El contexto.

Durante la década de los años cuarenta del siglo pasado y especialmente tras la derrota de Alemania en la IIª Guerra Mundial, el régimen de Franco padeció un aislamiento internacional casi total: la opción monárquica que representaba D. Juan de Borbón mostró su desapego con el régimen, España fue excluida de la naciente Organización de Naciones Unidas (ONU) cuya Asamblea General condenó al régimen en 1946, de la misma manera el país no recibió ninguna ayuda del Plan Marshall ni tampoco pudo formar parte de  la recién creada OTAN. Se castigaba así el carácter fascista del régimen y su alineamiento con las potencias del Eje durante el reciente conflicto mundial. No obstante, las élites políticas anglosajonas, aunque no sentían ningún apego por el régimen de Franco, comenzaron a valorar el anticomunismo del dictador y la fiabilidad política de su régimen, especialmente a partir de finales de la citada década. Así, en 1948, modestos acuerdos económicos con Gran Bretaña y EE. UU. mostraron los primeros síntomas de una rehabilitación internacional. Ello tenía que ver con el hecho de que la Guerra Fría se imponía como nuevo paradigma fundamental en las relaciones internacionales, especialmente después de que en 1949 la URSS  realizara su primera prueba nuclear y de que, en China, el ejército de Mao Zedong derrotara a los nacionalistas de Chiang Kai-shek e impusiera un régimen comunista en ese país. A partir de entonces la prioridad para Estados Unidos fue  impedir la expansión comunista en el mundo.

Situación geopolítica en el hemisferio norte en la década de los años sesenta. Fuente: ttps://www.profesorfrancisco.es/2009/11/guerra-fria.html

Y esa prioridad favoreció al régimen franquista. En 1950, ya bajo el impacto de la Guerra de Corea, Estados Unidos y Gran Bretaña presionaron a la ONU  para que revocara la resolución que condenaba a España, aunque el ingreso definitivo en la organización no se produciría hasta 1955. Poco después, en 1953, el régimen franquista firmó con la Santa Sede un Concordato que le legitimaba políticamente en el mundo católico. Pero el paso decisivo fue el establecimiento de una relación bilateral y directa con Estados Unidos, una relación siempre subordinada y dependiente de los intereses norteamericanos, sabedores del papel estratégico que la península Ibérica tendría en la proyección internacional de su fuerza militar en un posible enfrentamiento con la URSS. Esta relación se manifestó en la firma de unos acuerdos bilaterales con la potencia norteamericana el 26 de septiembre de 1953, los denominados Pactos de Madrid.

Los acuerdos con Estados Unidos

Franco despide al presidente norteamericano Eisenhower en 1959. Fuente: https://elpais.com/politica/2018/10/20/actualidad/1540065578_181141.html

La negociación de estos acuerdos se prologó durante dos años, pues se había iniciado en 1951 y se firmaron en 1953. Fueron tres acuerdos: un convenio defensivo, un convenio de ayuda mutua para la defensa y un tercer convenio de ayuda económica. En esencia supusieron que, a cambio de una limitada ayuda económica y de material bélico, España concedía al país norteamericano el derecho a establecer y utilizar instalaciones militares en su territorio: bases aéreas y navales así como otras instalaciones de radar y de radio. Estos pactos fueron renovados y retocados en fechas posteriores: 1963, 1968, 1976 y 1988.

Aunque la ayuda económica fue limitada –préstamos por valor de unos de 1.500 millones de dólares entre 1953 y 1963 así como ayuda alimenticia– se mostró fundamental apara aliviar la grave situación de penuria económica en la que se hallaba el país. De la misma manera, el material militar facilitado, aunque antiguo, sirvió para renovar tecnológicamente el armamento de los tres ejércitos, que aún procedía en gran medida  de la Guerra Civil española o incluso de antes; su valor ascendió a unos 450 millones de dólares y el gobierno estadounidense impuso limitaciones para su uso. A pesar de ello, esta aportación armamentística sirvió para revitalizar la industria militar nacional, anquilosada durante mucho tiempo.

