brigada de la UNE. Fuente: http://devale.blogspot.com.es

Pero las fuerzas aliadas, especialmente Estados Unidos e Inglaterra, no estaban interesados en prolongar la guerra, y máxime cuando empezaban a aflorar las disensiones con la URSS, diferencias que acabarían desembocando en la Guerra Fría. El ejemplo de la guerra civil griega (1944-1946), entre guerrilleros comunistas y las fuerzas monárquicas, era un elemento disuasorio de cualquier acción invasora de España. El temor a un aumento de la influencia comunista en Europa y el cansancio de la guerra se impusieron sobre cualquier otro criterio.

Por otro lado, dentro del PCE no todas las posturas eran favorables. De hecho, Dolores Ibárruri, a la sazón Secretaria General del PCE en esos momentos, no estuvo informada del ataque. Ella y Monzón estaban enfrentados; por ello decidió esperar acontecimientos, sin apoyar explícitamente la iniciativa, pero también sin condenarla.

La idea de la invasión era discutida, también, por otros miembros del partido, tanto políticos como militares, más partidarios de formar grupos guerrilleros al estilo de los partisanos comunistas yugoslavos que de un ataque directo. A posteriori, estas posturas se mostraron más sensatas. El problema principal del plan fue la inconsistencia del análisis del PCE, especialmente de Jesús Monzón. Ni la población se sublevaría ni las potencias occidentales apoyarían una acción dirigida por los comunistas. Los informadores del partido ya habían comunicado que la población no apoyaría un levantamiento.

La operación, que recibió el ampuloso nombre de Reconquista de España, fue diseñada para ser ejecutada por la AGE, aunque solamente unos cinco mil efectivos participarían en la operación, manteniéndose el resto en la reserva. El ataque consistió en llevar a cabo diversas escaramuzas por toda la frontera pirenaica, que tendrían como principal objetivo la distracción, mientras que la invasión principal se dirigiría contra Viella, la capital del valle de Arán. Este objetivo se seleccionó porque, una vez conquistado, era fácil de defender, sobre todo en invierno, cuando quedaba aislado de España. La consolidación de un territorio español donde existiese la legalidad republicana podía cambiar muchas cosas.

Los primeros choques –en Navarra y Hendaya– acabaron en fracasos, aunque también es verdad que fueron poco significativos. La acción principal comenzó el 19 de octubre con la invasión del Valle de Arán. Los hombres de la denominada 204 División de Guerrilleros, dirigida por el coronel Vicente López Tovar, entraron en el valle divididos en tres columnas. Esta primera acción les permitió ocupar algunos caseríos y la localidad de Bosost, pero se frenó el asalto a Viella, la capital del valle,  al advertir que en ella existía una fuerte concentración de tropas franquistas –Ejército y Guardia Civil–, dirigidas por el general José Moscardó, Capitán General de Cataluña en ese momento.



Los principales combates tuvieron lugar en Bosost y Bòrdes, en la parte occidental, y en Salardú en la oriental, todos ellos en los días 19 y 20. El mismo día 19 llegaron al puerto de la Boniagua las tropas franquistas de refuerzo, fuerzas de élite encabezadas por la Legión y los Regulares, con lo que truncaba la posibilidad de consolidar la conquista del territorio. Los enfrentamientos se saldaron con un balance de unos 120 muertos por parte de las tropas franquistas y de unos 300 fallecidos por parte de los guerrilleros.

Ante la imposibilidad de cumplir los objetivos propuestos y con el peligro de que las tropas franquistas cortasen la retirada a Francia, el día 21 Santiago Carrillo, como responsable político, y el general Luis Fernández ordenaron la retirada del contingente. Esta decisión fue prudente desde un punto de vista táctico, pero significó el fracaso y la defenestración política de Jesús Monzón, pasando el control del PCE en España y Francia a manos de Dolores Ibarruri.

El fracaso se explica porque no hubo ningún apoyo popular a la invasión; la sociología de la zona –pequeños propietarios agrícolas y ganaderos– no se correspondía con el perfil más adecuado para lograr posibles apoyos al comunismo. También se explica por la falta de interés de las potencias vencedoras en la IIª Guerra Mundial –Gran Bretaña, especialmente–, poco o nada partidarias de abrir otro frente de combate y, además, dar protagonismo a los comunistas. Por su parte, Stalin no estaba interesado en enfrentarse a las potencias occidentales por un tema muy secundario en su estrategia de esos momentos.

La invasión sirvió, paradójicamente, para cohesionar al franquismo. El descontento comenzaba a extenderse en el ejército y en algunos sectores políticos –monárquicos, falangistas puros, etc.–, aupado por las victorias aliadas y la desaparición de los principales aliados internacionales del régimen. La amenaza de la invasión hizo olvidar las desavenencias internas para concentrarse en salvar a Franco y su régimen.

