domingo, 15 de diciembre de 2024

La revuelta de 1911 en Carcaixent (Ribera Alta, Valencia)

Carcaixent es una localidad de la comarca de la Ribera Alta (Valencia). Su historia contemporánea aparece dominada por el auge del cultivo de la naranja –desde finales del siglo XIX– y su exportación hacia mercados europeos fundamentalmente –desde principios del siglo XX. La originalidad de este modelo de crecimiento se basó en que logró la modernización social sin ningún proceso de industrialización. Así que el impulso de la agricultura comercial favoreció la aparición  de una etapa de progreso y modernización social y económica muy significativa. No obstante, en esta etapa surgieron también síntomas de problemas socioeconómicos y políticos que denotaban la persistencia de coyunturas y reacciones populares más propias de las sociedades agrarias de siglos anteriores. Una de estas situaciones fue la revuelta de 1911, que afectó a casi toda la comarca.




El contexto: la crisis de la Restauración.


Para comprender estos hechos hemos de aludir al contexto de lo que estaba pasando en España en ese momento. El período histórico que nos ocupa se conoce como Restauración;  un régimen político regido bajo la forma de una monarquía liberal, pero no democrática, porque el sistema político adolecía de graves insuficiencias y dejaba de lado a importantes sectores. El tradicional bipartidismo que había caracterizado el régimen desde la implantación de la Constitución de 1876 comenzó a entrar en crisis a principios del siglo XX. La subida al trono de Alfonso XIII (1902) coincidió con el debilitamiento de los dos grandes partidos dinásticos: conservadores  –liderados por Antonio Maura– y liberales –liderados por José Canalejas. Además de estos grandes partidos, comenzaban a crecer otras fuerzas políticas: republicanos y nacionalistas catalanes y vascos. Paralelamente, el movimiento obrero también crecía y creaba sus propias organizaciones –el anarquismo creó la CNT en 1910, mientras la UGT, creada en 1888, se expandía, sobre todo en Madrid y en las industrializadas Asturias y País Vasco.

Guerra de Marruecos. Fuente: Sociedad Geográfica Española


El segundo problema, más secundario, era el descontento social por los elevados impuestos que gravaban a las clases populares, especialmente el de consumos, que elevaba el precio de los productos básicos. Igualmente, debemos señalar también las transformaciones sociales y económicas que significaron la implantación de una agricultura comercial. El papel de la burguesía terrateniente y comercial se vio reforzado por las transformaciones señaladas, mientras que las clases populares se vieron afectadas por un doble proceso:  el de la proletarización de la mano de obra –jornaleros sin tierra y desprotegidos económicamente– y el acceso más o menos amplio a la pequeña propiedad. Por último, la mala cosecha de arroz de ese año (1911) agudizó los problemas económicos de los sectores populares.

Diario republicano EL PUEBLO, 20/09/1911. Fuente: Biblioteca Digital Valenciana

La revuelta.


Los hechos que vamos a analizar se produjeron entre el 16 y el 21 de septiembre de 1911. A principios de ese mes se celebró el primer congreso de la CNT en Madrid. A él acudió un representante de Cullera que, al volver, anunció la convocatoria  de una huelga general para el lunes 18 de ese mismo mes. La convocatoria tuvo un cierto éxito en Cullera. Al llegar la noticia a Sueca, cabecera del partido judicial, el juez del partido, acompañado de un pequeño grupo de funcionarios y civiles, se dirigió por su cuenta a Cullera para atajar el conflicto. La actuación del juez, temeraria y sin apoyo de la Guardia Civil ni de los Carabineros, provocó un altercado mayor que tuvo como consecuencias la muerte del juez y de otros tres funcionarios.