Destructor norteamericano tipo Fletcher donado a España en 1957 y denominado Lepanto D-21. Fuente: https://www.revistanaval.com/noticia/panol-historias-dd-destructores-fletcher/

Si bien las ayudas planteadas en los acuerdos eran muy mejorables, para el régimen supusieron un espaldarazo político que mostraba la aceptación de la España franquista en el ámbito occidental, aunque siguió excluido del Consejo de Europa, de la OTAN y lo seguiría estándolo también del naciente Mercado Común. España se convirtió en un satélite estratégico de los Estados Unidos, no en un aliado con plena igualdad. Los convenios firmados hablaban de un carácter defensivo frente al peligro que amenaza al mundo occidental. Ese peligro se refería exclusivamente a una agresión comunista, pues España no recibió ningún apoyo de Estados Unidos en los conflictos de Ifni (1957-58) y del Sahara (1975).

La ayuda alimenticia norteamericana.

Los programas de ayuda alimenticia norteamericana –denominado plan ASA (Ayuda Social Americana)– también llegaron a España a través de la mejora de relaciones que implicaron los Pactos. A través de esta ayuda llegaron importantes cantidades de productos que eran inaccesibles para las clases sociales bajas de aquel momento –queso, mantequilla, aceite y leche en polvo. Se distribuyeron a través de los Colegios Nacionales de enseñanza primaria (donde se repartía en forma de desayuno o merienda para mejorar la alimentación infantil), de Auxilio Social y de otras instituciones de caridad como Caritas. Esta ayuda perduró entre 1955 y 1968, y sirvió para mejorar las pobres dietas de los sectores sociales más desfavorecidos.

Bidón de leche en polvo y latas de queso y aceite de soja procedentes de la ayuda norteamericana. Fuente: https://otones.es/2017/04/05/informacion-museos-de-otones-la-leche-en-polvo/

Las bases norteamericanas en España

Las bases estarían teóricamente bajo la soberanía conjunta de España y de Estados Unidos, pero existía un protocolo adicional secreto, que no se conocería hasta muchos años después, por el que Estados Unidos podía decidir, en caso de ataque comunista, utilizarlas con total libertad, sin obligación de dar cuenta al gobierno español. Estas instalaciones formaban parte de la amplia red de vigilancia y de defensa/ataque que Estados Unidos estableció en Europa tanto para abortar cualquier posible ataque soviético como para responder al mismo. Por otro lado, se almacenó, con o sin conocimiento del gobierno español, armamento nuclear en ellas,  tanto mediante el atraque de submarinos nucleares en Rota como mediante la presencia de bombarderos nucleares estratégicos —primero los B-47 y después los B-52. Su mera presencia significó, por tanto, que España se convirtió en objetivo de un posible ataque nuclear soviético en caso de conflicto. El anticomunismo, que era uno de los pilares ideológicos del régimen, se plasmó en este alineamiento geopolítico, muy conveniente también para los intereses occidentales en el marco de la Guerra Fría.

La presencia norteamericana iba más allá de las conocidas grandes bases navales y aéreas, ya que se  reflejaba además en una red de estaciones de radar, de telecomunicaciones, de centros de suministros, de estaciones de navegación aérea y marítima e, incluso, de un oleoducto. Un conjunto destacable, parte del cual fue heredado por las Fuerzas Armadas españolas tras la el final de la Guerra Fría y la retirada estadounidense y otra parte se sumió en la destrucción o el abandono. En las bases grandes, además de las instalaciones militares, se crearon también instalaciones  civiles –viviendas, colegios, comercios,…– que reproducían exactamente el modo de vida norteamericano.

Estas instalaciones fueron las siguientes (véase también el mapa al final del apartado):