Esta entrada se publico originalmente el 29 de agosto de 2017

Bibliografía.

Documentos RNE (2013): "Los maquis: lucha y derrota de la guerrilla antifranquista". http://www.rtve.es/alacarta/audios/documentos-rne/documentos-rne-maquis-kucha-derrota-guerrilla-antifranquista-29-06-13/1903179/

Grandes, A. (2010). Inés y la alegría (Kindle ed.). Barcelona: Tusquets.

La invasión del Valle de Arán (Sin fecha). En Wikipedia. Recuperado el de https://es.wikipedia.org/wiki/Invasi%C3%B3n_del_Valle_de_Ar%C3%A1n

Linde Ruiz, R. (2015). La invasión del valle de Arán.  Retrieved from https://blogdehistoriaderafa.wordpress.com/2015/11/15/la-invasion-del-valle-de-aran-the-invasion-of-the-valley-of-aran/

Marquina, A. (1980). La invasión del valle de Arán por los "maquis" pudo estar manipulada por el espionaje alemán. Retrieved from https://elpais.com/diario/1980/05/24/internacional/327967205_850215.html

Sánchez Agustí, F. (2014). Setenta años de la invasion maquis del valle de Arán. Heraldo de Madrid. Retrieved from https://heraldodemadrid.net/2014/12/08/setenta-anos-de-la-invasion-maquis-del-valle-de-aran/

Van der Brule, Á. (2015). El último cartucho de libertad: la guerrilla que asoló el valle de Arán. Retrieved from http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2015-01-17/el-ultimo-cartucho-la-tormenta-guerrilla-que-asolo-el-valle-de-aran_622949/

domingo, 5 de enero de 2025

La revuelta del Rif de 2017

Protestas en Rabat en solidaridad con el Rif. Fuente: https://www.elconfidencial.com/mundo/

La revuelta que tuvo lugar en la región marroquí del Rif entre 2016 y 2017 tuvo diversas consecuencias; de hecho, afectó al Majzén, el sistema clientelar que emana de la monarquía y que sustenta el poder real en Marruecos. Desde la primavera árabe de 2011 no se había vivido en el país norteafricano una crisis tan significativa.

En el fondo, las protestas responden a una antigua necesidad de reformas que la denominada “primavera árabe” puso en evidencia y que, en casi todos los casos, se quedaron a mitad del recorrido o, sencillamente, acabaron destrozando los países y creando Estados fallidos –Libia, Siria...–.

A este impulso debemos sumar las características históricas de una región de población bereber tradicionalmente poco sumisa con el poder del Estado. La región, que coincide en gran medida con el mapa del Protectorado español en Marruecos, es una zona agreste y con tradición levantisca. En ella la presencia española aún es palpable y de allí procede una buena parte de la inmigración marroquí que llega a España.

Localización del Rif. Fuente: elperiodico.com

  1. Evolución histórica.

Los problemas de esta región con el poder central no son nuevos. Para no remontarnos muy atrás iniciamos la lista de conflictos entre el Rif y las autoridades marroquíes con la rebelión que tuvo lugar en 1958. Dos años después de que Marruecos se constituyese en Estado independiente, se produjo en la región una sublevación ante los intentos del rey de implantar un modelo de Estado centralizado donde primarían dos variables que postergaban a los rifeños: el idioma francés y la lengua y cultura árabe. Quedaban arrinconados así lo bereber y lo español, signos de identidad de la población de esta región. La rebelión, que tuvo como objetivo la independencia, se saldó con el fracaso y provocó una fuerte represión dirigida por el entonces príncipe Muley Hassán, futuro Hassán II.

Casi treinta años después, en 1984, se produjo otra revuelta que tuvo más un cariz de protesta social contra las duras medidas de ajuste económico impuestas por el gobierno de Hassán II. Al igual que la anterior, fue duramente reprimida.

En el contexto de la primavera árabe de 2011, al igual que en el resto del territorio marroquí, se produjeron en el Rif protestas y manifestaciones. No obstante, aquí fueron más violentas y de mayor envergadura que en el resto de Marruecos, reflejando esa incomodidad política y social que ha pasado a ser un rasgo de la región.

Debido a su histórica resistencia contra el colonialismo español y francés, el Rif ha sido siempre, como ya hemos señalado, una región difícil de doblegar. Todavía pervive el recuerdo del caudillo rifeño Abdelkrim, que lideró la lucha anticolonial en los años veinte del siglo pasado, y llegó a instaurar una República del Rif (1921-1926). Aunque murió en el exilio en El Cairo, su leyenda sigue viva. Esta región es la tierra de los bereberes, pueblo unido por una lengua (el tamazigh) y una cultura. Durante el reinado de Hasan II la política del monarca fue la del desprecio y la represión. Pero la postura de la monarquía ha cambiado con Mohamed VI, que ha dado visibilidad al territorio y reducido la persecución de lo bereber.