Los alborotadores se dispersaron por la comarca, contribuyendo a extender el conflicto por casi toda ella. Algunos  llegaron a Carcaixent y el mismo día 18, ya de noche, -según cuenta Fogués en su Historia de Carcagente-. Ya de noche salió un grupo de sindicalistas desde el Casino Republicano, lanzando gritos contra la guerra y dirigiéndose hacia la estación de ferrocarril, donde impidieron a un grupo de soldados proseguir el viaje para incorporarse a filas. El siguiente paso fue declarar la huelga general en el pueblo para el día siguiente, convocatoria que fue exitosa.


En la mañana del día 19 algunos grupos se dirigieron a las dos estaciones ferroviarias, donde inutilizaron las vías y cortaron el telégrafo y el teléfono, deteniendo todo el tráfico por tren. Desde allí se dirigieron a la oficina de consumos, asaltando el edificio y haciendo en la calle una pira con muebles y documentos. Después asaltaron el edificio del Sindicato de Labradores, repitiendo la operación. Su siguiente objetivo fue el Ayuntamiento; allí  incendiaron algunas dependencias, entre ellas el Archivo Municipal. Las acciones violentas continuaron por la tarde.

El conflicto se transformó en un pequeño enfrentamiento civil al armarse miembros del Partido Jaimista (carlistas) para defender los edificios religiosos si eran atacados. Estos también se encargaron de avisar al Capitán General de lo que ocurría en Carcaixent.  Al día siguiente, la llegada de fuerzas de la Guardia Civil y de una compañía del Ejército puso fin a estas actuaciones violentas.

Tropas del Ejército en la calle. Fuente: https://www.diarilaveu.com/ 

En diciembre del mismo año se celebró en Carcaixent un Consejo de Guerra -ya que a los revoltosos se les aplicó la legislación militar- en el que resultaron condenadas a penas de prisión 38 personas, entre ellas dos mujeres.

Mundo Gráfico. Fuente: http://rojoynegro.info/ 

Conclusiones


La contradicción que representa el hecho de que en una etapa de crecimiento económico y de progreso urbano se produjeran esta revuelta muestra cuatro cosas:

  • La primera es que ese proceso de crecimiento estaba generando a su vez una creciente desigualdad entre los distintos grupos sociales y que, mientras los beneficios de las empresas aumentaban, los salarios se estancaban o crecían poco. 

  • La segunda es que la oposición popular a la guerra colonial en Marruecos no se podía canalizar por medios electorales o políticos por las trabas e insuficiencias del sistema restauracionista. Por ello, en ocasiones, esas posiciones se manifestaban a través de revueltas. 

  • La tercera es que, pese a la modernización económica, urbanística, social e incluso cultural, nuestra sociedad continuaba padeciendo momentáneas situaciones de crisis provocadas por la elevación de precios de los alimentos, a su vez consecuencia de las malas cosechas (en este caso del arroz), crisis más propias de las sociedades agrarias tradicionales.

  • La cuarta es que se trató de un fenómeno con una fuerte carga de espontaneidad; la debilidad de las organizaciones obreras, especialmente de la CNT, de quien partió la iniciativa de la huelga general, impedía que se tratase de una revuelta bien definida y con unos objetivos claros.

Así pues, aunque la mecha fue la convocatoria de la huelga, el malestar social acumulado por las levas para la guerra de Marruecos, la mala cosecha de arroz y los elevados precios de los productos básicos –gravados además con altos impuestos– fueron la pólvora que hizo estallar el conflicto. Un conflicto espontáneo típico de modelos sociales más antiguos que mostraba simplemente una situación de ira y malestar ante situaciones concretas, pero que no implicaba iniciativas políticas ni actuaciones a largo plazo. No obstante, estos acontecimientos influyeron en el final del gobierno de José Canalejas (P. Liberal), precipitado por su asesinato en 1912 a manos de un anarquista.

Bibliografía.


Cerdà, M. (1981) Els moviments socials al País Valencià. Valencia: Alfons el Magnànim.

Fogués, F. (2000). Historia de Carcagente (trabajo original publicado en 1934-36). Carcaixent: M.I.Ajuntament. 


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