  • Base naval de Rota. Aún utilizada por la Marina de Estados Unidos. Se comenzó a construir en 1953 y entró en funcionamiento en 1958. Se trata de una base enorme que acogió un grupo de submarinos nucleares norteamericanos hasta 1979. Albergaba además una estación de comunicaciones troposféricas. De allí surgía igualmente el oleoducto Rota-Zaragoza, diseñado para suministrar combustible a los aviones cisterna.
Imagen actual de base naval de Rota. Fuente: El Español.
  • Base aérea de Torrejón. Base de varios grupos de cazabombarderos tácticos y sede del mando de la 16ª Fuerza Aérea norteamericana en Europa. Posee la pista de aterrizaje más larga de Europa. Los norteamericanos dejaron de utilizarla en los años 90, aunque se utilizó por ambos países durante la primera Guerra del Golfo.
  • Base aérea de Morón (Sevilla). Albergó en los años cincuenta y sesenta bombarderos estratégicos B-47, después B-52, y cazas Super Sabre. También algunos aviones cisternas, que siguen empleándose actualmente. Los Estados Unidos aún mantienen algunas instalaciones de su Fuerza Aérea en ella, aunque la base es exclusivamente española.
  • Base aérea de Zaragoza. Fue una base de apoyo que albergaba a los aviones cisterna necesarios para los bombarderos estratégicos. Actualmente, solo es usada por la Fuerza Aérea española.
  • Base aérea de San Pablo (Sevilla). Desempeñó un papel de apoyo hasta los años ochenta; después fue cedida a España y actualmente es el aeropuerto civil de Sevilla.
  • Base aérea de Reus (Tarragona). Fue una base auxiliar, empleada para entrenamiento y aprovisionamiento. El uso compartido acabó en 1981.
  • Estaciones del sistema de navegación denominado LORAN. Antecesor del actual GPS, servía para triangular la posición buques y aeronaves. Se construyeron dos estaciones: en L’Estartit (Gerona)  y en Estaca de Bares (Galicia). Funcionó hasta 1991.
  • Estaciones de Radar. Se construyeron siete estaciones que a partir de 1964 pasaron a depender de España (Aitana, Puig Major, Rosas, Zaragoza, Elizondo, Villatobas y Contastina).
Estación de radar de Villatobas (Toledo). Fuente: Canal de YouTube: Trufault Historia Militar
  • Estación de escuchas hidrofónicas. Construida en la isla canaria de La Palma para la detección de submarinos nucleares soviéticos.
  • Estaciones de comunicaciones troposféricas. Su finalidad era dar aviso inmediato en caso de un ataque nuclear soviético. En España se construyeron cuatro: Menorca, Elizondo, Humosa y Rota.
  • Instalación de prospección geológica para la detección de pruebas nucleares subterráneas. Situada en Sonseca (Toledo) y cerrada a principios de los noventa.
  • Instalaciones de suministros navales. En Cartagena y Ferrol.
  • Oleoducto Rota-Zaragoza.
Mapa de las instalaciones estadounidenses en España. Elaboración propia.

Conclusiones

El Pacto de Madrid de 1953 generó una serie de consecuencias  importantes para España tanto a nivel externo como interno. En el plano externo sirvieron para introducir al gobierno de Franco en la dinámica internacional generada por la Guerra Fría, otorgándole un papel en dicha escena. Un papel secundario, desde luego, pero que rompía el aislamiento y la condena anterior. Este nuevo rol implicaba también asumir el riesgo de convertirse en blanco de una posible guerra nuclear, pero se confiaba en la protección estadounidense.

Por parte estadounidense prevaleció el pragmatismo y el interés del Pentágono por la posición geoestratégica de España, muy relevante en el nuevo contexto internacional. Hay que tener en cuenta que hasta entrada la década de los años sesenta los principales vectores del armamento nuclear eran los bombarderos estratégicos –los misiles balísticos no  se extenderían hasta mediados los sesenta. Por ello, España era esencial para las rutas de estos bombarderos. Además, controlaba una de las puertas del Mediterráneo y permitía un fácil acceso al sur de Europa y al Oriente Próximo.

Las instalaciones militares fueron cerrándose paulatinamente a partir de finales de los años sesenta, cuando las innovaciones tecnológicas fueron convirtiéndolas en obsoletas. El final de la Guerra Fría acabó por hacerlas inútiles, manteniéndose solamente la presencia norteamericana en las bases de Rota y Morón.

En el plano de la política interna los Pactos tuvieron una mayor trascendencia por tres razones. La primera fue que posibilitaron la aplicación de modelos de gestión económica moderna. Los préstamos aliviaron la mala situación económica del primer franquismo y abrieron las puertas del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, lo que hizo posible el posterior Plan de Estabilización y Liberalización de 1959. La segunda fue que el régimen dictatorial adquirió una cierta respetabilidad internacional, lo que dejó más desamparada a la oposición democrática. Y la tercera fue que permitió una modernización tecnológica de todas las Fuerzas Armadas así como una mejora notable de sus medios.

Bibliografía