Como puede observarse, la población rifeña ha mantenido una tradición combativa que hunde sus raíces en las diferencias culturales y en la sensación de marginación secular del territorio. De esta tradición ya fue testigo el dominio español durante el período de la Restauración.

2. Las causas inmediatas.

El movimiento surgió el pasado 28 de octubre de 2016, cuando un vendedor de pescado de Alhucemas, Mouhcine Friki, trató de recuperar la mercancía que le habían confiscado y acabó triturado por un camión de la basura. El incidente, muy similar al que inició la revuelta de la primavera árabe en Túnez al morir Mohamed Bouazizi, fue divulgado a través de las redes sociales y desató la indignación de los rifeños.

La protesta comenzó pidiendo la clarificación de las condiciones de su muerte y el castigo de los culpables. Pero el movimiento, adquirió fuerza y continuidad y fue incorporando otras reivindicaciones.

Protestas por la muerte del joven Mouhcine Friki. Fuente: elpais.com

La muerte de Fikri ha servido para despertar el sentimiento de lucha contra las actuaciones del Estado, que siempre han perjudicado a la región. El Rif es una zona pobre, montañosa, aunque actualmente ha mejorado su situación económica gracias al cultivo del cannabis –Marruecos es el segundo exportador mundial, detrás de Afganistán–. No obstante, esta mejora no afecta a todos los rifeños, sino a la minoría que controla el tráfico hacia Europa u Oriente Próximo.  Es un territorio, además, que expulsa población hacia otras ciudades marroquíes o hacia Europa. Las generaciones jóvenes se hunden en la desesperanza, acuciadas por el desempleo y la falta de perspectivas económicas.

El movimiento de protesta aparece desvinculado de los partidos políticos, incluso del Partido Autenticidad y Modernidad, que cuenta con importante presencia en la zona. No obstante, el movimiento ha recibido el apoyo de los partidos con más base popular, entre ellos los islamistas (Partido de la Justicia y la Libertad), aunque también han marcado distancias con el movimiento bereber.

Poblado bereber en el Atlas marroquí. Fuente: wikipedia.org

El escritor Saïd El Kadaoui añade otra causa subyacente: los desajustes entre un sistema político que funciona sin partidos fuertes y sin líderes legítimos y una sociedad en ebullición que demanda cambios estructurales y justicia social.

3. El desarrollo inicial de la revuelta.

La difusión de las imágenes de la muerte de Friki desencadenó una serie de manifestaciones y protestas en todo el Rif de forma inmediata.  Las más importantes se produjeron en torno a la ciudad de Alhucemas. Al principio, las manifestaciones fueron pacíficas, pero a partir de febrero de 2017 se produjeron enfrentamientos violentos entre manifestantes y policías. La aparición de la violencia no frenó el movimiento de protesta; estas continuaron produciéndose, convocadas a través de las redes sociales. 

Protestas en Alhucemas. Fuente: politicaexterior.com

La detención, en mayo de 2017, de Nasser Zafzafi, líder carismático del movimiento popular conocido como Hirak, que reclamaba mejoras sociales y económicas para el Rif, reactivó las movilizaciones, extendiéndolas a otras ciudades, incluida Rabat donde la manifestación del 11 de junio congregó a una gran multitud en la que estaban presentes tanto los islamistas como los grupos de izquierda.

Al principio, los manifestantes exigían simplemente la clarificación de las condiciones de la muerte de Friki y el castigo de los culpables. Pero el movimiento ha ido transformando esas reivindicaciones iniciales en demandas sociales, económicas e identitarias que se han politizado progresivamente.  Estas demandas se han encontrado con el vacío político resultado del “bloqueo” levantado por el Palacio contra Abdelilah Benkirane, líder del Partido de la Justicia y del Desarrollo. (PJD), a fin de impedirle dirigir de nuevo el gobierno. El poder no ha dado ninguna respuesta eficaz para solucionar el conflicto, aparte de la represión.

Los dirigentes de la protesta no dudaron en criticar al mismo rey, algo grave en Marruecos y probable causa principal del aumento de la represión sobre ellos y sobre el movimiento en general. El otro elemento que desagradaba a la monarquía es la rememoración de la figura de Abdelkrim y su papel en la fundación de la efímera república rifeña.

4. El análisis del movimiento de protesta.

El movimiento que estructura y dirige las protestas se denomina Hirak y concentra tres tipos de corrientes: sociales, políticas e identitarias. Estas reclamaciones son la base de las acciones populares rifeñas. Pero en la casuística que anima el movimiento, pesa también la memoria histórica de lo acontecido en el Rif en el último siglo, desde la resistencia de Abdelkrim contra el colonialismo hispano-francés hasta la insurrección de 1959, violentamente reprimida por Hasan II.

Otro tema que subyace en el conflicto es el papel de la religión. En Marruecos las mezquitas están bajo el riguroso control del gobierno para evitar la penetración islamista. Pero este no dudó en utilizarlas para estigmatizar el movimiento, acusándolo de engaño y superchería e incluso de acusar a su principal líder, Zefzafi, de delitos de blasfemia. Las precauciones de los islamistas a la hora de apoyar a los rifeños demostraron la autonomía de este movimiento popular de protesta.


Entrada publicada originalmente el 13 de septiembre de 2017


5. Bibliografía.

Anónimo. (2017). El Rif contra el ‘Majzén’. Recuperado 12 de septiembre de 2017, a partir de http://www.politicaexterior.com/articulos/informe-semanal/ispe-1045-31-julio-2017/

Cembrero, I. (2017). Marruecos maniobra con éxito para que Melilla no se solidarice con la revuelta del Rif. Noticias de Mundo. Recuperado a partir de https://www.elconfidencial.com/mundo/2017-07-19/marruecos-maniobra-evitar-solidaridad-melilla-revuelta-rif_1417868/

Mesa, B. (2017, mayo 30). Las venas abiertas del Rif. Recuperado 12 de septiembre de 2017, a partir de http://www.elperiodico.com/es/internacional/20170530/las-venas-abiertas-del-rif-6072401

Monjib, M. (2017). Marruecos. El hirak o la revuelta en el Rif: Tras las huellas de Abd-El-Krim - Resumen Latinoamericano. Recuperado a partir de http://www.resumenlatinoamericano.org/2017/06/19/marruecos-el-hirak-o-la-revuelta-en-el-rif-tras-las-huellas-de-abd-el-krim/

Moussaoui, S. E. K. (2017, junio 9). Lucha pacífica en Alhucemas. Recuperado a partir de https://elpais.com/elpais/2017/06/01/opinion/1496339092_122827.html

Peregil, F. (2017a, febrero 10). La mecha de las protestas se reaviva en el Rif. Recuperado a partir de https://elpais.com/internacional/2017/02/10/actualidad/1486734097_694641.html

Peregil, F. (2017b, junio 4). Las raíces de la rabia en el Rif. Recuperado a partir de https://elpais.com/internacional/2017/06/03/actualidad/1496490768_353090.html

Trillo, M. (2017, junio 18). La violencia llega a la revuelta del Rif. Recuperado a partir de http://www.abc.es/internacional/abci-violencia-llega-revuelta-201706180132_noticia.html

sábado, 4 de enero de 2025

Las empresas tecnológicas: poder y geopolítica

El poder de las grandes empresas tecnológicas. 

En la actualidad, el mundo se mueve en torno a la información. Hasta hace poco, los motores económicos principales habían sido la industria y el comercio,  y más antiguamente aún, las actividades agrarias. Hoy son la obtención y el procesamiento de la información los elementos fundamentales. Y, lógicamente, quien controle esos procesos está en condiciones de establecer un nuevo dominio.

En este papel de obtención y procesamiento tienen una enorme ventaja las grandes compañías tecnológicas que dominan el mercado de internet y de los útiles informáticos, especialmente el software, aunque no solo. La gran mayoría son estadounidenses: Alphabet (Google), Meta (Facebook, Instagram, Whatsapp...), Amazon, Apple, Meta, Microsoft, Nvidia, etc. Otras son chinas (Tencent) o taiwanesas (TSMC). Sus actuaciones están cambiando el mundo y creando un nuevo orden económico, social  y cultural.



Como algún especialista ya ha señalado, estas empresas son el principal factor de cambio social. Antes, ese papel lo han tenido las ideologías –liberalismo, comunismo, fascismo, …– pero ahora, desacreditas estas, son las empresas citadas las que promueven las transformaciones económicas y sociales. A este respecto, el hecho de que la mayor parte de estas compañías tengan su sede en los Estados Unidos no es baladí. Ello confiere a este país una enorme ventaja sobre sus restantes competidores: China, con un gran mercado interior y con una capacidad tecnológica creciente, y Europa, con un papel insignificante en esta carrera.

Las grandes empresas tecnológicas tienen pocos contrapesos. El principal es el Estado, una institución que se está debilitando a causa de dos procesos imbricados:
  1. La desregulación liberal promovida por la globalización económica priva a los Estados de instrumentos de control que pongan límites al enorme poder de estas empresas.
  2. La multilateralidad imperante en las relaciones internacionales provoca que no exista ninguna gran potencia hegemónica que pueda imponer sus criterios al resto de países. Cualquier acción de un solo gobierno está condenada a un pronto fracaso si no cuenta con más apoyos. Además, las instituciones surgidas en la segunda mitad del siglo XX –OMC, ONU, FMI, Banco Mundial, …– aparecen cada vez como más irrelevantes, lastradas por su falta de representatividad. Así mismo, la mayor parte de los grandes problemas –cambio climático, terrorismo, migraciones, delincuencia, …– tienen un marco transnacional que requiere la colaboración de los Estados, siendo la unilateralidad un imposible.
A causa de este debilitamiento del Estadola expansión de estas grandes compañías apenas si padece trabas legales. Su enorme tamaño y su poder económico son capaces de doblegar a cualquier Estado si afronta solo la batalla. No se puede olvidar que el poder de las grandes empresas tecnológicas es también un poder político, un poder que desafía a los Estados cuando es necesario para sus intereses. 


La principal transformación política que impulsa la utilización de estas tecnologías es la crisis de la política tradicional y de las élites dominantes que se han apoyado en ella. La disponibilidad de una abundantísima información –cuestión aparte, aunque no menos importantes, sería su veracidad– otorga más poder a los individuos, que tienden a fiarse más de sus iguales que de las autoridades. Con este panorama, las funciones del liderazgo se difuminan y ello afecta, evidentemente, a las relaciones de poder. 

Resulta claro que las actuaciones de estos gigantes tecnológicos están transformando la política y la democracia. Pero las relaciones entre estas empresas y los gobiernos son ambivalentes. El origen de su poder reside en que los servicios que prestan son fundamentales para la gestión cotidiana de la economía y de la sociedad. Por tanto, existe también, y al mismo tiempo, una connivencia entre estas y los gobiernos. Por ahora no ha aparecido ningún interés en cuestionar a los gobiernos, sobre todo si estos no interfieren en sus actividades. Pero ocurre que cada vez más frecuentemente estos tienden a poner límites a sus prácticas.

La globalización y la crisis de la democracia están provocando una vuelta a la identidad como refugio. El miedo a la pérdida de control de los mecanismos tradicionales que hacen funcionar las sociedades –un capital abstracto, dependiente de mercados difusos y alejados; unas fronteras permeables que posibilitan la llegada de gentes de otras culturas; unos flujos de comunicación y de imágenes que se abren a nuevos códigos– provoca un regreso a la seguridad de lo conocido, a la tribu. Lo comunitario se convierte también en una forma de protección frente al capitalismo individualista y salvaje. Este planteamiento ayuda a explicar fenómenos como en Brexit en Gran Bretaña, el ascenso de Trump en Estados Unidos o la misma eclosión nacionalista en España o Europa. 


La cuestión primordial es que se está produciendo una concentración de poder a gran escala. La suma de iOS y Android controla el sistema operativo del 80 % de los móviles que hay en el planeta; Amazon controla el 62 % de las ventas online de Estados Unidos. Estos son algunos datos del elevado grado de concentración empresarial que se da en este sector.
 

Geopolítica digital. 

El mundo digital e internet están claramente dominados por los Estados Unidos. Las empresas de este país son las que almacenan, distribuyen y analizan los grandes flujos de datos que generan estos medios. Y no hay que olvidar que el control de la información es una de las bases del poder. Actualmente, más del 90 % de la información del planeta está digitalizada; la posibilidad de acceder, analizar y sistematizar esa información confiere una enorme capacidad de influencia a quien pueda hacerlo, sea esta una empresa o un Estado.


Esa información puede ser utilizada por el poder político, aunque también son frecuentes los choques entre los brazos de ese poder y algunas de estas empresas, reacias a facilitar el acceso a la información de sus clientes –recuérdese, a título de ejemplo, el contencioso entre el FBI y Apple por lograr acceder al teléfono móvil de un asesino que mató a 14 personas en San Bernardino–. En contrapartida, en otras ocasiones, las compañías tecnológicas han colaborado con las agencias de inteligencia norteamericanas, especialmente la National Security Agency (NSA), otorgando al gobierno estadounidense una enorme ventaja comparativa sobre otros países. 

Naturalmente, otros países cuentan también con sus medios para vigilar y obtener información de este entramado tecnológico. Más sofisticadas, si cabe, que la NSA serían la británica GHQC o la alemana Servicio Federal de Inteligencia (BDN en sus siglas en alemán). En España es el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) el encargado de esta misión, para la que ha adquirido recientemente un potente sistema de interceptación de comunicaciones. Todas estas agencias obtienen la información de las comunicaciones, pero las redes sociales también proporcionan abundantes datos por lo que la colaboración entre agencias de inteligencia y empresas tecnológicas existe, una colaboración que aún no es sistemática –ante el peligro de que los clientes ya no confíen en ellas– pero sí puntual.  

El problema de la ciberseguridad preocupa cada vez más a los gobiernos; los posibles ataques a las redes de comunicaciones o a los sistemas estratégicos de un país, o las sospechas de posibles manipulaciones en los sistemas de recuento electrónico de las elecciones están cada vez más presentes. Los ciberataques se han convertido en un arma más, mostrando que los sistemas que gestionan numerosas actividades claves pueden ser atacados y dañados. En este sentido, el poder tecnológico de los Estados Unidos es primordial, aunque países como China o Rusia no le van muy a la zaga.


Algunas de Estas empresas son vistas con recelo porque son interpretadas como una muestra de la hegemonía estadounidense, o incluso como un instrumento de la misma. Y es cierto que, a menudo, sus intereses convergen, pero esto no ocurre siempre. Uno de los campos de batalla es el control de las redes sociales, bien como instrumento de información o bien de desinformación. Su uso se está convirtiendo en un elemento más en la confrontación entre Estados y reproduce, por otros medios, las pautas imperantes en la geopolítica actual. Unos ejemplos de ello lo constituye el uso de las redes sociales que ha estado realizado el ISIS, o el papel de las mismas en las llamadas revoluciones árabes.

Las empresas tecnológicas que controlan las redes sociales -Instagram, TikTok, X, YouTube etc.- logran un enorme poder de influencia social mediante prácticas y algoritmos que ahora comienzan a intentar controlarse mediante leyes y normas por parte de los poderes políticos, por ejemplo del Parlamento Europeo.

Entrada publicada originalmente el 8 de marzo de 2018

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viernes, 3 de enero de 2025

Guinea Ecuatorial: de colonia a dictadura.

El colonialismo español en África, en la etapa contemporánea, nunca ha gozado de mucho interés historiográfico. Y cuando este ha aparecido, normalmente se ha circunscrito al protectorado marroquí o al antiguo Sahara español. Menos fortuna aún ha tenido el estudio de Guinea Ecuatorial, la Guinea Española, como se denominó durante el dominio colonial. De esta manera, los rastros de la presencia española en el África negra tienden a difuminarse o, sencillamente, a olvidarse. De vez en cuando, algún éxito literario o cinematográfico, como el que obtuvo la película Palmeras en la nieve (2015), basada en la novela homónima de Luz Gabás (2012) otorga visibilidad a este fenómeno, pero siempre de forma pasajera.

Sin embargo, la relación entre Guinea y España se mantiene, aunque sea a unos niveles testimoniales y fundamentada principalmente en  lazos personales o religiosos. Aquí reside el grueso de la oposición guineana que ha tenido que exiliarse ante la persecución de Obiang, el tirano que gobierna el país desde hace décadas. Algunas empresas españolas, pocas, trabajan también en el país, lo mismo que ONG's y misioneros católicos que proceden de España.

Localización de Guinea Ecuatorial en África. Fuente: http://scielo.isciii.es/

La historia lejana.

El territorio de Guinea Ecuatorial –la parte continental y cinco islas próximas– estuvo bajo la dominación colonial portuguesa hasta el siglo XVIII. Entre 1777 y 1778 estos territorios fueron cedidos a España –mediante los tratados de San Ildefonso y de El Pardo– formando parte de un lote territorial que se intercambió por la isla de Santa Catalina, situada en el sur de Brasil y en poder de España. El enclave tenía un gran interés por su situación para controlar el tráfico de esclavos y el comercio en el Golfo de Guinea. Tras algunos períodos de dominio inglés, los territorios pasaron definitivamente a estar controlados por España en 1858, cuando se dejó una guarnición permanente.

La presencia española se intentó reforzar mediante el asentamiento de esclavos cubanos emancipados, a los que más tarde se sumaron represaliados políticos. La parte continental se convirtió oficialmente en protectorado en 1885 y en colonia en 1900. Tanto el territorio insular como el continental se unirían con el estatus de colonia en 1926. Por su parte, el modelo económico colonial se fundamentó en las plantaciones de cacao.

En esta etapa de principios del siglo XX culminó el proceso de desaparición de las estructuras tribales tradicionales, al tiempo que se impuso un modelo administrativo típico de los países europeos. La colonización modificó la organización y el funcionamiento social existente, alterando las relaciones de dominio basadas en la jerarquización anterior o en las relaciones étnicas y creando una nueva estratificación social que determinará, más adelante, el control del poder político.

Catedral de Malabo. Fuente: http://top-lugares-para-visitar.blogspot.com.es/

En la etapa franquista, el territorio colonial adquirió el carácter de región, denominándose Región Ecuatorial Española (1959), dividida a su vez en dos provincias: Fernando Poo y Rio Muni. Paralelamente, y al igual que ocurría en las colonias africanas de otras potencias europeas, fueron surgiendo los primeros grupos independentistas. La inclusión plena en el régimen político del franquismo ocurrió en 1960, cuando se celebraron las primeras elecciones locales, así como la elección de los primeros procuradores guineanos en las Cortes franquistas. Poco más tarde, en 1963, se sometió a referéndum un proyecto de autonomía que fue aprobado por amplia mayoría, momento a partir del cual el país tomó el nombre de Guinea Ecuatorial. No obstante, la metrópoli continuó presente a través de un comisionado especial con bastantes poderes. 

La fuerte inercia del proceso descolonizador africano llegó a Guinea en 1965, cuando la Asamblea General de la ONU pidió a España la descolonización del territorio. Proceso que culminaría en 1968 con la independencia total. Los primeros deseos independentistas fueron promovidos por terratenientes de origen español, descontentos por el trato recibido de la metrópoli, que utilizaron el sistema educativo para fomentar el ideario independentista. Las posiciones del gobierno español y la de los grupos independentistas fueron opuestas sobre la forma de llevar a cabo la independencia; por ejemplo, los habitantes de la isla de Fernando Poo –actual Bioko–, habitada por los bubis, pretendió una independencia separada, cosa que no logró.

Mapa de Guinea 

La historia desde la independencia.

El 11 de agosto de 1968 se produjo un referéndum para la independencia bajo la supervisión de un grupo de observadores de la ONU. El proyecto político mantenía las formas democráticas, pero con un poder judicial muy dependiente del presidente, es decir con un fuerte presidencialismo. Tras las primeras elecciones presidenciales, con cuatro candidatos, fue elegido presidente Francisco Macías Nguema, que contó con el apoyo de los movimientos nacionalistas guineanos y que, para muchos, era el hombre de paja de los sectores coloniales aún dominantes. El 12 de octubre de 1968 se proclamó oficialmente la independencia del país.

Casi inmediatamente comenzó la deriva dictatorial del país. En enero de 1969, el líder de la oposición fue asesinado. En marzo de ese mismo año un extraño intento de golpe de Estado fue aprovechado por Macías para acabar con la oposición e instaurar claramente una dictadura. El fallido golpe –o falso, según otros historiadores– fue utilizado por el dictador para incitar también el antiespañolismo, produciéndose una crisis diplomática entre Guinea y España como resultado de la cual se retiraron las últimas tropas españolas que allí quedaban.

Macías implantó entonces una dictadura concentrando en su persona todos los poderes del Estado. En 1970 creó un partido único: el PUNT (Partido Único Nacional de los Trabajadores). Dos años más tarde, en 1972, se proclamó presidente vitalicio. Su régimen se concentró en el tema de la seguridad interna, a lo que dedicó todos los recursos, descuidando la administración de otras políticas públicas –transporte, salud, obras públicas, …–, por lo que el país retrocedió a unos estándares de vida muy inferiores a los que disponía en la etapa colonial. Otras medidas profundizaron los errores: enfrentamientos con la Iglesia Católica, cierre de las escuelas, deportación masiva de los trabajadores nigerianos que cultivaban el cacao, ... Todos estos factores provocaron el colapso de la economía guineana hacia finales de los setenta. A esta catastrófica situación se sumó la pérdida de un tercio de la población guineana, generalmente los sectores más formados, que tuvo que exiliarse huyendo del régimen de terror que impuso Macías. A las prácticas represoras tradicionales se sumó el uso de las asentadas creencias populares en la brujería para atemorizar y controlar a la población, práctica que continúa hasta hoy en día.

Manuel Fraga y Francisco Macías en la ceremonia de independencia (1968). Fuente: http://espacioseuropeos.com/

La deteriorada situación del país y el flirteo del dictador con el bloque comunista propinaron un golpe palaciego. El 3 de agosto de 1979 Macías fue derrocado y ajusticiado por su sobrino, el teniente coronel Teodoro Obiang Nguema, formado como militar de carrera en España. Este constituyó un Consejo Supremo Militar que concentró las tareas de gobierno. Poco tiempo después, en 1982, este Consejo nombró a Teodoro Obiang presidente para siete años, mientras se aprobaba una nueva constitución. Para intentar solucionar la complicada situación económica, Teodoro Obiang integró a Guinea en la órbita económica francófona, ingresando en la Comunidad Económica y Monetaria del África Central y adoptando –en 1985– el franco CFA como moneda. El nuevo régimen realizó dos convocatorias de elecciones generales –en 1983 y 1988– pero en ambas solamente se presentó una única lista de candidatos. Para las elecciones presidenciales de 1989, Obiang fundó el Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE), presentándose como candidato único. Fue reelegido.

Al principio, se intentaban disimular los rasgos dictatoriales del régimen, menos brutal que el de Macías, pero igualmente opresivo. Así, en 1991 pareció iniciarse una tímida apertura democrática, condición que reclamaban países como España o Francia, facilitadores principales del apoyo económico y financiero del país. Ello permitió un cierto pluralismo en las elecciones generales de 1993, aunque de catorce partidos inscritos, diez fueron prohibidos. Las elecciones fueron ganadas por Obiang que acumuló los poderes de jefe de gobierno y jefe de Estado. En las posteriores convocatorias electorales, Obiang siempre resultó ganador con más del 90 % de los votos. Sus victorias electorales sirvieron para crear unas instituciones basadas en la desigualdad y en la corrupción, además de la represión. Así, en las elecciones celebradas en noviembre de 2017, el partido del presidente obtuvo el 98 % de los votos, cifra que habla por sí sola.

 Campaña electoral del partido de Obiang: PDGE.
Fuente: http://www.abc.es/ 

La economía del país sufrió un vuelco en 1996, cuando se descubrieron importantes yacimientos de petróleo y gas en aguas guineanas del Golfo de Nigeria. La petrolera estadounidense Mobil inició la explotación de los yacimientos, que representaron una importante fuente de ingresos para el país. Guinea es el tercer productor petrolero del África negra, tras Nigeria y Angola. De hecho, el flujo petrolero ha incrementado las tasas de crecimiento del país, pero sus efectos apenas si se notan en las condiciones de vida de la población; de hecho, el 60 % de los guineanos vive con un dólar al día. Sin embargo, su PIB per cápita es más alto que países como España, Corea del Sur o Nueva Zelanda; ello da una idea de la enorme desigualdad existente. ESta riqueza ha fomentado, en un país donde no existe ningún control de las acciones de gobierno, la proliferación de las prácticas corruptas, como recientemente ha demostrado la condena en Francia del hijo del presidente, Teodorín Obiang, a tres años de prisión por corrupción.

A pesar de esta inyección de riqueza, la situación política apenas ha variado. La represión de varios líderes opositores de la etnia bubi –Obiang pertenece a la etnia fang, mayoritaria– transformo los problemas políticos en problemas étnicos. El régimen ha logrado, sin embargo, una mayor aceptación en los escenarios internacionales sin necesidad de ninguna mejora democrática.

Yacimientos de gas y petróleo en las aguas de Guinea Ecuatorial. Fuente: http://i.imgur.com/rMNJfiM.png
 

En la actualidad.

En la mayor parte de los procesos de descolonización se produjo una continuidad de las estructuras económicas y sociales existentes, reduciéndose el cambio a una sustitución de las élites dominantes. Ello ocurrió también en Guinea. De hecho, el clan de la familia Nguema es el que ha ocupado el poder en el país desde la independencia. Su actual régimen político es una dictadura que en nada desmerece otros ejemplos continentales como la de Mugabe –recientemente apartado del poder por un golpe militar–.

Hasta el descubrimiento de sus recursos energéticos el país estaba condenado a la insignificancia y a la marginalidad, lo mismo que su régimen político que pasaba más bien inadvertido. Esa situación cambio desde finales de los noventa del siglo pasado. El régimen contó, desde entonces, con el interés y el apoyo de los Estados Unidos, mientras que otras potencias como España o Francia habían mantenido unas políticas más críticas. El apoyo norteamericano ha servido también para que otras organizaciones internacionales le abriesen las puertas, como la UNESCO o la Unión Africana.

Esta alianza con Estados Unidos está detrás del fracaso del golpe de estado que en 2003 intentó la oposición, dirigida por Severo Moto. La vinculación de los mercenarios que iban a protagonizar el golpe con Gran Bretaña, sugiere una lucha soterrada por el control de los recursos guineanos entre las grandes potencias.

Entrevista entre Obama y el embajador guineano en Estados Unidos. Fuente: http://www.guineaecuatorialpress.com/

Tradicionalmente se ha asociado al continente africano con dictaduras políticas y pobreza económica. Y si bien es cierto que este panorama ha cambiado desde los tiempos de la descolonización no lo ha hecho con suficiente fuerza como para mejorar la vida de la mayoría de sus habitantes. En África todavía quedan 17 países que pueden ser catalogados como dictaduras, uno de los cuales es Guinea Ecuatorial. Teodoro Obiang lleva 37 años ininterrumpidos en el poder y según algunas organizaciones  de referencia como Amnistía Internacional o Human Rights Watch su régimen es uno de los más represores del mundo.

La importancia geopolítica que adquiere la ex-colonia española resulta destacable si tenemos en cuenta que, actualmente, el Golfo de Guinea, además de ser una importante zona de producción energética, es también una región clave en los flujos marítimos, amenazados por la piratería y donde el crimen organizado y el terrorismo yihadista están aumentado su presencia. Esto explica la presencia naval española y de otros países europeos en la zona así como la implicación de los Estados Unidos en Guinea y el alejamiento del país de la influencia francesa. La presencia española, muy reducida económicamente, debería aumentar para preservar un papel en una zona de creciente importancia global. Pero para estas relaciones se profundicen hay que abogar por la consecución de un cambio político que instaure un sistema político democrático.

El patrullero Atalaya zarpa hacia aguas del Golfo de Guinea. Fuente: http://www.europapress.es/

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Esta entrada fue publicada originariamente el 18 de diciembre de 2017

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